sábado, 28 de marzo de 2009

Apostillas

Cada vez se hace más difícil y complejo intentar escribir algo que mantenga validez de una semana para la otra; tan locos son los tiempos que vivimos.

Por eso, esta semana voy a tratar de mantenerlo corto y concreto, tomando cada cuestión por puntos.

Clarín

No sé quién fue el que dijo que "ningún gobierno sobrevive a veinte tapas contrarias de Clarín".

Tampoco sé si fue el Gobierno el que mandó interferir las señales satelitales de Canal 13, TN y hasta Volver. Lo que sí sé es que no les creo absolutamente nada cuando intentan desmentirlo. Y nadie más se lo cree. Menos que menos el Grupo Clarín.

¿Cuánto se compró el Gobierno con este chistecito, sea por obra propia o por asociación? ¿Ocho tapas contrarias de Clarín? ¿O quizás cuatro notas con tono de preocupación de parte de Julio Bazán?

Sea lo que sea, fue un pésimo gesto en un momento muy complicado para el Gobierno.

mendacidad. (Del lat. mendacĭtas, -ātis). 1. f. Hábito o costumbre de mentir.

A la Presidente se le ocurrió afirmar que por culpa del último paro agropecuario una chica murió por demoras con la ambulancia.

Cuando hasta la propia madre de la difunta en cuestión sale a refutar lo que Cristina declaró desde Olivos, queda claro una vez más por qué a esta mujer no se le puede creer en lo más mínimo.

Falsear los detalles de la muerte de una chica solamente para arrojar culpas y ganarse algunos porotos en la guerra estúpida que declaró contra el campo habla a las claras de la bajeza moral e inmundicia que despide Cristina Elisabet Fernández de Kirchner cada vez que abre la boca.

Si no supiera absolutamente nada sobre las desgracias que esta señora y su cómplice conyugal le infligieron a este país, me bastaría este detalle para no pensar en darle mi voto.

Bajada de cambios

Y hablando del conflicto de nunca acabar, finalizó el más reciente paro de las cuatro entidades agropecuarias.

En lo personal yo estoy completamente en contra de los cortes de rutas, por lo que si realmente la Mesa de Enlace ha decidido a la luz de esta última semana poner paños fríos y hacer abandono de esa metodología, no puedo más que estar completamente de acuerdo.

No sólo hacen bien por la ilegalidad del mecanismo; es una decisión sensata para no saturar los nervios de la ciudadanía y arriesgar la carta más importante con la que cuentan: el apoyo de la opinión pública.

Es momento de recuperar fuerzas y planear otras estrategias. En lo personal, vería de mantener la calma a nivel nacional pero de aumentar la presión sobre los gobernadores y otros lacayos territoriales del kirchnerismo. Pegarles al kirchnerismo donde le duele: en los niveles más bajos del aparato. Y consolidar los vínculos del agro con sus comunidades locales y con las oposiciones varias.

A nivel nacional, optaría por insistir con diálogos, aún si delante hay que tener a Giorgi y Randazzo ofreciendo miserias que nunca van a cumplir. No hay que perder la calma frente a este Gobierno. Y siempre se puede contar con Néstor Kirchner para arruinar cualquier principio de acuerdo... pagando así los costos ante la sociedad.

Se corre el riesgo de quedar como ingenuo e inocente. Pero también viene de la mano con la percepción de quién es el intransigente y el tramposo. Hay que aprender de Felipe Solá. "En política hay que saber hacerse el boludo", decía Felipe.

"Siéntate en la puerta de tu casa..."

En cuanto al estadista de los próximos quince minutos, es decir el propio Néstor, las noticias vienen siempre con una de cal y una de arena.

Todavía debe estar festejando el adelantamiento de las elecciones. Es comprensible: se salió una vez más con la suya.

¿A qué precio? Al ridículo de demostrar una vez más que todos sus discursos son dobles (todavía resuenan sus graznidos contra el desdoblamiento electoral en Catamarca) y que con tal de ganar de aquí a quince minutos o la tapa de los próximos dos días es capaz de vender a su madre.

Y al peligro aún más serio de acelerar los tiempos de la oposición. Ya de entrada Solá y de Narváez arreglaron sus disputas sobre la lista y el panorama bonaerense empieza a nublarse para el Pingüino.

Aún a riesgo de coincidir con los pichettos, pampuros y rossis del mundo, una cosa es cierta: Kirchner es LA gran opción del kirchnerismo en Provincia. Massita y Floppy Randazzo no miden en el amperímetro en comparación con el Presidente Consorte.

Y eso es lo que debe desesperar al patagónico: con él como candidato, los campos están perfectamente delimitados y polarizados, y no queda espacio para las ambigüedades. Los kirchneristas y quien quiera votar a Kirchner tendrán la opción más pura y perfecta frente a ellos: el propio Kirchner.

Frente a Néstor candidato no hay mucho margen para las indecisiones; quien todavía esté indeciso es porque no se decidió por ninguna alternativa opositora. La gran duda entre los indecisos que todavía quedan será votar a De Narváez o a Stolbizer.

Y si Kirchner mismo, el ancho de espadas del kirchnerismo, no consigue atraer a los indecisos (no hablemos ya de arrancar votos a la oposición), menos lo harán los cuatros y cincos de su baraja de candidatos. Poner a "Massita" al tope de la lista, asumiendo que éste quiera ir, es entregar una elección que ya con el propio Néstor pinta ser complicada.

No importa qué tan mala sea una situación para el Gobierno: siempre podemos contar con Néstor (el mismo que le legó a su esposa los regalitos de un campo que la odia a morir, de la popularidad de Julio Cobos y de la sed de sangre del Grupo Clarín) para hacerla infinitamente peor.

¿Conviene la unidad?

¿Para qué conviene que la oposición "se una"?

Estas no son elecciones ejecutivas: no hay un único premio y por tanto no existe el "segundos, afuera".

Armar una gran coalición antikirchnerista es importante para el 2011 como lo fue en el 2007, pero no vale tanto para las elecciones de junio.

¿Para qué meter en un mismo armado a gente como Carrió, Macri, Cobos, Stolbizer, Solá, Juez, Binner y tantos otros que no pueden ni sentarse a comer una pizza?

Si lo hicieran, le hacen el juego a Néstor: le dan credibilidad a sus dichos de "la Alianza residual".

Es preferible que se formen dos grandes polos opositores que le arranquen al kirchnerismo votos por todos los cuartos: que la Coalición Cívica, los radicales y los socialistas se queden con los últimos progres convencidos y que el PROperonismo se lleve a los pragmáticos sobrevivientes. Y que al kirchnerismo lo voten sus últimas reservas: los que están demasiado metidos como para escapar y los que van arreados.

Total, acá se trata de sacarle bancas a Kirchner en las dos cámaras, no de disputar la Presidencia. En última instancia, la victoria electoral se medirá en las bancas que cada partido obtenga, no en quién salió primero. Eso es importante, pero no es lo fundamental.

Y creer que la tapa de Clarín diciendo quién sacó más votos en Provincia es lo fundamental es, una vez más, hacerle el juego al Néstor. A Kirchner le conviene tener frente a él un rejunte tan amplio como inestable. No lo va a ayudar mucho en las urnas, pero sí va a darle algunas dudas a quienes recuerdan lo que pasó la última vez que se armó una alianza con el único fin de ganar elecciones.

Para eso, mejor que sean dos bloques compactos de gente que se sienta cómoda con su compañía.

Quién sabe, si algún día esto termina, hasta podamos volver al bipartidismo a partir de estos dos bloques.

Soñar no cuesta nada, después de todo.

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