sábado, 9 de abril de 2011

Meditaciones optimistas tras la caída de Cleto


Con el anuncio de Cobos trato de poner en práctica una decisión que me ha ayudado a mantener la poca cordura que me queda: cada vez que pasa uno de estos anuncios "grandes", espero dos o tres días para pensarlo bien, así no me dejo llevar por las especulaciones feroces e infundadas de los primeros minutos, y por los patéticos intentos de los kirchneristas de llevar toda el agua para su molino.

Naturalmente que los kakas toman el arrugue de Cleto como "evidencia" de su próxima victoria; para esa manga de cretinos morales hasta la Segunda Venida de Nuestro Señor Jesucristo podría ser interpretada como una señal favorable para la Viudita en las elecciones de octubre.

Podemos dividir al electorado argentino en tres grandes grupos, a partir del único criterio que parece válido y universalmente aceptable en estos tiempos turbulentos, es decir, la posición que tienen frente al gobierno de la Viudita:
  • Están los kirchneristas acérrimos y totalmente convencidos de la validez del Nac&Popismo.
  • Luego vienen los progres clasemedieros de siempre, cuyas diferencias con el kirchnerismo son únicamente de estilo y de asquito personal, pero que en gran medida comparten los postulados kakales.
  • Y después estamos los que no podemos ver al kirchnerismo ni en figuritas, y que ni por puta votaríamos a la Viudita para su reelección.
Hecha esta caracterización, debemos luego ubicar a los candidatos presidenciales, precandidatos, aspirantes, interesados, histeriqueadores o como quiera que se llamen, de acuerdo al público al que buscan atraer o tienen más facilidad para convencer.

Por supuesto que al campo Nak&Pop sólo Cristina le mueve el amperímetro, así que ese espacio está cubierto.

¿Qué candidatos tienen más arrastre entre los progres cuyo sueño húmedo es una Cristina menos "pejotizada"? Ese es un campo fértil para Ricardito Alfonsín y Pino Solanas, principalmente, junto a los socialistas y a una parte del caudal de Carrió.

¿Y los antikirchneristas furiosos a quién pueden votar? Macri, Duhalde y Rodríguez Saá, aunque Carrió y Sanz también pueden abrevar en esas tierras. Cleto era un candidato que apelaba más a los opositores recalcitrantes, con lo que esa parte del espectro acaba de perder un competidor, y el resto de los comensales pueden acceder a un pedacito mayor de la torta electoral.

Para mí lo único que pasó es que se bajó un candidato más que no tenía chances algunas y dejó al resto con una posibilidad levemente mejor, lo que dicho sea de paso era justamente lo que estábamos esperando: que alguno de los pigmeos de la oposición dejara de ilusionarse con ser cabeza de ratón y aceptara ser cola de león.

El gataflorismo de los que lloran y berrean por la huída de Cleto (aunque comparto con ellos la apreciación de que era un tipo más potable que Ricardito, que como buen gusano vive de los muertos y que como bien dijeron en un blog amigo representa el riesgo de acercar un Alfonsín a una situación de alta inflación) es increíble a la luz de los reclamos de que los dirigentes opositores "depusieran sus ambiciones personales".

Bueno, uno lo acaba de hacer. Falta despachar algunos más y ya podemos darnos por satisfechos.

Para mí el próximo en caer es Sanz, con lo que la UCR quedaría bien encasillada en el segmento de los progres con leves simpatías hacia la bruja viuda. En el peronismo disidente lo veo a Rodríguez Saá como el que va a terminar cayendo, dejándole a Duhalde el camino libre para aliarse con el PRO de Macri, mal que nos pese a algunos.

Incluso si las previsiones de que el kirchnerismo va a tratar de bombear las internas del peronismo federal para que quede el Alberto, tampoco hay que descartar una ruptura posterior que deje al Alberto en bolainas para que haga un papel lamentable como lo hizo en 2007, mientras el resto de los pejotafederales se van con Duhalde y posiblemente terminen aliándose con Macri. Nunca subestimen la ambición de poder del pejotismo.

El resultado sería un trío de candidatos grandes: Cristina por el ladrikirchnerismo, Ricardito por el progresismo pusilánime y Macri por el antikirchnerismo rabioso, más otros dos candidatos menores como Carrió y Pino, que abrevan en su mayoría dentro del campo de los progres con asquito y por lo tanto le roban votos más afines al kirchnerismo (salvo la fracción de rabiosos que siguen a la gorda mística).

En una segunda vuelta entre Cristina y Alfonsín, los antikirchneristas rabiosos se volcarían por este último después de tragar muchos batracios, mientras que principalmente los que se plantan con Pino irían al regazo de la bruja; en caso de que fuera entre Cristina y Macri, cabría esperar una división entre los progres según el batracio que les sea más fácil de digerir: una reelección de Cristina o una presidencia de Macri.

No creo que ese escenario sea malo. Ciertamente es más deseable que la idea de seis o siete pigmeos compitiendo contra el kirchnerismo y dejándose devorar crudos, y es más creíble que la fantasía de que todos estos capangas opositores que no pueden ponerse de acuerdo ni siquiera para armar un asado terminen llegando a una candidatura común. Casi me atrevería a decir que es lo mejor que podemos esperar y desear, dada la calidad del liderazgo de todos los antes mencionados y su enfermiza mezquindad y falta de percepción de la situación actual que estamos viviendo.

De todas maneras, de ser yo un estratega opositor (ya sé que esa idea es un oxímoron acá en la Argentina) y no un bloguero de los sábados a la tarde, propondría que los referentes de ambos espacios suscriban un acuerdo parcial en el que el hipotético ganador de las elecciones reserve algunas carteras del Gabinete para los del otro sector opositor, como parte de un pacto de gobernabilidad nacional para el período post-kirchnerista, seguido luego por un acuerdo para darle la jefatura de gabinete y más ministerios al referente del partido más votado en las elecciones intermedias de 2013.

Qué se yo, es preferible ceder algunos ministerios que probar suerte con un gobierno de coalición formado por gente que no entiende la idea de coalición. O quizás tenga que dejar de bajar la ventanilla y oler la nafta cada vez que voy a una estación de servicio.

En suma, no entremos en el juego gataflorista y filokirchnerista de desesperarnos porque Cleto se haya bajado. Antes bien, alegrémonos porque hay un jugador menos en el desesperante campeonato de egoísmos y mezquindades al que juega la oposición.

3 Comentarios:

Anonymous carancho dijo...

Me parece un análisis bastante acertado.
Ahora, yo soy antikirchnerista feroz... y odio a Macri con todo mi corazón... y voy a votar a Pino.
Seré un engendro raro?

8:28 a. m.  
Blogger Mayor Payne dijo...

No necesariamente, Carancho. Lo mío es análisis político de cafetín.

11:24 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Mayor Paine, ahora tachalo a Fernando Solanas porque se va a presentar en la ciudad de Buenos Aires. De paso tiembla la izquierda porteña.

Andrés

11:15 p. m.  

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