Notas del Sábado I: Típico
En México están bastante inquietos: los partidarios del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador no paran con su campaña "contra el fraude", llegando incluso a tomar el recinto del Congreso para evitar la jura del presidente electo Felipe Calderón y protagonizando incidentes durante la jura misma. López Obrador, por su parte, desconoce el resultado de las elecciones y hasta se hizo proclamar "presidente legítimo" de México, anunciando que su "programa de gobierno" consistirá básicamente en complicarle la existencia al gobierno legítimo del país. Incluso llegó a pronunciar una frase lamentable: "nada de normalidad democrática mientras no haya democracia en nuestro país", con lo cual apuesta a desestabilizar a México sólo por haber perdido una elección
¿La lógica detrás de todas estas acciones de la izquierda mexicana? Si López Obrador, niño dorado de la izquierda mexicana, perdió las elecciones aunque más no sea por un mísero porcentaje, sólo pudo ser a causa del fraude. No importa que el gobierno mexicano, los órganos de control electoral y los observadores internacionales hayan validado la limpieza de las elecciones.
Sería bueno que la izquierda entienda alguna vez que no tiene derecho divino a gobernar y que puede (glup) perder elecciones con todas las de la ley. Sería mejor todavía que madure (no sólo la izquierda mexicana, sino las otras cepas continentales) y que acepte definitivamente someterse a las reglas de juego constitucionales, terminando con estas payasadas de "movilizaciones", "proclamaciones" y "campañas" que enrarecen el clima de nuestros países y reconociendo que en la política a veces se gana y a veces se pierde.
En suma, que cuando ganen sean moderados y cuando pierdan sean buenos perdedores.
¿La lógica detrás de todas estas acciones de la izquierda mexicana? Si López Obrador, niño dorado de la izquierda mexicana, perdió las elecciones aunque más no sea por un mísero porcentaje, sólo pudo ser a causa del fraude. No importa que el gobierno mexicano, los órganos de control electoral y los observadores internacionales hayan validado la limpieza de las elecciones.
Sería bueno que la izquierda entienda alguna vez que no tiene derecho divino a gobernar y que puede (glup) perder elecciones con todas las de la ley. Sería mejor todavía que madure (no sólo la izquierda mexicana, sino las otras cepas continentales) y que acepte definitivamente someterse a las reglas de juego constitucionales, terminando con estas payasadas de "movilizaciones", "proclamaciones" y "campañas" que enrarecen el clima de nuestros países y reconociendo que en la política a veces se gana y a veces se pierde.
En suma, que cuando ganen sean moderados y cuando pierdan sean buenos perdedores.
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