La solidaridad de los argentinos

Siempre que llega la campaña de Unicef o se produce una catástrofe natural (leáse inundaciones), la conclusión a la que llegan unánimemente los medios de comunicación es "¡Qué solidarios que son los argentinos!"

¿En serio se puede hablar de cultura solidaria, por donar un cartón de leche o cinco pesos por medio de un llamado telefónico?

En las últimas semanas, se dieron muchos hechos, que en cierto modo confirmaron una grave sospecha. Los argentinos no somos para nada solidarios. Lo constatamos en los accidentes de auto que se dan semanalmente, poco nos importa la vida ajena. Lo verificamos en los que realizan cortes de rutas, avenidas y peatonales, sin importar si perjudican industrias, peatones, turistas, o taxistas. Una vez más lo percibimos en las huelgas en los hospitales, donde la vocación por sanar es menos importante que un aumento de sueldo.

Para reflexionar, ¿dónde se encuentra la verdadera solidaridad? En el gesto esporádico de la donación casual y mediática o en el día a día de la construcción de una sociedad que cohesionada lucha por un bien común, imposible de ser alcanzado por separado.