sábado, 14 de octubre de 2006

Sopa electoral

Según la Constitución, los períodos y elecciones para la Presidencia y el Congreso se organizan de la siguiente manera:
  • El Presidente y Vicepresidente son elegidos cada cuatro años, con la posibilidad de ser reelegidos una sola vez consecutiva, pudiendo volver a presentarse cuatro años después de dejar el cargo.
  • Los miembros de la Cámara de Diputados duran cuatro años en su cargo, pero la mitad de la Cámara debe renovarse cada dos años.
  • Los senadores duran seis años en su cargo, pero la tercera parte del Senado debe renovarse cada dos años.
En resumen, tenemos elecciones cada dos años, y de dos tipos:
  • Presidenciales, de diputados y de senadores
  • De diputados y senadores solamente
En teoría, esto permite una renovación sostenida y periódica de los cargos, permitiendo además que la gente se exprese mediante el voto con frecuencia.

En la práctica, esto significa lo siguiente: de los cuatro años de mandato de un Presidente, se pierde un año entero planeando cómo ganar las elecciones legislativas de mitad de mandato y se pierde otro año entero planeando la reelección. En caso de ganar la reelección, se cuenta otro año perdido en ganar las otras legislativas de mitad de mandato.

Resumiendo: de cuatro años de mandato presidencial se pierden dos años en campañas; si gana la reelección, de ocho años se pierden tres.

Ya sé, legalmente las campañas políticas empiezan sesenta días antes de las elecciones, pero seamos realistas: la preparación y planificación empieza mucho antes y consume bastante atención y esfuerzos que podrían ir a... no sé, me parece... ocuparse de gobernar. Sin mencionar el frenesí mediático que rodea a toda campaña electoral. Y no hablemos de los gastos.

En mi opinión, habría que cambiar este sistema por uno más práctico y simple: Todos los mandatos (Presidente, diputados y senadores) deberían durar cinco años y ser elegidos el mismo día. Debería prohibirse la reelección presidencial en todas sus formas, sea inmediata o con un período en el medio.

Piénsenlo.
  • Sólo un año de campañas electorales cada cinco.
  • Una única elección, pero mucho más importante y relevante.
  • Mayor posibilidad para los partidos de organizarse y armar una campaña coherente.
  • Mayor posibilidad de preparar un programa de gobierno creíble.
  • El partido de gobierno podría mostrar los logros de cinco años de gobierno; la oposición podría denunciar los fracasos y escándalos de cinco años de gobierno.
  • Presidentes que no tendrían que ocuparse de ganar elecciones cada dos años, perdiendo tiempo que podría destinarse a la administración del país.
  • Mayor posibilidad de llegar a acuerdos entre Gobierno y oposición (después de todo, van a tener que convivir tal como llegaron por los siguientes cinco años).
  • Se evitaría el desgaste de un año o más de especulaciones sobre la reelección, así como el desgaste de un segundo mandato presidencial.
  • Y la posibilidad del voto castigo supremo: hacerle perder al partido de gobierno la Presidencia y las dós Cámaras en un sólo golpe, complicándolos por cinco años.
Sólo ese último punto tendría que hacerlos reflexionar bastante durante sus mandatos.

El único problema es que se necesitaría una reforma constitucional para este cambio. Y los que están en este momento en el juego político son muy poco confiables como para dejarlos tocar la Constitución. Quién sabe lo que pondrían...

Como para ir pensando.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal

Más recientes›  ‹Antiguas