sábado, 3 de mayo de 2008

Y pasó lo que tenía que pasar

Y como era ya hasta obvio, la tregua que el campo ofreció terminó sin ningún logro significativo.

Era algo que se veía venir tras un mes entero de marchas y contramarchas de parte del Gobierno, en donde cada apariencia de acuerdo se venía abajo por obra y gracia de los que responden al verdadero titular del Poder Ejecutivo. Y es que fue Kirchner quien más actuó para evitar que se llegara a un arreglo en esta crisis totalmente inventada por la avaricia e incompetencia de la administración botóxica.

No había forma de que los dirigentes rurales pudieran lograr la extensión de una tregua y convencer a las bases de la necesidad de la misma. ¿Qué podían mostrar como ganancias de un mes de negociaciones sin sentido? ¿Un acuerdo sobre exportación de carnes que no duró un día? ¿La caída de Martincho Lousteau, a quien todos se esfuerzan por culpar de las retenciones móviles? ¿O los discursos enloquecidos de Néstor, las prepoteadas de Moreno y tantas otras perlitas del Gobierno?

Al terminar la tregua, las cuatro agrupaciones rurales tomaron una decisión muy inteligente: no ir al corte de rutas. No hacer nada que pudiera darle al Gobierno la excusa que parece buscar para ir directamente a los bifes, y menos que menos darle manija al Néstor para que se despache sobre el "desabashtecimiento". Por sobre todas las cosas, la decisión de no ir al corte de rutas es un acto de prudencia y sensatez que ayuda a encauzar una protesta histórica como la del sector agropecuario en el marco legal, evitando que los Fernández (todos) y los Randazzos de la Argentina declamen por la libertad de tránsito que jamás quisieron defender.

Supuestamente el martes se discutirá sobre las retenciones, cosa que me atrevo a decir que no va a dar ningún resultado concreto. El Gobierno necesita más caja que nunca para disciplinar a los que se estuvieron saliendo del molde en estos meses, y va a buscar de donde pueda. Y nada hace pensar que Néstor y su tropa fiel no vayan a torpedear cualquier "acuerdo" que surja en estos días.

Y como si eso no fuera poco, como si no nos alcanzara por el humo misterioso que la Picolotti y sus parientes dejaron arder por dos semanas sin que nadie moviera un dedo, como si no bastara con las operaciones de prensa y los gritos, ahora nos toca el caso Puthod. La verdad que estos muchachos de los grupos de tareas tienen un timing lamentable... justo se les ocurre hacer algo como esto en momentos en que el Gobierno Nacional y Popular se siente amenazado desde todos los flancos...

Casi podría decirse que les están haciendo un favor a los Kirchner.

Pero en fin, la tregua en el conflicto agropecuario terminó. La historia sigue.

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