sábado, 27 de julio de 2013

En la vida hay que elegir

En la vida hay que elegir, dicen ahora.
Así que veamos qué se ha hecho en esta década, mal llamada "ganada", para que yo tenga que elegir.
Lo que veo es que la Argentina se ha vuelto otro país.
Se ha vuelto un país que da vergüenza ajena, no ya ante el Primer Mundo con el que alguna vez nos comparamos y quisimos pertenecer, sino con aquellos países a los que antes mirábamos de arriba y hoy nos pasan décadas de trapo.
Se ha vuelto un país en donde uno puede capacitarse, educarse y formarse durante años a brazo partido, sólo para terminar dependiendo de un chupaortos del régimen, de un viejo apendejado que toda la vida curró de la "militancia" o de un pendejo envejecido mentalmente por consignas que ya eran obsoletas cuando estaba paseando entre los huevos de su padre.
Se ha vuelto un país que no produce trigo a pesar de ser fértil, que no cría ganado a pesar de haber sido prácticamente criado para ello, y que ha logrado la proeza de pasar de la diversificación al monocultivo.
Se ha vuelto un país en donde ves la pobreza todos los días revolviendo la basura de un tacho, mangueando junto a una boletería o haciendo venta ambulante en trenes y subtes.
Se ha vuelto un país en donde se acepta como natural que todos los recursos del Estado, esos que por hache o por be pagamos todos los argentinos, seamos peronistas, radicales, socialistas, liberales, montoneros, altos, bajos, gordos, flacos, católicos, ateos, judíos y lo que sea, estén cooptados por una facción que los usa como se le canta y generalmente en contra de quienes no formen parte de ella.
Se ha vuelto un país en donde se le miente a uno en la cara y sin vergüenza no ya sobre cuestiones abstractas y lejanas sino sobre la realidad que uno ve todos los días y siente en su bolsillo, y si encima uno tiene el tupé de defenderse o cuestionar la mentira, se le pega, se le faja, se lo investiga y se lo revienta con todas las herramientas del Estado.
Se ha vuelto un país en donde se puede sostener de manera simultánea y desvergonzada que alcanza con seis pesos diarios para vivir y que el kilo de pan tendría que estar a diez.
Se ha vuelto un país en donde se tolera y alienta la guarangada, la grosería, la descalificación brutal y sin sentido, y la chabacanería en lugar de la seriedad, el protocolo, la tradición y la tranquilidad.
Se ha vuelto un país en donde se acepta mansamente que el Estado haga para el orto lo que tiene que hacer, y que asuma funciones que no le corresponden y que también hará para el orto.
Se ha vuelto un país en donde los funcionarios, en teoría nuestros empleados, disponen de nuestra guita como se les canta, y donde no tenemos derecho a protegerla o hacerla crecer de la manera que se nos cante.
Se ha vuelto un país en donde cualquiera puede hacer lo que se le ocurra, pero si los que pagan la fiesta protestan, entonces son basuras indignas de consideración.
Se ha vuelto un país en donde se naturalizaron las trampas más burdas y groseras, desde la escritura de leyes con nombre y apellido, la oficialización de la prebenda, los candidatos truchos y tantas otras más.
Se ha vuelto un país en donde la realidad fue declarada opositora y destituyente, y que en consecuencia se da el lujo de bancar un sistema de medios paralelos para moldear una realidad que esté más a gusto del régimen.
Se ha vuelto un país en donde no se puede hablar de política de manera racional, porque del otro lado se observa una fe ciega, incuestionable y a prueba de balas, digna de una pedorra religión de Estado con mártires truchos, mandamientos incumplidos, sacerdotes corruptos y doctrinas perversas.
Se ha vuelto un país en donde además de las fangotadas que nos saca el Estado corrupto, caro y pedorriento que supimos conseguir, tenemos que gatillar educación privada porque la educación pública es una farsa sindicalizada de adoctrinamiento y embrutecimiento, pagar seguridad privada porque no es resguardo tener fuerzas policiales conducidas por jefes górgoris e integradas por agentes empobrecidos y desmoralizados que se juegan la vida todos los días y que si hacen lo que tienen que hacer pueden ser sumariados por los amantes de la delincuencia que conducen la "política de seguridad", y mantener salud privada porque meterse a un hospital público es en muchos casos jugarse la vida.
Se ha vuelto un país en donde debemos optar por trenes que son trampas mortales, micros cuyos pasajeros dependen de que el chofer haya dormido bien ese día, o aviones que despegan si los sindicatos lo quieren y si los chiquilines de La Cámpora no se la llevaron toda.
Se ha vuelto un país en donde el presentismo laboral, los horarios establecidos o incluso el soberano e inalienable derecho a volver a casa y rascarse las pelotas a dos manos después de un día de trabajo depende de que justo no se les haya ocurrido a tres gatos locos cortar una ruta e incendiar neumáticos, sin que ni jueces, fiscales o policías piensen en mandarlos a la gayola que les correspondería.
Se ha vuelto un país en donde se archivan a la velocidad de la luz las causas de enriquecimiento ilícito contra funcionarios que juntaron palas de millones en pocos años tras empezar de la nada, pero en donde a uno le cae la AFIP por guardarse algunos ahorros en moneda extranjera o por una presunta contratación de personal doméstico inferida a partir de la nada misma.
Se ha vuelto un país en el que cada día que pasa se vive un poquito peor, un poquito más restringido, un poquito más oprimido en todo.
Se ha vuelto un país en donde se ha naturalizado la paranoia resultante de vigilar todos los movimientos propios, controlar que a uno y a los suyos no lo sigan, asegurarse de que nadie relojee la casa o el auto, comprar puertas blindadas, alarmas y toda clase de parafernalia, porque en todo momento uno puede pasar a engrosar las estadísticas (no oficiales, porque hasta en estos temas versean los estadísticos del régimen) de la "sensación de inseguridad", sin tener posibilidad de recuperar jamás lo sustraído o en el peor de los casos, ver preso y condenado al "excluído social" que le quitó la vida a su ser querido.
En la vida hay que elegir, dicen.
Por todo eso es que jamás, ni en la puta vida, pienso elegirlos a ellos.
* * * * * * * * * *
Sabrán disculparme, pero me temo que la semana que viene no habrá post, ya que me voy a ir de Buenos Aires unos días para bajar la tensión cardíaca y relajarme un poco... así que será hasta la próxima.

sábado, 20 de julio de 2013

Gata Flora

En una de sus recientes emesis verbales, la Vaca Estúpida trató de "gata flora" a los que la critican por el reciente acuerdo suscrito con Chevron para la exploración y explotación del yacimiento de Vaca Muerta. Similares pensamientos perpetró Axel Kicillof, el golden boy levantadeditos de la economía kakal, ideólogo de la expropiación de YPF, cagón que usa a sus hijos de escudo humano, y firme creyente en la posibilidad de controlar todas las variables de una economía nacional moderna con una planilla de cálculo de Excel, cuando dijo algo así como que en un minuto pasaron de ser comunistas a vendepatrias.
No cazan, sea porque no quieren cazar o porque no pueden hacerlo, que lo que revienta de estos tipos no es que tomen una posición u otra (por más que esas posiciones suelen ser contrarias a la lógica y al sentido común). Tampoco jode que se cambie de idea, porque persistir en el error es de necios demasiado ignorantes como para percatarse de su ignorancia.
Lo que jode de manera intolerable, como diez mil uñas rascando mil pizarrones, es la incoherencia absoluta que queda en evidencia con cada decisión del régimen, la caradurez insultante con la que pasan de tratar de herejes irredimibles a quienes están en contra, a asumir esa herejía como verdad revelada e inmutable por los siglos de los siglos amén... hasta la siguiente mutación nacida de la más bruta y descarnada necesidad.
Lo que jode de manera intolerable es el insulto al sentido común que significa ver a una persona girar 180 grados en su opinión no como resultado de un proceso normal de reconciliación entre sus pensamientos y la realidad, sino por pura y simple conveniencia y con el más abyecto negacionismo de la posición anterior.
Lo que jode de manera intolerable es esa indigna y atroz gimnasia mental y discursiva que le permite a una persona pasar de ser fanática nacionalista absoluta en materia de hidrocarburos a ser la novia de las inversiones extranjeras en menos de un año, o saltar del anticlericalismo más cerrado a chupar cirios y sobar sotanas en espacio de días... y en ambos casos negar que alguna vez se hubiera sostenido lo contrario. O peor aún, insistiendo en que la posición nueva es la misma que han tenido toda la vida, y al diablo tanto los que vieron el cambio y lo cuestionan como los que quedaron en offside y siguen sosteniendo la posición vieja y ahora políticamente incorrecta.
Lo que jode de manera intolerable es cómo esos cambios surgen por la necesidad más bruta y descarnada, nacida de aquellos mismos factores y circunstancias que se veían venir desde el momento mismo en que se adoptó la posición ahora repudiada y que en el pasado fueron negados a base de fanatismo y en el presente son ignorados como inexistentes.
Lo que jode de manera intolerable, como siempre, es la certeza verificada una y otra vez de que ya no hay nada más allá de la voluntad mutable de la Señora, y que todos estamos en riesgo de caer en la volada cuando se le ocurra pegar un giro sin ninguna razón en absoluto. Porque eso es lo que sucede en un país donde se pasa en cinco minutos de odiar al Papa a regalar estampitas, en donde se pasa de alzar la bandera de la Patria sobre los colonialistas españoles a abrirse de gambas ante los gringos, en donde los que "no criminalizaban la protesta social" ahora se quejan de que otros no desalojan piquetes y en donde ni la "política de derechos humanos" que todavía tiene tantos fanáticos demostró ser inmune a la necesidad con cara bica de hereje.
Quizás jodería menos si hubiera un poco más de humildad en lugar de tantos deditos levantados, micrófonos masturbados y gastadas de barrabrava por Twitter y la prensa adikta. Pero eso sería pedirles demasiado.

sábado, 13 de julio de 2013

Reacción

Después de los berrinches presidenciales, de la farsa del Ekeko Morales, de Scioli haciéndose el macho y sobreactuando para hacernos creer que es un cristinista de la primera hora, del pedido de captura del ahora prófugo Jaime, de Cabandié y los peces del Riachuelo, del Himno Nacional en versión cumbia, del pan de Poronga Moreno a 10 mangos pero sólo hasta las 10 en el país de la harina y del trigo, de la inminente escasez de tomates, de los fríos por la espalda de la Vaca Hipócrita por cosas que ella misma hace a gran escala, del fantabuloso éxito de los Cedines y en no menor instancia de ver cómo el ex custodio de la cajita feliz de la ANSES, ex segundo Jefe de Gabinete del kirchnerato y ex candidato testimonial de Nefástor se convirtió de golpe en la gran esperanza blanca, les adjunto a continuación el análisis político más sensato, coherente y apropiado que he visto acerca de la situación actual de la Argentina:


Hoy la hago corta porque vengo más corto de tiempo. Mil disculpas en serio.

sábado, 6 de julio de 2013

Los mugidos de la semana

Como en estos últimos días la Yegua fue prolífica en esas frases que denotan un completo colapso cognitivo y psicológico, vamos a tomar algunas de las más notorias y proporcionarles una merecida respuesta.

"No es una decisión caprichosa" (mover la estatua de Colón)

No. Fue una verdadera pendejada sin razón alguna, parida de la más rancia mala leche, hecha sin ningún otro motivo que dar una demostración banal de poder y armar un problema en donde ni lo había ni daba para que lo hubiera.

"Me gustaría que más argentinos levantaran la voz para poner a nuestros héroes en el lugar que se merecen."

Una cosa es poner a los héroes nacionales en el lugar que se merecen. Otra muy distinta es manosearlos, deformarlos y, lo peor de todo, adscribirles tendencias y opiniones políticas totalmente extemporáneas e improcedentes con las que, según lo que sabemos de historia, ellos habrían tenido tales diferencias que los habría motivado a sacar el trabuco de intercambiar opiniones.

"Creemos que en el lugar de la Casa Rosada, que es la casa de todos los argentinos, tiene que estar representada por los que lucharon y dieron su vida por la independencia".

Ajá, OK, me quedó claro: los que lucharon y dieron su vida por la independencia. ¿Entonces qué mierda hace el retrato del terrorista asesino Ernesto Guevara en una de las galerías de la Rosada?

"¿Se habrá enterado Carli Giraudo?" (una seguidora en Facebook que le criticó el cambio de nombre del estadio Crucero del Norte) "Estoy segura que sí. Y le debe haber enviado muchos mjs" (mensajes) "por facebook a… ‘los gobernantes’”

Ya era evidente lo cagona que es al no aparecer nunca en circunstancias espontáneas, hablar siempre ante audiencias de aplaudidores e insultar y agredir a quienes por protocolo no pueden responder. Pero esto de basurear con nombre y apellido a una ciudadana común y corriente que tuvo la osadía de quejarse de uno de los tantos despropósitos en que cae el país por el chupamedismo de Estado, es un nuevo pozo de bajeza y la sindica definitivamente como una verdadera cagona de mierda. 

"Artistas haciendo patria en Corrientes, gracias a programas y políticas públicas. Very grosso."

Hacer Patria es laburar a conciencia, con esfuerzo y con buena voluntad hacia todos. Hacer Patria es ser un policía honesto en un país donde el chorro es poco menos que un héroe nacional. Hacer Patria es ser un maestro preocupado por enseñar en un país donde se inculca la brutalidad como algo cool y donde se premia la demagogia y la falta de esfuerzo. Y así podría seguir.

Pero hacer Patria no incluye tener ratas y voceros a sueldo juntándola con pala gracias al capricho de sustentar bodrios ideológicos que no ve ni el loro. Como la película de Néstor, por ejemplo, que tuvo menos audiencia que el programa de Víctor Hugo Morales en el 9. 

Y toda esa la línea de comentarios de la señora fue very grasa.

“Como dijo Maradona lara, lara, lara"

Como dice mucha, muchísima gente (sin que el multimedios de Yrigoyen se lo haga saber) cada vez que salta una diarrea tuitera o pone a la gangosa de la locutora oficial a anunciar una cadena nacional: "la puta que la parió".

(Evo Morales) "Me lleva miles de años de civilización de ventaja".

La Vaca Estúpida es más que bienvenida a abandonar los beneficios de la civilización occidental que ella desprecia con tanta ingratitud, aunque francamente no la veo cambiando El Calafate por el Altiplano, las carteras de Louis Vuitton y los zapatos Louboutin por un poncho de llama, y el corderito patagónico por hojas de coca para mascar.

"Mañana va a ser un día largo y difícil. Calma. No van a poder."

¿Quiénes "no van a poder"? ¿Las alucinaciones que la acompañan? ¿El angelito con la cara de Él que tiene en el hombro izquierdo y el diablito con la cara de Magnetto parado sobre el derecho? ¿Los que le alejan el litio y los psicofármacos?

Ya está, me pudrió.
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