Se reducen las alternativas
Parece que al menos en Provincia de Buenos Aires vamos a tener tres líneas contendientes para las próximas elecciones. Los peronistas disidentes más Macri y de Narváez por un lado, la Coalición, los socialistas y los radicales por otro, y el Kirchnerismo y sus asociados.
Y digo líneas porque aplicarles el rótulo de "partidos políticos" es ser demasiado generoso. Siguiendo la tradición política argentina, se trata de rejuntes de neto corte personalista, compuestos por lo que cada uno de sus grandes nombres es capaz de poner en la mesa de negociaciones.
A lo sumo, serán partidos "prét-a-porter", como les decían en una época, hechos a medida de la figura dirigente de turno.
Pero lo verdaderamente interesante es que al fin se está dando un proceso de confluencia entre algunas de las sectas de la oposición. Quizás la impresión de estar ante la creación de dos rejuntes no esté lejos de la verdad, pero tampoco se puede ignorar que, de haber primado el ánimo de hace dos años, esta vez estaríamos viendo al menos cinco líneas opositoras distintas (Macri, De Narváez, peronistas disidentes, Coalición Cívica y UCR). En ese sentido, que la decisión sea entre tres alternativas electorales es siempre preferible a que sea entre seis.
En lo personal creo que hay que marchar hacia un reacomodamiento definitivo de las fuerzas políticas de este país, uno que termine de una vez por todas con el caos que nos dejó el golpe civil de Duhalde.
Naturalmente, y desgraciadamente, dicho alineamiento incluirá la regeneración del peronismo, con la inestimable colaboración de Mauricio Macri. La movida de Solá le está dando a los caciques del peronismo la salida "elegante" que necesitan para despegarse del Néstor sin quedar como "traidores" al Justicialismo... que ha hecho de la traición interna su mecanismo de supervivencia.
En cuanto al otro lado de la oposición, está por verse si los restos mutantes del radicalismo, el socialismo compacto y Cobos y su colección de fugitivos K son capaces de conformar junto a los sectores que rodean a Carrió un conjunto socialdemócrata (a falta de un mejor término) que se sostenga en el tiempo y que sirva para, aunque sea, respirarle en la nuca a los peronistas.
El Kirchnerismo, mientras tanto, sólo se mantiene con aquellos que cuando ven a Néstor ven más una fuente de dinero rápido que un verdadero plan. En ese sentido, el kirchnerismo no tiene nada que retenga a los incondicionales que le quedan excepto la promesa de plata, plata y más plata. Su suerte depende de mantenerse sentado sobre la caja, de no cometer torpezas irreparables y de no enfrentarse a una opción que atraiga la atención de los que todavía están de su lado... o que les garantice más caja.
Lamentablemente falta una tercera opción. Una verdadera opción entre las dos que mencioné anteriormente. Una opción que no vea en el Estado una solución a todos los problemas sino que la busque en la creatividad individual y en el espíritu de empresa. Una opción que crea verdaderamente en la limitación del poder y no en la promesa de un Estado todopoderoso y benevolente.
Una opción, en suma, que verdaderamente se distinga de las otras por no compartir su adoración por el Estado.
Todavía falta eso. Y va a seguir faltando por un buen tiempo. Unos cuantos años, me temo.
Pero que por primera vez estemos en condiciones de desbancar a la variante más psicópata y delirante del estatismo argento... eso es un comienzo. Aún si los encargados de hacerlo son los resucitadores del justicialismo y la muchachada mística de Carrió.
Y digo líneas porque aplicarles el rótulo de "partidos políticos" es ser demasiado generoso. Siguiendo la tradición política argentina, se trata de rejuntes de neto corte personalista, compuestos por lo que cada uno de sus grandes nombres es capaz de poner en la mesa de negociaciones.
A lo sumo, serán partidos "prét-a-porter", como les decían en una época, hechos a medida de la figura dirigente de turno.
Pero lo verdaderamente interesante es que al fin se está dando un proceso de confluencia entre algunas de las sectas de la oposición. Quizás la impresión de estar ante la creación de dos rejuntes no esté lejos de la verdad, pero tampoco se puede ignorar que, de haber primado el ánimo de hace dos años, esta vez estaríamos viendo al menos cinco líneas opositoras distintas (Macri, De Narváez, peronistas disidentes, Coalición Cívica y UCR). En ese sentido, que la decisión sea entre tres alternativas electorales es siempre preferible a que sea entre seis.
En lo personal creo que hay que marchar hacia un reacomodamiento definitivo de las fuerzas políticas de este país, uno que termine de una vez por todas con el caos que nos dejó el golpe civil de Duhalde.
Naturalmente, y desgraciadamente, dicho alineamiento incluirá la regeneración del peronismo, con la inestimable colaboración de Mauricio Macri. La movida de Solá le está dando a los caciques del peronismo la salida "elegante" que necesitan para despegarse del Néstor sin quedar como "traidores" al Justicialismo... que ha hecho de la traición interna su mecanismo de supervivencia.
En cuanto al otro lado de la oposición, está por verse si los restos mutantes del radicalismo, el socialismo compacto y Cobos y su colección de fugitivos K son capaces de conformar junto a los sectores que rodean a Carrió un conjunto socialdemócrata (a falta de un mejor término) que se sostenga en el tiempo y que sirva para, aunque sea, respirarle en la nuca a los peronistas.
El Kirchnerismo, mientras tanto, sólo se mantiene con aquellos que cuando ven a Néstor ven más una fuente de dinero rápido que un verdadero plan. En ese sentido, el kirchnerismo no tiene nada que retenga a los incondicionales que le quedan excepto la promesa de plata, plata y más plata. Su suerte depende de mantenerse sentado sobre la caja, de no cometer torpezas irreparables y de no enfrentarse a una opción que atraiga la atención de los que todavía están de su lado... o que les garantice más caja.
Lamentablemente falta una tercera opción. Una verdadera opción entre las dos que mencioné anteriormente. Una opción que no vea en el Estado una solución a todos los problemas sino que la busque en la creatividad individual y en el espíritu de empresa. Una opción que crea verdaderamente en la limitación del poder y no en la promesa de un Estado todopoderoso y benevolente.
Una opción, en suma, que verdaderamente se distinga de las otras por no compartir su adoración por el Estado.
Todavía falta eso. Y va a seguir faltando por un buen tiempo. Unos cuantos años, me temo.
Pero que por primera vez estemos en condiciones de desbancar a la variante más psicópata y delirante del estatismo argento... eso es un comienzo. Aún si los encargados de hacerlo son los resucitadores del justicialismo y la muchachada mística de Carrió.
2 Comentarios:
Excelente análisis de como están las piezas en el tablero.
Como el ajedrez no se me dá, no alcanzo a ver más de una jugada a la vez.
Si puedo decirle que los rejuntes no han sido muy felices nunca.
Ya había pasado con el Chacho.
Mayor Paine, interesante comentario. Yo creo que inclusive ese escenario que vos describís para la provincia de Buenos Aires se puede dar a nivel nacional. Pensá, por ejemplo, que en Santa Fé la coalición que sostiene al gobierno provincial de Binner está constituída por el socialismo, ARI y los radicales, entre otros. Es más, Cavallo en este artículo opina más o menos parecido a vos: http://www.cavallo.com.ar/?p=186.
Respecto al peronismo, yo nunca prefiero darlo por muerto: no subestimes nunca su capacidad para regenerarse a sí mismo, aún en momentos de crisis. Cuando la sociedad gira hacia la izquierda, por ejemplo, el peronismo se regenera haciendo lo mismo (sin importar si antes fue de "derecha"); en este sentido son astutos. Tampoco nos olvidemos de su aparato político (que no es moco de pavo), ese que hace traccionar millones de votos a la hora de ganar una elección.
A mi entender, el peronismo se va a regenerar y va a aparecer como una fuerza de "centro" (o de "derecha"), olvidándose de lo que fue hace poco tiempo.
Sobre la tercera alternativa, a mi también me gustaría una gran fuerza de centroderecha. Hoy en día no existe, si bien yo pienso que el caudal electoral de una fuerza similar es enorme. Ahora, si pretendemos que esa fuerza sea 100% liberal, es difícil que pueda llegar al gobierno sin la ayuda de sectores conservadores. Sino, mirá los comentarios 17, 22 y 24 de este link: http://www.jorgeavilaopina.com/?p=199
Andrés
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