sábado, 6 de octubre de 2007

Inflando y desinflando

A raíz del más reciente índice de inflación dado a conocer por el Indec, en el que se da cuenta de un aumento "oficial" del 0.8%, y de las declaraciones del Presidente Kirchner en las que se refiere a dicho índice como "perfecto", me puse a pensar algunas cosas sobre la incertidumbre en la que vivimos desde el día en que se decidió que el combate a la inflación pasaba por negar que existiera y por adulterar los índices oficiales.
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Realmente me cuesta entender qué beneficio puede obtener el gobierno en su defensa a ultranza de un índice de inflación en el que nadie cree y en un organismo como el Indec, de cuya independencia y autonomía se duda. ¿De qué puede servir obsesionarse en afirmar que la inflación no llega al uno por ciento cuando todos los sectores de la sociedad coinciden en afirmar que los aumentos de precios son constantes y sostenidos? ¿De qué sirve negar una realidad que afecta ya a todo el país?
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A esto se suman las insistentes declaraciones de los Fernández en las que afirman que la inflación "no existe" o que sólo se trata de aumentos en determinados productos... cuando no abre la boca el impresentable D'Elía como lo hizo el viernes en Radio 10, culpando del aumento del precio del tomate a una conspiración internacional que incluye al gobierno de los Estados Unidos, a los "grupos económicos", a los sectores de la oposición y al cardenal Bergoglio, entre otros, con el avieso propósito de desestabilizar al gobierno de Kirchner. (Quisiera estar exagerando, pero escuché a Cinco Pibe' haciendo esas delirantes declaraciones...)
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Cuando los funcionarios pingüinistas han debido responder a alguna pregunta inconveniente sobre la adulteración de los índices inflacionarios o la situación irregular del Indek, la respuesta siempre fue la misma: cada punto de inflación representa un aumento en los montos que la Argentina debe pagar a los tenedores de bonos de nuestra deuda externa, y evitando que la inflación suba de esa manera, la Argentina se ahorraría de pagar dichos aumentos..Casi parecería, dada esa explicación, que la intervención del Indek es una patriada de la que tendríamos que estar agradecidos antes de criticarla...
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En primer lugar, no sólo el truchado de los índices de inflación es verdaderamente inútil a la hora de bajar la inflación (creer que diciendo que está en 0,8% va a alcanzar para que la inflación real se atenga a esos números es, cuanto menos, ingenuo... y como máximo, señal de una personalidad desequilibrada), sino que atenta contra la necesaria seguridad que deben tener las personas y empresas respecto de la información. En efecto, todos necesitamos tener un mínimo de confiabilidad en la información para poder movernos en el mundo... y si no se puede confiar en la información, lo que sobreviene es la incertidumbre y el caos.
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El argumento patriotero de "con índices bajos nos evitamos tener que pagar" es inaceptable. En primer lugar, porque resulta temerario e irresponsable jugar con la confianza pública de esta manera. En segundo lugar, porque es reconocer abiertamente que se falsea información para no pagar compromisos libremente asumidos por el Estado nacional (recordemos que fue esta administración la que tuvo la brillante idea de lanzar al mercado bonos de la deuda atados a la tasa de inflación).
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Si el Estado nacional (y por lo tanto la República Argentina) se comprometió con los tenedores de bonos a pagar un determinado aumento por cada incremento en el índice de inflación, debe asumir ese compromiso y comportarse de acuerdo a él. Y antes de que alguien diga que se trata solamente de "no pagar la deuda externa", vale recordar que el Estado argentino tiende primero a renegar de sus compromisos exteriores y después a hacer lo mismo con sus propios ciudadanos... con lo que apoyar sin pensarlo una acción como ésta bien puede volverse en contra de muchos argentinos incautos...
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En buen criollo: el Estado te miente para no pagar lo que se comprometió a hacer. Tenemos demasiada experiencia con un Estado cleptómano como el argentino como para aceptar tan alegremente ese argumento.

1 Comentarios:

Blogger C. W. Karl dijo...

Mientras al índice inflacionario el pingüino lo infla, paralelamente al país le está quitando el aire, es decir lo está desinflando.

Un abrazo!

10:43 p. m.  

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