sábado, 8 de julio de 2006

El Reino del Revés

Bienvenidos al Reino del Revés, donde el Gobierno es censurado por la prensa, la concertación plural se le ofrece a los que piensan como uno y la humildad se exige desde el trono.

En el transcurso de sus dos horas y media de discurso (cuando las reglas del Senado permiten un máximo de 40 minutos) la "primera ciudadana" Cristina Elisabeth Fernández de Kirchner se dedicó a atacar a los medios de comunicación que criticaban los proyectos de superpoderes presupuestarios para el Jefe de Gabinete...y que daban cuenta de su inexplicable giro de 180 grados: antes de que Su Esposo llegara a la Presidencia, la senadora Fernández de K. había presentado un proyecto de control parlamentario sobre los decretos de necesidad y urgencia que era mucho más estricto y menos permisivo que el que ella misma presentó hace pocos meses.

La senadora reclamó que el diario La Nación aclare "cuando toma partido por una posición" porque "lo que no se puede hacer es escribir bajo la pátina de independiente. ¡Eso es ética republicana! ¡Ya que tanto la reclaman, que la practiquen!". Si consideramos que la "ética republicana" de la senadora reclama que los medios se autoidentifiquen en una tendencia política, resulta curioso que la senadora no haga el mismo pedido de identificación política a Página/12 o a Clarín. Será que son medios totalmente independientes e inobjetables.

Una frase de la senadora F. de K., pronunciada el 5 de julio, resulta verdaderamente fantástica: "Somos censurados por los periodistas". Pocas veces tuvo la Argentina un gobierno menos tocado por la prensa que éste. Para propósitos de comparación, basta remontarse a la actitud del periodismo durante las administraciones de Menem o durante los años de De la Rúa, donde cualquier acción del gobierno era analizada, criticada, investigada o ridiculizada.

Kirchner goza de una prensa mayoritariamente afín a sus ideas o domesticada por la amenaza de retirarle la publicidad oficial, además de un Congreso totalmente sometido y de una oposición descoordinada y que asemeja al proverbial "turco en la neblina". Para casi todos los presidentes del mundo, esto sería el Paraíso. Pero en la Argentina, parece que esto no es suficiente para gobernar bien. Así que se necesitan tanto los superpoderes inconstitucionales como el silencio de la prensa.

Nuestro Presidente continuó el tema en uno de sus discursos en el Atril: en esta oportunidad afirmó sentir pena por "algunos periodistas" que “Hablan de todos, dicen de todos cualquier cosa, pero tienen poca autocrítica", para después terminar sugiriendo que en los medios como La Nación (porque estas cosas no pasan en Página o Clarín) quien quiera escribir "tiene que ser opositor" y no escribir nada "que esté en contra de lo que piensa el dueño de la empresa periodística".

A los analistas políticos y económicos que critican las medidas del gobierno les reclamó:
"Así son, ¿cuándo van a tener una posición objetiva? ¿O los mandan a escribir esas cosas?".

Remató finalmente su diatriba con un
"Estudien, estudien un poco, investiguen, lean, prepárense, es bueno eso. Porque a veces a mí me da pena, con cariño lo digo". Con todo el "cariño" con el que se puede llamar a alguien contrera, mentiroso, soberbio e ignorante.

Quizás el Presidente tuvo razón al atacar la falta de autocrítica y humildad en los medios de comunicación. Lo curioso es que el Presidente exija sistemáticamente a todos los actores de la vida nacional cualidades de las que él carece totalmente.

También es curioso que el Presidente y la Primera Ciudadana exijan pluralidad y libertad para opinar y escribir dentro de los mismos medios de comunicación. Cabría esperar que esa misma pluralidad y libertad se dé en los medios del Estado, como Radio Nacional y Canal 7, o en aquellos que se hallan a favor del Gobierno, como Clarín y Página/12.

Pero a Pepe Eliaschev le quitaron su programa en Radio Nacional por criticar al Gobierno y a Julio Nudler le censuraron su columna de Página/12 por atreverse a publicar el camaleónico historial político de Alberto Fernández. Coincidentemente, a Martín Granovsky (director de Página/12) se lo premió por los servicios prestados con la dirección de la agencia de noticias estatal Télam.

Ya en el ámbito político, al vicepresidente Scioli le echaron a todos sus hombres en el Gobierno tras afirmar que "en un país en serio no se anulan leyes", y a la diputada Alarcón la echaron de la presidencia de la Comisión de Agricultura y Ganadería por manifestarse contraria a la política del Gobierno en el sector. El Gobierno lanza una convocatoria al "pluralismo" para luego aclarar que no incluye a quienes no piensan como el Gobierno.

No está mal pedir autocrítica, pluralismo, reflexión y honestidad intelectual. De hecho son cualidades que todos debemos perseguir y tratar de encontrar. Pero la autocrítica y pluralismo bien entendidos, como la caridad, empiezan por casa y no se proclaman desde lo alto del atril. De lo contrario, estamos metidos en una situación turbia en la cual los conceptos se confunden, y acabamos por llamar "autocrítica" a la censura previa, "pluralismo" al coro de comparsas, "reflexión" a la espera de instrucciones desde la Rosada y "honestidad intelectual" al cambio de posiciones de acuerdo al soplo del viento.

2 Comentarios:

Blogger C. W. Karl dijo...

La función del periodismo es informar a la población, y el gobierno al sentirse molesto con la prensa está demostrando su intolerancia, y es algo muy peligroso porque se está avanzando sobre las libertades individuales.

Para colmo utiliza la pauta publicitaria en los medios de difusión en forma extorsiva, intentando comprar voluntades, y cuando no puede recurre a la difamación y a las teorías conspirativas.


Saludos

9:18 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

- saben que día es hoy????
- 14.
- cúando vuelven a escribir???

4:13 p. m.  

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