martes, 24 de enero de 2012

Una historia paralela de la Argentina (Anexo II)

Una historia paralela de la Argentina (1806 - 2010)

Anexo II. Sistema de Gobierno y Partidos Políticos

SISTEMA DE GOBIERNO

Políticamente, la Argentina está organizada como una república federal que opera bajo un régimen parlamentario de gobierno. La organización del sistema político argentino está basada en el llamado "sistema de Westminster", el cual heredó de la dominación colonial británica, con las modificaciones producidas a partir de la proclamación de la República en 1960 y la sanción de una nueva Constitución en 1983.

El corazón del sistema político argentino es el Parlamento de la República de Argentina, un cuerpo bicameral que combina los mecanismos parlamentarios heredados del Reino Unido con un elemento federalista de inspiración vagamente norteamericana, reflejando tanto la herencia colonial como la experiencia acumulada durante más de cien años de existencia política propia.

La cámara baja del Parlamento argentino es la Cámara de Representantes, compuesta por 388 miembros elegidos mediante un sistema de doble vuelta electoral en representación de otras tantas circunscripciones electorales uninominales. La Constitución manda que se produzca una renovación completa de la Cámara de Representantes cada tres años, aunque existen cláusulas que permiten elecciones y disoluciones anticipadas del cuerpo.

Siguiendo la tradición británica, le corresponde a la Cámara de Representantes otorgar la confianza necesaria para la confirmación de cualquier gobierno, lo que en la práctica significa que le corresponde formar gobierno a aquel partido o coalición que controle la mayoría de los escaños de la Cámara o una primera minoría en caso de que el resto de los partidos no se coaliguen en su contra. La Cámara puede forzar la dimisión de un gobierno mediante una moción de censura explícita o mediante el rechazo de proyectos impositivos o presupuestarios presentados por el Gobierno, lo que en este último caso se interpreta como una censura tácita derivada del rechazo de la Cámara a permitir que el Gobierno disponga de fondos públicos. Si el Primer Ministro no responde con la disolución de la Cámara, la misma puede forzarlo a dejar el cargo, pero sólo si existe una coalición o partido en condiciones de asumir el gobierno de forma inmediata.

La cámara alta es el Senado, compuesto por 72 miembros elegidos a razón de seis por provincia y tres por territorio nacional. Las elecciones para el Senado tienen lugar cada seis años de forma conjunta con los comicios presidenciales federales; las bancas senatoriales correspondientes a cada distrito son asignadas de forma proporcional según el caudal de votos recogido por cada partido en dicho distrito.

Aunque el Senado ha sido tradicionalmente más débil y menos políticamente activo que la Cámara de Representantes, esto ni le ha impedido ejercer un fuerte papel moderador en particular en lo que hace a la defensa de los intereses de las provincias menos pobladas y de los territorios, ni ha evitado que a lo largo de las décadas haya podido acumular ciertos poderes que elevaron su relevancia e impacto en el sistema político argentino.

Cualquiera de las cámaras del Parlamento puede aprobar un proyecto de ley con la presencia de al menos 50 de sus miembros. Todo proyecto legislativo requiere de la aprobación de ambas cámaras para convertirse en ley, lo que frecuentemente se traduce en desacuerdos entre la Cámara de Representantes y el Senado, en buena medida a causa del sesgo más territorial de este último.

Tras la traumática experiencia vivida durante la crisis constitucional de 1956, la tradición política argentina y luego la Constitución de 1983 establecieron procedimientos para la armonización de las disputas entre ambas cámaras o la disolución conjunta de la Cámara y el Senado y el llamado a nuevas elecciones; de cualquier forma, la Constitución argentina prohíbe la disolución legislativa y la convocatoria a comicios anticipados durante el año inmediatamente posterior a una elección fija y durante el año inmediatamente previo a la siguiente.

El poder ejecutivo de la Argentina está nominalmente encabezado por el Presidente de la República, cargo que sucedió al de Gobernador General tras el fin del régimen monárquico de unión personal con la Corona del Reino Unido. El cargo presidencial ha sido y es principalmente un puesto ceremonial cuyo titular cumple funciones protocolares como Jefe de Estado, además de participar en el proceso político como única figura capaz de disolver el Parlamento y convocar a elecciones (aunque estas últimas tengan lugar "por consejo" del Primer Ministro).

En décadas recientes, empero, la Presidencia ha sido fortalecida para que opere como una "institución estabilizadora" en momentos de crisis, pudiendo hacer un uso menos acotado de sus facultades de reserva. Asimismo, la Constitución de 1983 le reconoce al Presidente algunas facultades en materia de relaciones exteriores (en su carácter de Jefe de Estado y "Primer Embajador" de la República) y de defensa nacional (en su rol de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas) que anteriormente le correspondían al Gabinete y al Primer Ministro.

Originalmente el Presidente era designado por el Primer Ministro según la "recomendación" (en la práctica, la elección directa) de un candidato efectuada por el Senado; actualmente la elección presidencial se efectúa mediante un sistema indirecto en el que los votos se tabulan a partir de los resultados obtenidos en la elección popular de los senadores.

En los hechos, la mayor parte del poder ejecutivo argentino es ejercido por un Gabinete presidido por un Primer Ministro que oficia de Jefe de Gobierno. De acuerdo con la tradición de Westminster, los ministros del Gabinete son seleccionados de entre los miembros del Parlamento pertenecientes al partido de gobierno. Aunque en la virtual totalidad de los casos se trata de miembros de la Cámara de Representantes, no es inaudito pero sí altamente inusual que haya senadores en el Gabinete; en ciertos casos, por lo general durante situaciones de crisis o emergencia, el Gabinete puede incorporar a ministros que no cuenten con ninguna banca en el Parlamento.

Se espera que todos los ministros del Gabinete defiendan pública y solidariamente las decisiones gubernamentales independientemente de la posición que hayan tenido en los debates internos del cuerpo; por consiguiente, también se espera que cualquier ministro que no pueda hacerse cargo de esta defensa presente su dimisión de forma inmediata.

Los poderes del Gabinete (por fuera de las decisiones y resoluciones administrativas propias de cada cartera) y del Primer Ministro son en la práctica idénticos y ejercidos por éste último en nombre del cuerpo entero. Con la excepción de las facultades electorales, diplomáticas y militares que la Constitución le reconoce al Presidente (y que por lo general este último sólo puede ejercer siguiendo el consejo vinculante del Primer Ministro), el poder ejecutivo está prácticamente en manos del Primer Ministro.

Además de ser el líder del partido de gobierno, por convención el Primer Ministro es siempre un miembro de la Cámara de Representantes, y aunque técnicamente no es ilegal que un senador llegue al cargo, en estas circunstancias se esperaría de un senador que renuncie a su banca y dispute un escaño en la Cámara de Representantes. El Primer Ministro permanece en su cargo mientras conserve la confianza del Parlamento (esto es, que su partido retenga la mayoría de las bancas de la Cámara de Representantes) y mientras se mantenga como líder de su partido.

El sistema judicial argentino cuenta con dos estructuras separadas: una federal y otra provincial y territorial. Aunque ambas mantienen una separación casi completa, la Corte Suprema de Argentina tiene una posición superior en virtud de su condición de tribunal de última apelación en el sistema argentino. La Corte Suprema tiene jurisdicción originaria en algunas cuestiones puntuales, entendiendo en la mayoría de los casos por apelación de sentencias de los tribunales federales, provinciales o territoriales.

Los tribunales argentinos se dividen en cortes superiores y cortes inferiores. Las primeras son aquellas cuya jurisdicción es ilimitada y que ocupan el puesto principal en la jerarquía tribunalicia a la que corresponden; en esta categoría se hallan la Corte Suprema de Argentina y los Superiores Tribunales de Justicia de las provincias y territorios, y en todos los casos se trata de tribunales creados por las Constituciones o Cartas Legislativas correspondientes.

Las cortes inferiores, en cambio, son creadas por leyes del Parlamento o de las legislaturas y cuentan con jurisdicciones limitadas a las cuestiones que les están reservadas por las leyes que las crearon. En esta categoría entran no sólo los tribunales de primera instancia tanto federales como provinciales, sino también las cortes federales con competencia exclusiva sobre una jurisdicción limitada, como por ejemplo la Corte de Almirantazgo.

PARTIDOS POLÍTICOS

Partido Nacional

El Partido Nacional es el único de los "cuatro viejos partidos" (Nacional, Cívico, Laborista y Conservador) que continúa existiendo en su forma original en nuestros días. Es también el partido que más tiempo ha gobernado en la historia argentina (75 años de 124) y el que más Primeros Ministros ha tenido (15 de los 26). Su origen se remonta a los clubes políticos de los sectores medios y medios-altos de la comunidad angloparlante en los años previos e inmediatamente posteriores a la Federación, y aunque a lo largo de las décadas ha logrado adquirir una porción respetable del voto hispanoparlante, todavía es percibido como el partido emblemático de los argentinos de habla inglesa.

La ideología del Partido Nacional es básicamente conservadora (un hecho con el que se siente más cómodo luego de absorber los restos del Partido Conservador tras su implosión en la década de 1970), y si bien en líneas generales prefiere mantener al Estado lejos de la economía, su idea del papel de "control y supervisión" que debe ejercer el Estado es bastante más extensa que la de los liberales. Además, el gran peso que las elites provinciales tienen en la conducción del Partido Nacional ha llevado a la fuerza en determinados períodos a mostrarse favorable a ciertas medidas proteccionistas. Los nacionales optan por una visión conservadora en términos sociales, más proclive a la asimilación de los inmigrantes y recelosa de la expansión indiscriminada de los derechos sociales y de otras acciones a las que califican como "ingeniería social perniciosa". El Partido Nacional es además el más favorable a las Fuerzas Armadas de entre los tres grandes partidos actuales.

El Partido Nacional es la actual fuerza de gobierno de la Argentina desde su triunfo en las elecciones generales de 2007. Además de controlar la Presidencia, el Gabinete, la Cámara de Representantes y el Senado (aunque con una diferencia más acotada por sobre los socialdemócratas en esta cámara), los nacionales son gobierno en cinco provincias (Magellania, Misiones, Patagonia, Plata y Río Grande) y en el Territorio de la Capital Federal, constituyen la Oposición Oficial en las provincias de Araucania, Mesopotamia, Paraná, Paraguay y Uruguay, y ejercen el gobierno municipal en ciudades tales como Córdoba, Talcahuano, Corrientes, Santa Ana y Asunción.

El color oficial del Partido Nacional es el azul.

Partido Socialdemócrata

Surgido a partir de la fusión del Partido Cívico con la mayoría del Partido Laborista en los años previos a la constitución de la República, el Partido Socialdemócrata es el heredero actual del ala izquierda de los "cuatro viejos partidos" y representa la principal fuerza de centroizquierda en el espectro político argentino. Notablemente, los socialdemócratas han tenido un éxito considerablemente mayor que el de los partidos a los que sucedió, ya que ha logrado ejercer el poder durante 32 años de los 51 transcurridos desde su fundación.

Como se ha mencionado, la orientación ideológica del Partido Socialdemócrata es de centroizquierda, aunque se distinguen alas fuertemente polarizadas que por lo general coinciden con facciones que se remontan a los viejos partidos Cívico y Laborista. En líneas generales, los socialdemócratas favorecen la intervención estatal en la economía y defienden la preservación de aquellas instituciones y programas asociados con el "Estado de Bienestar" creadas durante los gobiernos cívicos de la década de 1920 y el gobierno laborista de Perón en la primera mitad de los '50. Asimismo, el Partido Socialdemócrata tiene una fuerte tendencia al multiculturalismo y a la liberalización de las normas sociales.

En su condición de segunda bancada de la Cámara de Representantes, el Partido Socialdemócrata constituye la Oposición Oficial a nivel federal. Actualmente, existen gobiernos socialdemócratas en las provincias de Araucania, Paraná, Paraguay, Tehuelchia y Uruguay, y son la oposición oficial en las provincias de Magellania, Misiones, Patagonia y del Plata, y en el Territorio de la Capital Federal. Los socialdemócratas son principalmente fuertes en los grandes centros urbanos y cinturones industriales del país, notablemente en Buenos Aires, White Bay e Iguassu, aunque el auge del Partido Liberal ha ido erosionando su apoyo en algunas de las grandes ciudades.

El color oficial del Partido Socialdemócrata es el rojo.

Partido Liberal

El Partido Liberal es la más nueva de las grandes fuerzas políticas argentinas. Aunque surgió oficialmente en 1978 cuando un grupo de dirigentes de segunda línea del Partido Nacional abandonó dicha fuerza en desacuerdo con la decisión del primer ministro Bordaberry de no avanzar con la privatización de las empresas estatales, el Partido Liberal recién despegaría a mediados de la década de 1990 cuando las reformas económicas puestas en marcha por el gobierno de Carlos Mannheim y el período de crecimiento que le siguió abrieron un importante espacio para la propagación del ideario partidista.

En términos ideológicos, el Partido Liberal parte de una concepción libremercadista, contraria a los controles estatales de todo tipo, y partidaria de la desregularización generalizada de las actividades económicas y comerciales. Políticamente, los liberales están a favor de un Estado que se mantenga al margen de aquellas cuestiones que, en su opinión, "exceden las exigencias básicas de autodefensa, seguridad, arbitraje, justicia y relaciones exteriores".

Actualmente el Partido Liberal tiene la tercera bancada más grande tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, pero sus principales éxitos recientes han tenido lugar en el plano provincial, en particular la obtención de una mayoría propia en la Asamblea Legislativa de la Provincia de la Mesopotamia y la consiguiente formación del primer gobierno provincial liberal. Además, los liberales son la Oposición Oficial en las provincias de Río Grande y Tehuelchia, y ejercen la administración municipal en las capitales provinciales de Montevideo, New Cardiff y Parish River.

El color oficial del Partido Liberal es el amarillo.

Etiquetas: ,

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal

Más recientes›  ‹Antiguas