Sopa electoral
Según la Constitución, los períodos y elecciones para la Presidencia y el Congreso se organizan de la siguiente manera:
En la práctica, esto significa lo siguiente: de los cuatro años de mandato de un Presidente, se pierde un año entero planeando cómo ganar las elecciones legislativas de mitad de mandato y se pierde otro año entero planeando la reelección. En caso de ganar la reelección, se cuenta otro año perdido en ganar las otras legislativas de mitad de mandato.
Resumiendo: de cuatro años de mandato presidencial se pierden dos años en campañas; si gana la reelección, de ocho años se pierden tres.
Ya sé, legalmente las campañas políticas empiezan sesenta días antes de las elecciones, pero seamos realistas: la preparación y planificación empieza mucho antes y consume bastante atención y esfuerzos que podrían ir a... no sé, me parece... ocuparse de gobernar. Sin mencionar el frenesí mediático que rodea a toda campaña electoral. Y no hablemos de los gastos.
En mi opinión, habría que cambiar este sistema por uno más práctico y simple: Todos los mandatos (Presidente, diputados y senadores) deberían durar cinco años y ser elegidos el mismo día. Debería prohibirse la reelección presidencial en todas sus formas, sea inmediata o con un período en el medio.
Piénsenlo.
El único problema es que se necesitaría una reforma constitucional para este cambio. Y los que están en este momento en el juego político son muy poco confiables como para dejarlos tocar la Constitución. Quién sabe lo que pondrían...
Como para ir pensando.
- El Presidente y Vicepresidente son elegidos cada cuatro años, con la posibilidad de ser reelegidos una sola vez consecutiva, pudiendo volver a presentarse cuatro años después de dejar el cargo.
- Los miembros de la Cámara de Diputados duran cuatro años en su cargo, pero la mitad de la Cámara debe renovarse cada dos años.
- Los senadores duran seis años en su cargo, pero la tercera parte del Senado debe renovarse cada dos años.
- Presidenciales, de diputados y de senadores
- De diputados y senadores solamente
En la práctica, esto significa lo siguiente: de los cuatro años de mandato de un Presidente, se pierde un año entero planeando cómo ganar las elecciones legislativas de mitad de mandato y se pierde otro año entero planeando la reelección. En caso de ganar la reelección, se cuenta otro año perdido en ganar las otras legislativas de mitad de mandato.
Resumiendo: de cuatro años de mandato presidencial se pierden dos años en campañas; si gana la reelección, de ocho años se pierden tres.
Ya sé, legalmente las campañas políticas empiezan sesenta días antes de las elecciones, pero seamos realistas: la preparación y planificación empieza mucho antes y consume bastante atención y esfuerzos que podrían ir a... no sé, me parece... ocuparse de gobernar. Sin mencionar el frenesí mediático que rodea a toda campaña electoral. Y no hablemos de los gastos.
En mi opinión, habría que cambiar este sistema por uno más práctico y simple: Todos los mandatos (Presidente, diputados y senadores) deberían durar cinco años y ser elegidos el mismo día. Debería prohibirse la reelección presidencial en todas sus formas, sea inmediata o con un período en el medio.
Piénsenlo.
- Sólo un año de campañas electorales cada cinco.
- Una única elección, pero mucho más importante y relevante.
- Mayor posibilidad para los partidos de organizarse y armar una campaña coherente.
- Mayor posibilidad de preparar un programa de gobierno creíble.
- El partido de gobierno podría mostrar los logros de cinco años de gobierno; la oposición podría denunciar los fracasos y escándalos de cinco años de gobierno.
- Presidentes que no tendrían que ocuparse de ganar elecciones cada dos años, perdiendo tiempo que podría destinarse a la administración del país.
- Mayor posibilidad de llegar a acuerdos entre Gobierno y oposición (después de todo, van a tener que convivir tal como llegaron por los siguientes cinco años).
- Se evitaría el desgaste de un año o más de especulaciones sobre la reelección, así como el desgaste de un segundo mandato presidencial.
- Y la posibilidad del voto castigo supremo: hacerle perder al partido de gobierno la Presidencia y las dós Cámaras en un sólo golpe, complicándolos por cinco años.
El único problema es que se necesitaría una reforma constitucional para este cambio. Y los que están en este momento en el juego político son muy poco confiables como para dejarlos tocar la Constitución. Quién sabe lo que pondrían...
Como para ir pensando.
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