sábado, 7 de enero de 2012

Sobre el subte

Como hoy voy a estar un poco jodido de tiempo, edito unos comentarios que puse en El Opinador Compulsivo en estos últimos días sobre el aumento en el subte.

La lacra inmunda de C5N (Cristina 5 Néstor) andaba poniendo en las placas primero "El jefe del GCBA subió el pasaje de subte a $2,50" y después "En 8 años el Gobierno Nacional no autorizó ningún aumento", mientras el locutor decía con voz de preocupado "¿se merece el ciudadano porteño este aumento?" y "¿es posible que en un día hayan hecho todos los estudios?".

En lo personal creo que estaban hechos los estudios, por lo menos desde el día en que se les cantó tirarle el subte por la cabeza a la Ciudad, con sindicalistas y sin aviso. Y por supuesto que se veía venir un aumento, desde que la pura matemática te decía que era insostenible mantener el mismo precio si dos tercios de los gastos operativos corrían no por lo recaudado de pasajes sino por lo aportado por subsidios.

Algunos números al respecto: a menos que el Alzheimer haya hecho más estragos que los que pensaba, en 2001 el cospel (o el SubtePass) salía 70 centavos, que en esa época eran 70 centavos de dólar. Hoy si quisieras que se mantenga el mismo valor en dólares (porque no es que el dólar se fue al carajo sino que el peso se devaluó para la mierda), el pasaje tendría que salir mínimo 3 pesos, probablemente 3,15 o hasta 3,25.

Y eso asumiendo que la tarifa vieja de 70 centavos de dólar en 2001 sirviera para algo hoy en día, cosa que no pasa. Y los subsidios que ya no quiere pagar la Nación representaban dos tercios de los gastos operativos, o sea, en la realidad el pasaje de subte estaba a 3,30 si querés, pero el Gobierno Nacional te hacía la "gauchada" de bancarte 2,20 a través de subsidios que de todas formas te sacaban a vos por otro lado. Y aún así, a 3,30 por pasaje, el servicio es la bosta que conocemos.

Probablemente si se quisiera que el subte proveyera un servicio digno, que pagara los sueldos obesos a los que se acostumbraron los ladris sindicalistas y que se hagan las obras necesarias para acomodar una demanda que crece, el pasaje debería orillar el dólar, o sea, unos 4,50.

De cualquier forma, no vas a llegar muy lejos en materia de dignidad si el pasaje lo estás pagando a 25 centavos de dólar como lo pagás hoy en día. No es razonable esperar que las cosas sigan funcionando pagando precios no muy distintos de los de hace 10 años cuando tu moneda vale poco más de la quinta parte de lo que valía entonces.

La cuestión es que esto no es algo que los sorprendió ayer a la mañana cuando pusieron TN para ver los titulares; digamos que se veía venir por lo menos desde que Néstor puso la convertibilidad trucha y encubierta del 3 a 1 e incluso desde la devalueta de Duhalde. Dadas las circunstancias de una moneda que viene perdiendo valor a lo loco desde hace 10 años y costos que siguen creciendo, el pasaje de subte a 2,50 iba a llegar algún día.

La gran cuestión era cómo se manejaba el asunto: aceptando aumentos ocasionales de a 10 o 20 centavos cada cuatro o cinco meses o manteniendo a como diera lugar la ficción de que viajar en subte sólo costaba 40 centavos más que lo que salía cuando el peso equivalía a un dólar siendo que ahora con suerte vale poco más que la quinta parte de un verde yanqui.

Si se opta por la primera opción, claro que iban a llegar las puteadas de todo el mundo, pero por lo menos la gente se iba a acomodar económicamente como se fueron acomodando de a poquito al hecho de que el precio del kilo de pan fuera subiendo progresivamente de los 2 mangos en la época de la convertibilidad a los 13 que se pagan hoy.

La segunda opción era la más agradable, por supuesto. Hasta diría que podía ser la más conveniente desde un punto de vista político y social durante 2002 y principios de 2003, pero no más allá de eso. Es la opción que permite gritar a los cuatro vientos, como van a hacer los kirchneristas ahora, que "durante ocho años no hubo aumentos en el pasaje". Pero guarda porque tarde o temprano el sinceramiento llega, y siempre va a llegar sin importar la alquimia de subsidios que hagas. Y ahí va a quedar claro qué opción le duele más al bolsillo del pasajero: si aceptar la realidad e ir acomodándose de a poquito, o taparse los oídos e insistir con un esquema inviable e insostenible a largo plazo y bancarse la resaca cuando se termine el chupi.

Y es muy oneroso. Durísimamente oneroso. Un tipo que tiene que tomar el subte para ir y volver del laburo pasa de pagar 44 pesos por mes a pagar 100 en subte, duele como la gran puta. Pero no existía una alternativa realista. No hay tal cosa como un almuerzo gratis. No hay tal cosa como un subte funcional con tarifas insignificantes pagadas en una moneda en devaluación y escalada inflacionaria.

Lo único rescatable de todo el asunto es 1) que el aumento se hizo de una en lugar de prolongarse agónicamente durante meses, 2) que se tomó a comienzos de enero cuando está vacía la ciudad, y 3) que al menos estamos libres de discursitos de la Vaca Estúpida sobre el tema hasta que salga de la licencia el 24.

De todas maneras, cuando empiecen a llegar las boletas modificadas luego del patriótico acto de eliminar y/o renunciar a los subsidios, y cuando las líneas de colectivos y las ferroviarias empiecen a pedir la actualización de sus precios (que son tan insignificantes como los del Subte hasta el viernes) me parece que el recuerdo del aumento del subte va a quedar muy pero muy atrás en la memoria.

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