¿Hay agua en la pileta?
Néstor Kirchner hizo una vez más lo que mejor sabe hacer: patear el tablero.
En una jugada brutal, el Presidente real convenció a la Presidente ficticia para que propicie un adelantamiento de las elecciones legislativas nacionales al 28 de junio, apenas 24 horas después de que Mauricio Macri anunciara que las elecciones legislativas de la ciudad de Buenos Aires iban a ser desdobladas de las nacionales y adelantadas a la misma fecha.
No importa que esta jugada requiera cambiar el Código Electoral que el propio Kirchner reformó cuando estaba formalmente en la Presidencia, no importa la crítica destemplada que hiciera al adelanto de elecciones hace apenas unas semanas en Catamarca, no importa que la crisis y el desastre que ahora los tiene tan nerviosos fuera la misma que negaban hasta el cansancio, no importa que cualquier confianza que pudiera haber quedado sobre el futuro económico del país de acá a octubre se esfumara y ni siquiera importa el ridículo de contradecirse groseramente, lo que importa es la elección y ganarla.
Es que es un Kirchner en estado puro: incluso el objetivo estratégico (la permanencia en el poder) se sacrifica al logro del objetivo táctico (la victoria electoral).
Es cierto que Kirchner descalabró el escenario político con su brutal propuesta de correr las elecciones cuatro meses. Es cierto que agarró a la oposición en un estado precario y la forzó a correr para compensar los meses que probablemente no tenga. Es cierto que le ahorra en parte al Gobierno el desgaste que le hubieran traído varios meses de malas noticias económicas y electorales. Es cierto que quizás haya puesto coto al esfuerzo legislativo para quitarle las retenciones al Ejecutivo, forzando al Legislativo a debatir este absurdo cambio de fechas. Y también es cierto que por primera vez en mucho tiempo, él es el que dice a qué compás van a tener que bailar todos los demás.
Pero es una jugada muy pero muy complicada para el kirchnerismo.
La oposición pasará por un descalabro inicial que sin duda el oficialismo tratará de explotar, pero si Kirchner cuenta con que ese descalabro se perpetúe desde ahora hasta junio, haría bien en recordar que si bien las oposiciones argentinas históricamente fueron incapaces de unirse en pos de algo, nunca tuvieron mucho problema en unirse en contra de algo. Más cuando los tiempos apremian: ya no queda tiempo para seguir divagando en peleas de cartel al mejor estilo de las "Guerras de las Plumas" que las vedettes nos regalan todos los veranos.
Va a ayudar mucho a la oposición la percepción común, confirmada una vez más con esta jugada, de la imprevisibilidad absoluta del gobierno kirchnerista. La idea de que "estos son capaces de cualquier cosa" y la natural intranquilidad que esa idea provoca, no va a ser precisamente favorable a las intenciones electorales del matrimonio; si quedaba alguien que pudiera ver en el matrimonio mayores certezas y seguridades sobre el futuro, semejante maniobra hará mucho por desengañarlo.
Menos todavía va a ayudar la percepción sobre el futuro económico del país que deja este intento de ganar cuatro meses. De un solo saque, Kirchner se ocupó de hacer detonar cualquier credibilidad que pudieran tener las constantes y necias repeticiones de la Presidente sobre la inexistencia de la crisis, la solidez económica de la Argentina, los éxitos de la política oficial y las perspectivas sobre el futuro inmediato. Peor aún para la ya demolida credibilidad oficial, el discurso presidencial pasó de una negación completa de la realidad a un cuadro apocalíptico en apenas 24 horas, sin que por ello se vislumbren sinceramientos sobre la realidad de la economía: específicamente, la inflación, la desocupación y el nivel de reservas con que cuenta el Banco Central para afrontar la escalada del dólar.
En el imaginario colectivo todavía está fresco el recuerdo del adelanto que Raúl Alfonsín hizo de las elecciones presidenciales de 1989, y de cómo los esfuerzos del entonces mandatario por ganar de mano y conseguir el triunfo en las urnas fue devorado por la hiperinflación y la desconfianza generalizada en su política económica. Es una imagen que Cristina Kirchner evocó demasiado claramente con sus referencias acerca de "la crisis" y "el desastre" que hacen imperativo "superar el escollo electoral" lo antes posible.
Olvidan los oficialistas que ahora celebran la medida que el adelanto no es económica y electoralmente neutra. La decisión de correr las elecciones cuatro meses antes y la desconfianza e intranquilidad que provocan va a poner en marcha muchos procesos de la economía que Kirchner seguramente esperaba dejar para después de las elecciones. En su distorsionada visión del mundo, Kirchner no comprende que los golpes de mano en política repercuten en las percepciones de la ciudadanía, y que esa misma ciudadanía es la que con sus decisiones de ahorro y consumo mueve la economía nacional. Ante un futuro que promete ser tan serio como para forzar al matrimonio a apostar a las elecciones anticipadas, no es de descartar una búsqueda de seguridad y resguardo por parte de los habitantes... con la consecuente presión sobre el dólar.
Además, en estos momentos la Mesa de Enlace debe estar sopesando cuidadosamente las ventajas y desventajas del nuevo escenario electoral. Por más que Kirchner le quite titulares al conflicto agropecuario con su última jugada y a pesar de que comprensiblemente, la atención legislativa pase a enfocarse sobre esta idea de cambiar el Código Electoral, los ruralistas no pueden ignorar tres grandes favores que Kirchner les ha dado gratuitamente.
Primero, los salva a ellos también de cuatro meses de desgaste y potenciales peleas internas. Segundo, le da un peso electoral nuevo al conflicto agropecuario, ya que no va a llegar al momento de las elecciones siendo una noticia repetida y hartante para la opinión pública, sino un conflicto fresco e irresuelto que aún va a tener en ascuas al interior. Y tercero, como bien se señaló en algunos comentarios, les da a los ruralistas un arma impensada contra el Gobierno recaudador: es más factible detener las ventas hasta junio y negarle al Gobierno los ingresos por exportaciones que tanto necesita para refrescar la caja y así comprar votos y voluntades.
Por último, la medida es una admisión brutal de la poca solidez con que cuenta el oficialismo. Aquella administración que hacía lo imposible por mostrarse monolítica y avasalladora ahora revela su debilidad atroz, su desesperación por ganar y la escasez de sus recursos, y deja a las claras que no se veía con buenas posibilidades de ganar las elecciones si se celebraban en octubre tal como lo mandaba la ley. Eso sólo basta para incentivar a muchos que no derramarían una sola lágrima por el final del kirchnerismo: en su afán por ganarle a la Historia, el kirchnerismo sangró demasiado en un agua que cada día está más infestada de tiburones... a los que él mismo ayudó a criar.
Es cierto que quizás la jugada reporte beneficios a Kirchner; si no le da una victoria, al menos podría ayudarlo a hacer que la derrota fuera menos espectacular o que el triunfo opositor no sea tan abultado. Puede incluso darle oxígeno para intentar nuevas jugadas de aquí a octubre en todos los campos de batalla que tiene abiertos: campo, Cobos, Grupo Clarín y oposición. Sin embargo, esto requeriría que Kirchner piense más allá del escasísimo margen de tiempo que emplea para tomar decisiones: requiere que piense en el futuro y no ya en la tapa del diario del día siguiente.
¿Es Kirchner capaz de aprovechar la jugada que él mismo hizo?
Difícil. Hablamos del mismo hombre que hipotecó la imagen positiva del mandato recién iniciado de su esposa en un conflicto con la base electoral que la llevó a la victoria en 2007; del mismo hombre que tan ansioso está por destruir al Vicepresidente que todos los días le regala pequeñas victorias gandhianas con cada acto de mezquindad oficial que le prodiga; del mismo hombre que no vaciló en aliarse con las dos figuras más odiadas de una provincia en la que iba a perder con tal de pretender escupirle el asado a sus ex-aliados, ganándose así una derrota electoral.
Néstor Kirchner es un hombre que, si pudiera, jugaría los ahorros de su vida en el Prode de la semana con tal de ganarlo. La enormidad de la apuesta y la audacia de la maniobra asustan al principio, pero pasado el estruendo de las operaciones de prensa, dejan al hombre y a la fuerza que representa con más debilidad presente y futura.
El tiempo dirá lo demás.
En una jugada brutal, el Presidente real convenció a la Presidente ficticia para que propicie un adelantamiento de las elecciones legislativas nacionales al 28 de junio, apenas 24 horas después de que Mauricio Macri anunciara que las elecciones legislativas de la ciudad de Buenos Aires iban a ser desdobladas de las nacionales y adelantadas a la misma fecha.
No importa que esta jugada requiera cambiar el Código Electoral que el propio Kirchner reformó cuando estaba formalmente en la Presidencia, no importa la crítica destemplada que hiciera al adelanto de elecciones hace apenas unas semanas en Catamarca, no importa que la crisis y el desastre que ahora los tiene tan nerviosos fuera la misma que negaban hasta el cansancio, no importa que cualquier confianza que pudiera haber quedado sobre el futuro económico del país de acá a octubre se esfumara y ni siquiera importa el ridículo de contradecirse groseramente, lo que importa es la elección y ganarla.
Es que es un Kirchner en estado puro: incluso el objetivo estratégico (la permanencia en el poder) se sacrifica al logro del objetivo táctico (la victoria electoral).
Es cierto que Kirchner descalabró el escenario político con su brutal propuesta de correr las elecciones cuatro meses. Es cierto que agarró a la oposición en un estado precario y la forzó a correr para compensar los meses que probablemente no tenga. Es cierto que le ahorra en parte al Gobierno el desgaste que le hubieran traído varios meses de malas noticias económicas y electorales. Es cierto que quizás haya puesto coto al esfuerzo legislativo para quitarle las retenciones al Ejecutivo, forzando al Legislativo a debatir este absurdo cambio de fechas. Y también es cierto que por primera vez en mucho tiempo, él es el que dice a qué compás van a tener que bailar todos los demás.
Pero es una jugada muy pero muy complicada para el kirchnerismo.
La oposición pasará por un descalabro inicial que sin duda el oficialismo tratará de explotar, pero si Kirchner cuenta con que ese descalabro se perpetúe desde ahora hasta junio, haría bien en recordar que si bien las oposiciones argentinas históricamente fueron incapaces de unirse en pos de algo, nunca tuvieron mucho problema en unirse en contra de algo. Más cuando los tiempos apremian: ya no queda tiempo para seguir divagando en peleas de cartel al mejor estilo de las "Guerras de las Plumas" que las vedettes nos regalan todos los veranos.
Va a ayudar mucho a la oposición la percepción común, confirmada una vez más con esta jugada, de la imprevisibilidad absoluta del gobierno kirchnerista. La idea de que "estos son capaces de cualquier cosa" y la natural intranquilidad que esa idea provoca, no va a ser precisamente favorable a las intenciones electorales del matrimonio; si quedaba alguien que pudiera ver en el matrimonio mayores certezas y seguridades sobre el futuro, semejante maniobra hará mucho por desengañarlo.
Menos todavía va a ayudar la percepción sobre el futuro económico del país que deja este intento de ganar cuatro meses. De un solo saque, Kirchner se ocupó de hacer detonar cualquier credibilidad que pudieran tener las constantes y necias repeticiones de la Presidente sobre la inexistencia de la crisis, la solidez económica de la Argentina, los éxitos de la política oficial y las perspectivas sobre el futuro inmediato. Peor aún para la ya demolida credibilidad oficial, el discurso presidencial pasó de una negación completa de la realidad a un cuadro apocalíptico en apenas 24 horas, sin que por ello se vislumbren sinceramientos sobre la realidad de la economía: específicamente, la inflación, la desocupación y el nivel de reservas con que cuenta el Banco Central para afrontar la escalada del dólar.
En el imaginario colectivo todavía está fresco el recuerdo del adelanto que Raúl Alfonsín hizo de las elecciones presidenciales de 1989, y de cómo los esfuerzos del entonces mandatario por ganar de mano y conseguir el triunfo en las urnas fue devorado por la hiperinflación y la desconfianza generalizada en su política económica. Es una imagen que Cristina Kirchner evocó demasiado claramente con sus referencias acerca de "la crisis" y "el desastre" que hacen imperativo "superar el escollo electoral" lo antes posible.
Olvidan los oficialistas que ahora celebran la medida que el adelanto no es económica y electoralmente neutra. La decisión de correr las elecciones cuatro meses antes y la desconfianza e intranquilidad que provocan va a poner en marcha muchos procesos de la economía que Kirchner seguramente esperaba dejar para después de las elecciones. En su distorsionada visión del mundo, Kirchner no comprende que los golpes de mano en política repercuten en las percepciones de la ciudadanía, y que esa misma ciudadanía es la que con sus decisiones de ahorro y consumo mueve la economía nacional. Ante un futuro que promete ser tan serio como para forzar al matrimonio a apostar a las elecciones anticipadas, no es de descartar una búsqueda de seguridad y resguardo por parte de los habitantes... con la consecuente presión sobre el dólar.
Además, en estos momentos la Mesa de Enlace debe estar sopesando cuidadosamente las ventajas y desventajas del nuevo escenario electoral. Por más que Kirchner le quite titulares al conflicto agropecuario con su última jugada y a pesar de que comprensiblemente, la atención legislativa pase a enfocarse sobre esta idea de cambiar el Código Electoral, los ruralistas no pueden ignorar tres grandes favores que Kirchner les ha dado gratuitamente.
Primero, los salva a ellos también de cuatro meses de desgaste y potenciales peleas internas. Segundo, le da un peso electoral nuevo al conflicto agropecuario, ya que no va a llegar al momento de las elecciones siendo una noticia repetida y hartante para la opinión pública, sino un conflicto fresco e irresuelto que aún va a tener en ascuas al interior. Y tercero, como bien se señaló en algunos comentarios, les da a los ruralistas un arma impensada contra el Gobierno recaudador: es más factible detener las ventas hasta junio y negarle al Gobierno los ingresos por exportaciones que tanto necesita para refrescar la caja y así comprar votos y voluntades.
Por último, la medida es una admisión brutal de la poca solidez con que cuenta el oficialismo. Aquella administración que hacía lo imposible por mostrarse monolítica y avasalladora ahora revela su debilidad atroz, su desesperación por ganar y la escasez de sus recursos, y deja a las claras que no se veía con buenas posibilidades de ganar las elecciones si se celebraban en octubre tal como lo mandaba la ley. Eso sólo basta para incentivar a muchos que no derramarían una sola lágrima por el final del kirchnerismo: en su afán por ganarle a la Historia, el kirchnerismo sangró demasiado en un agua que cada día está más infestada de tiburones... a los que él mismo ayudó a criar.
Es cierto que quizás la jugada reporte beneficios a Kirchner; si no le da una victoria, al menos podría ayudarlo a hacer que la derrota fuera menos espectacular o que el triunfo opositor no sea tan abultado. Puede incluso darle oxígeno para intentar nuevas jugadas de aquí a octubre en todos los campos de batalla que tiene abiertos: campo, Cobos, Grupo Clarín y oposición. Sin embargo, esto requeriría que Kirchner piense más allá del escasísimo margen de tiempo que emplea para tomar decisiones: requiere que piense en el futuro y no ya en la tapa del diario del día siguiente.
¿Es Kirchner capaz de aprovechar la jugada que él mismo hizo?
Difícil. Hablamos del mismo hombre que hipotecó la imagen positiva del mandato recién iniciado de su esposa en un conflicto con la base electoral que la llevó a la victoria en 2007; del mismo hombre que tan ansioso está por destruir al Vicepresidente que todos los días le regala pequeñas victorias gandhianas con cada acto de mezquindad oficial que le prodiga; del mismo hombre que no vaciló en aliarse con las dos figuras más odiadas de una provincia en la que iba a perder con tal de pretender escupirle el asado a sus ex-aliados, ganándose así una derrota electoral.
Néstor Kirchner es un hombre que, si pudiera, jugaría los ahorros de su vida en el Prode de la semana con tal de ganarlo. La enormidad de la apuesta y la audacia de la maniobra asustan al principio, pero pasado el estruendo de las operaciones de prensa, dejan al hombre y a la fuerza que representa con más debilidad presente y futura.
El tiempo dirá lo demás.
5 Comentarios:
Creo que Kirchner demuestra no solo que es un politico antes que un democrata, sino que su mente es mucho mas habil de lo que esperabamos.
No encuentro un solo analista politico que vea mas alla de lo que esta reforma implica.
Si bien es legal, por que es una facultad del congreso reformar cualquier codigo, es un claro ejemplo de la inseguridad juridica constante que se vive en la argentina donde hay miles de ejemplos y donde la prevision es totalmente incierta para todo: desde una eleccion, hasta la economia, hasta las leyes penales, hasta lo que nos podamos imaginar. Y si es cuestion de imaginar: es impensado que se expropien tierras?, es impensado un nuevo corralito de los que mas tienen?, es impensado un nuevo default?, es impensada la intervencion de ciertas provincias?, es impensada la intervencion estatal en muchas empresas que podrian ser de supuesta utilidad publica?
Hay dos cuestiones que nadie dice: 1) Nestor puede ir por la provincia de buenos aires?, por que en 2007 voto en santa cruz... por lo cual su domicilio estaba alla... aunque es publico que desde 2003 vive en olivos y... 2) No quiero sonar apocaliptico pero... para que asuman las nuevas autoridades van a pasar casi 5 meses... en el caso de la peor hipotesis para el gobierno (perder por paliza) el nuevo congreso no le permitira legislar en un futuro... entonces... los que quedan por los meses que quedan... imaginamos las cosas que van a sancionar? y destacando que son mayoria y un verdadero conjunto de muertos vivos en terminos politicos (por que probablemente se queden afuera del nuevo congreso y deban quedar muy bien con los K para poder seguir viviendo cual parasitos de la politica en secretarias, ministerios, consulados, etc...)
Despues de esto y tantos otros ejemplos, se puede esperar cualquier cosa.
El gobierno sabe del fin o de un serio problema de gobernabilidad (ella utilizo, increiblemente, la palabra SUICIDIO) y van a dar pelea en cada frente, cargando contra cada uno de sus enemigos sin ningun tipo de reparo (clarin, la nacion, shell, el campo, ciertos sectores industriales y bancarios, etc.)
Ahora los anteriormente nombrados, la oposicion y el campo deben actuar si quieren ganar (cosa que personalmente dudo). Todos esos dirigentes deben en pocos dias dejar cosas de lado y salir a pelear para ganar o morir... por que este gobierno se maneja en esos terminos.
Se acabo un campo cuasi tecnico que habla de problemas puntuales de su sector para pasar a un campo que debe tener que hablar en terminos politicos a nivel nacinal gracias al masivo apoyo que dicen contar a nivel general. Se acabo la pasividad politica de los mas convocantes o populares como pueden ser De Angeli, Buzzi, Llambias o Miguens. Se acabo el Reutemann dubitativo. Se acabo la Carrio con delirios misticos, denuncias poco concretas e incapaz de liderar. Se acabo el Macri que la juega de callado y espera. Se acabo el Duhalde que opera desde las sombras.
Para la oposicion debe ser a todo o nada, la gloria o devoto, por que enfrente deben ser concientes de que tienen, quizas, al adversario mas fuerte que puedan imaginar, dispuesto a todo. Y van hacia la ultima gran batalla, por que el gobierno lo plantea en esos terminos...
Es una pena que la argentina sea asi, creo que es la primera vez que desde que volvio la democracia un gobierno no se resigna a lo logico, que es dejar el poder, el logico desgaste, al cual se han acostumbrado todos los mandatarios, en todas las grandes democracias del mundo y que forma parte de ella...
Aca no va a haber helicoptero... aca no hay que subestimar y hay que actuar (como siempre se hizo por parte de la oposicion)... aca hay que saber votar, pero, mas que nunca, la ciudadania debe saber que con votar la democracia no basta y ante las locuras de este gobierno solo va a frenar ante la movilidad popular.
Abrazo
Agustin Rivero
Lo felicito por el comentario, creo que sólo se equivocó en una cosa: la que se quiere jugar al PRODE no es la de El, es la de otros. La propia ya la tiene bien guardadita e invertida en tierras y ladrillos.
Saludos
Agustin: Su mente es mucho mas habil de lo que esperabamos.???? Realmente yo no lo creo, la mente de NK es actuar por impulsos irracionales, lo más probable es que el único pensamiento de ese tipo haya sido arruinarle los planes a Macri sin tener idea del impacto total de su decisión.
Si realmente tuvo la consideración de que en octubre no llegaban, lo que hizo fue básicamente suicidarse por tener miedo a la muerte, así de simple. Si saca la reforma adelante, lo único que va a logar es acelerar la debacle economía, en junio recién vamos a estar en un proceso de profundización de la crisis con pocas posibilidades de detenerlo, ya que políticamente van a tener una elección en la que van a perder irremediablemente, no importa si creen que van a terminar con un 30% en la provincia de Buenos Aires, van a salir muy debilitados en un contexto donde se necesita tener la mayor fortaleza posible.
Un análisis superficial de la decisión mostraría que le permitió a los peronistas recuperar la iniciativa, pero vamos a ver que la complejidad de la situación en la que estamos este tipo de decisiones tiene un impacto de largo alcance, lamentablemente lo vamos a pagar nosotros.
Yo creo que politicamente hablando la mente de Nestor K es bastante mas habil por lo menos, que la media politica. Pero estamos ante una persona que no mide sus actos, te puede descolocar y cortarte en partido 20 minutos antes por que es el dueño de la pelota y, aunque ello, conlleve perder.
Mi analisis apunta a una oposicion que no dimensiona a quien tiene enfrente, pese a que ha dado sobradas muestras.
Ningun actor del arco oposito penso que esto podia ser posible y lo que mejor lo demuestra son las diversas reacciones al saber la noticia. Mientras todos hablaban de octubre como si fuera el 2011, de un saque, robo 3 meses. Los robo, con recursos legales, pero totalmente cuestionables en un pais donde la seguridad juridica no existe y se le acaba de dar una gran muestra de ello al mundo
Que oposicion seria, en otro pais del mundo no tiene a sus candidatos ya listos ante un gobierno que publicamente no goza de buena gobernabilidad?
Cuanto mas necesitan los dirigentes del campo para salir a defender sus ideas en el parlamento?
Cuanto mas necesita la oposicion para unirse y dejar de lado problemas de cartel cual vedettes de mar del plata?
Puede que no se den cuenta... puede que algunos ya arreglaron con nestor... pero es la oportunidad democratica de expresar el descontento que supuestamente tienen y que hace casi un año queria expresar por otras vias... aprovechen la oportunidad y recuerden que ante las barbaridades solo se puede responder con civilizacion. Saber expresar en las urnas es quizas, lo mejor que le pueda pasar a la democracia en este pais. Y que este gobierno llegue a su fin de acuerdo al mandato legal, tambien
Saludos
Agustin Rivero
No me parece que sea cuestión de tácticas y estrategias, es un ganso, berreta y bruto con viento de cola. Nada más.
Saludos!
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