Las andanzas de Cristinita y Teodorito

La semana pasada, en una muestra de nuestra "reinserción en el mundo", Cristina recibió como invitado al presidente de Guinea Ecuatorial (el único país de África que tiene al castellano como idioma oficial, además de contar con interesantes reservas de hidrocarburos), Teodoro Obiang Nguema, que anda de gira por el continente con miras a firmar acuerdos.

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La visita de don Teodoro fue un pequeño sapo a ser tragado por el Gobierno... dado que el colega presidente está en el cargo desde que dio un golpe de Estado en 1979, y gobierna desde entonces con métodos que no se condicen con el respeto por los derechos humanos.

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Resquemores al margen (porque a muchos en el Gobierno les daba escozor negociar con el dictador africano), la visita de Teodoro se desarrollaba normalmente hasta que cayó junto a Kristina en el campo de batalla favorito del régimen kirchnerista: el Salón Blanco de la Casa Rosada, hogar del Atril de la Justicia.

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Y ahí Kristina se sacó todo lo que llevaba adentro, anunciando con cara de circunstancia que le preocupaba mucho la situación de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial y las cosas que se decían del régimen de Obiang.

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Las bocas abiertas abundaron, y los acuerdos con el Teodoro y sus petrodólares duraron lo mismo que el buen nombre del intendente de Pinamar: exactamente nada.

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Algunos trascendidos que circularon luego de la última gaffe de la Presidenta indicaban que a Kristina le había provocado una bronca legendaria tener que recibir y sacarse fotos con alguien como Obiang, pero que "nada podía hacerse" ante la visita de un Jefe de Estado y los acuerdos que iban a firmarse entre las dos naciones.

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¿En qué quedamos entonces? Si Kristina es la campeona de los derechos humanos que dice ser, la sola idea de recibir a alguien como Obiang Nguema en la Casa Rosada debería haber sido rechazada de plano con tiempo y anticipación, con lo que todo el incidente se hubiera evitado. De cualquier manera, nadie le quita a Kristina que se preocupe por los derechos humanos de un país sufrido como Guinea Ecuatorial; lindo sería por ejemplo que demuestre tanta preocupación para con Cuba.

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Pero por el otro lado, si Nuestra Presidenta fuera una persona pragmática que sólo piensa en el interés nacional, la visita del dictador de Guinea Ecuatorial hubiera pasado sin pena ni gloria, tal vez evitando las cámaras mientras se firmaban los acuerdos y esperando que la cosa no se diera mucho a conocer.

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Lo que no puede hacerse es lo que hizo Kristina: recibir al tipo en la Casa Rosada y darle un sopapo verbal en frente de las cámaras para quedar como la gran preocupada por los derechos humanos: no sólo queda Kristina como una incoherente que recibe a alguien con honores para zamarrearlo después, sino que también los beneficios de tan cuestionable visita se perdían irremediablemente.

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(Existen antecedentes de este comportamiento kristinista... basta recordar el reto que le pegó a Tabaré Vázquez en su propia jura como Presidenta de la Nación...)

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Pero es interesante ver esto desde otro punto de vista, analizándolo como una radiografía del funcionamiento de la Patria Kirchnerista. En efecto (para más datos, leer los artículos linkeados al pie del párrafo), la visita de Teodoro no fue ni gestionada ni organizada por la Cancillería que conduce Jorge Taiana, sino que vino de manos de Planificación Federal y por interés de Julio De Vido (¡cuándo no) y por recomendación de Hugo Chávez.

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http://buscador.lanacion.com.ar/Nota.asp?nota_id=987541

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http://buscador.lanacion.com.ar/Nota.asp?nota_id=987541

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Recapitulemos: el orate venezolano nos metió con uno de sus amigos cargados de petrodólares y de prontuario, Néstor se subió entusiasta a la idea, Julito De Vido se frotó las manos con los negociados que podía sacar del asunto, Taiana se espantó por la idea pero no hizo nada para no comerse un reto del Matrimonio, y Kristina protestó, pataleó y berreó pero lo recibió igual al invitado, aunque después se dio el gusto del sopapo verbal.

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¿Y la Argentina? Bien, gracias, sobrellevando el último papelón de la Acomodadora de Micrófonos.

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Hasta la próxima.