sábado, 2 de octubre de 2010

Un país sociópata

Cuando uno analiza en profundidad todo lo que salió mal para que el choque de Villa Guillermina saliera como saliera, no se puede evitar volver a comprobar que la seguridad en la Argentina es una casualidad que se mantiene siempre y cuando la desidia no alcance masa crítica.

Cuando uno analiza en profundidad lo que realmente significa que un gobierno ignore a gusto y piacere las sentencias judiciales, de la Corte Suprema para abajo, no se puede evitar volver a comprobar que en la Argentina la ley es de cumplimiento voluntario, y que la voluntad de cumplir depende de lo que me guste o no lo decidido, no de cualquier sentido innato de la justicia o algo por el estilo.

Y entonces queda claro que la cuestión no pasa por si el Congreso sanciona una buena ley o un mamarracho, sino por algo mucho más básico y elemental: el hecho de que el argentino promedio carece de cualquier interés significativo por sus semejantes que le permita vivir en una sociedad moderna.

No hablo acá de la "solidaridad" que tanto se menea a la hora de conseguir un mangazo. Hablo de algo mucho más elemental, hablo de que es imposible vivir en una sociedad en la que sus integrantes no comprendan que sus acciones pueden afectar a otros o que las normas son necesarias para la convivencia civilizada.

Sacada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, acá les dejo la definición de "trastorno antisocial de la personalidad", más conocido como "sociopatía":

Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems:

  1. fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención
  2. deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer
  3. impulsividad o incapacidad para planificar el futuro
  4. irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones
  5. despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás
  6. irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas
  7. falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros

¿Les suena parecido a algun país que conocen?

Lo que pasa en la Argentina no se soluciona eligiendo a un buen presidente o votando buenos senadores y diputados. No se soluciona con la Constitución más maravillosa que pueda escribir el ser humano. No se soluciona con las leyes más perfectas e inspiradas en los ejemplos más exitosos del mundo.

Nada de eso sirve mientras en la base del inconsciente colectivo argentino exista esa sociopatía de base que nos lleva a ignorar al otro y a las normas de convivencia. La Argentina no necesita legisladores, necesita psiquiatras.

Va a costar mucho revertir eso, si es que todavía se puede.

2 Comentarios:

Blogger Julie dijo...

Dicen por ahí que la única ley que se cumple en la Argentina es la de gravedad...
Y esos 7 puntos nos diagnostican a la perfección (lamentablemente)

Muy buen post!

8:32 a. m.  
Blogger Mayor Payne dijo...

Julita, mejor no lo digas en el Congreso, a ver si algún representante del pueblo piensa que se puede derogar...

Gracias!

7:16 p. m.  

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