La protesta en Viena
Hay un aspecto de la protesta por las papeleras en Viena que los medios de comunicación no tocaron. Las mayores críticas acerca de la protesta tuvieron que ver con el carácter "poco profesional y diplomático" de la protesta. Es decir, muchos deseaban que el conflicto se encauce con una diplomacia de jefes de estados, donde no aparezcan otros actores (y menos aún, una bailarina con poca ropa). Sin embargo, el pueblo de Gualeguaychú se hizo presente.
Contrariamente a lo que se piensa, llevar a la Reina del Carnaval a Viena fue llevar lo mejor y lo más propio de Gualeguaychú. Es decir, esa ciudad es conocida por sus carnavales. Se caracteriza en la Argentina por la alegría de esa fiesta y por la belleza de su gente. Mandar a la Reina significa mandar lo más propio de ese pueblo. Esa ciudad nunca se caracterizó por la fama de sus escritores, ni por el desempeño de sus actores. Si el conflicto hubiese sido entre Buenos Aires y Montevideo, sonaría completamente lógico que Sábato haga un discurso de protesta representando a la sociedad civil. Probablemente eso sí lo veríamos con buenos ojos. Sábato representa mucho más a Buenos Aires que Karina Jellinek.
Que Gualeguaychú sea representada por su Reina del Carnaval, es cómo si los ciudadanos de esa ciudad se reuniesen y eligiesen lo más eximio de su sociedad. Que su atractivo sea su belleza física y no su inteligencia no debería implicar una connotación negativa. El objetivo de Gualeguaychú (algunos dirán que era de Greenpeace, pero cuando la Reina volvió, todo el pueblo salió a recibirla) era hacerce presente en Viena. Como representante mandaron lo mejorcito de ellos. En este sentido es lógico que hallan mandado a la Reina del Carnaval y no a un político o a un escritor. Por eso, la protesta no fue una "payasada" sino una "expresión sentida del pueblo".
Por otro lado, el vestuario que usó en Viena, lejos de ser algo "poco serio", implica la involucración de elementos locales en un conflicto global. Esto es algo que no se tiene en cuenta. Si el vestuario no hubiese sido "hot", de la misma manera, también hubiera sido un elemento válido de protesta.
A lo que apunto sobre todo, es que si bien es cuestionable "la mano de Greenpeace" que está detrás del hecho (está de moda criticar a Greenpeace), no es cuestionable la presencia de Evangelina Carrozo (aduciendo que porque tenía poca ropa su presencia ridiculizaba a la posición argentina).
A lo que apunto sobre todo, es que si bien es cuestionable "la mano de Greenpeace" que está detrás del hecho (está de moda criticar a Greenpeace), no es cuestionable la presencia de Evangelina Carrozo (aduciendo que porque tenía poca ropa su presencia ridiculizaba a la posición argentina).
5 Comentarios:
La actitud de Evangelina me pareció acertada e innovadora, al menos para la forma de manifestarse que tienen algunos de nuestros compatriotas, al pensar que solamente pueden obtener un beneficio si perjudican al resto de la sociedad, como ocurre con los cortes de rutas.
Lo que me está llamando mucho la atención, es que en la ciudad de Buenos Aires, no haya gente que proceda de la misma manera con respecto al tristemente célebre "Riachuelo" , por los innumerables daños que ocasiona a la población que habita en sus proximidades, en especial a los niños.
Saludos
Yo creo que los conflictos internacionales deben ser resueltos por los jefes de Estado y por los diplomáticos, que para eso los tenemos. Viena hubiera sido una buena oportunidad para tratar de resolver este desastre de las papeleras, de no ser justamente porque los presidentes (ejem...K...) están más ocupados en medir la opinión pública de sus países.
Podés llamarlo preconcepto ideológico o como quieras, pero en mi opinión la "participación del pueblo" causa más problemas de los que resuelve. La discusión de las papeleras hubiera quedado en una diferencia cualquiera de no haber sido por los cortes de ruta provocados por la gente de Gualeguaychú y Colón (cuya preocupación es totalmente comprensible pero que fue usada por algunos políticos con ganas de reelección -ejem...Busti-), que la transformó en una crisis internacional. Esta clase de "participación del pueblo" (los cortes de ruta, no Evangelina Carrozo) sólo exacerba los ánimos y pone a las cosas más tensas de lo que deberían ser.
Y sobre esta protesta, no ridiculiza a la posición argentina...que ya está bastante en el ridículo desde el acto de K en el Korsódromo, las puteadas de Aníbal Fernández y otras perlitas nuestras. El desfile de Evangelina Carrozo va a quedar como algo anecdótico en el medio de una pelea absurda, nada más que eso.
Para ir cerrando este cuasi-post, creo que más que buscar "modos nuevos" de protesta, deberíamos ocuparnos de recuperar las instituciones para que ellas puedan canalizar nuestros reclamos y darnos respuestas serias y sensatas sin tener que hacer el mayor barullo posible. Y para eso hay que votar pensando bien en lo que conviene.
En un post anterior hice referencia a lo deseable que sería que mucha más gente se movilizara por defender su derecho a un medio ambiente sano, además de todos sus otros derechos. Omití aclarar que no estoy de acuerdo con los cortes de ruta ni con otros "modos nuevos" de protesta, y que me refería a la participación y el reclamo por vías institucionales. Igualmente, dado el descrédito actual de las instituciones, mi posición es más bien tolerante y cercana al punto de vista manifestado por Emilio de Ipola en una artículo reciente en la revista Debate, citado en esta nota de Mario Wainfeld:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-65974-2006-04-23.html
Estoy de acuerdo con el Mayor Payne en que debemos ocuparnos de recuperar nuestras instituciones y su credibilidad, para salir lo antes posible del "estado de emergencia institucional" actual.
Saludos
En cuanto a Greenpeace no sé si está de moda criticarlos (yo lo hago desde hace mucho tiempo), pero lo que quiero señalar es el desinterés (oficial, de los medios de comunicación, etc., etc.) por las opiniones técnicamente autorizadas de nuestros científicos y tecnólogos sobre un problema como el de las papeleras. Entonces dejamos que una multinacional (como dijo el Mayor Payne en otro lado), cuyos intereses no están demasiado claros en el mejor de los casos, nos haga de "agenda setter" como suele decirse.
A pesar de lo que parece haberse entendido acá en la Argentina, la cumbre de Viena no era para el tema de las papeleras. Podría haber servido también para negociar y concretar inversiones, para mejorar un poco algunas percepciones sobre la Argentina, pero no, como siempre, elegimos sacrificarlo todo a una "causa nacional" (de los políticos). Y esto va por cuenta tanto del desfile de Carrozo como por la puteada de discurso que mandó K. Como si Gualeguaychú fuera el único factor de importancia en la política exterior argentina.
Además, como bien menciona Jorge, existe un desinterés total de los medios y formadores de opinión respecto a las opiniones técnicas (no sólo en esto, sino en muchas otras cuestiones). Entonces nos quedamos con lo superficial, lo sensacionalista y lo que vende titulares (¡¡¡LAZ PAPELERAZ NOZ VAN A KONTAMINAR Y VAMOZ A ZER MUTANTEZ!!!11!!1!). Así se explica la ignorancia, de la cual gente turbia como Busti y Kirchner se agarran y que mercenarios como los de Greenpeace aprovechan para embarrar la cancha, haciendo, de paso, que la situación apunte para sus intereses.
¿Por qué hay que pensar que la única participación posible de la sociedad civil tiene que ser la protesta? ¿No podemos concebir una sociedad civil que se informe y participe de los proyectos colaborando en su desarrollo, haciendo conocer sus preocupaciones y presentando propuestas en lugar de montar bloqueos y marchar?
Y sobre Greenpeace, no lo critico porque sea una moda hacerlo; yo siempre critico y voy a criticar a Greenpeace. Especialmente porque no alcanzo a entender por qué un grupo tan sospechoso como ese tiene que tener un cheque en blanco de parte de los medios, y estar exento de cualquier crítica a su modus operandi e intereses rectores.
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