Cortitas del jueves I: "Cosa e' Mandinga..."
Chávez habló ante la Asamblea General de la ONU y parece que estuvo jugando al juego de la copa antes de hablar. En su... interesante... discurso, afirmó que "Ayer vino el diablo aquí. En este lugar huele a azufre todavía". ¡Así es! ¡Para Chávez, en las entrañas de las Naciones Unidas, anduvo merodeando, satánico y pecaminoso, el mismísimo Malo!
El tufo que debe haber tenido ese recinto, con lo feo que huele el azufre.
El hombre no es solamente "el nuevo líder de la revolución antiimperialista" (léase el populismo berreta y regalador que viene arruinando al continente). Ahora es médium y puede detectar la malévola presencia del mismísimo Satanás donde quiera que pise. Tiemblan Blanca Curi, Horangel y la sarta de tarotistas (o "taradotistas" como los llamaba Raúl Portal en las buenas épocas de Perdona Nuestros Pecados.)
Por suerte, nuestro exorcista bolivariano tiene su "agua bendita" para expulsar la presencia demoníaca. Basta regar al poseído con unos cuantos petrodólares para que empieze a escuchar las palabras del Santo de Caracas. Si el muchacho ya era simpático cuando hablaba de revolución, no se lo pierdan ahora que sus acciones están motivadas en el combate al Príncipe de la Oscuridad.
Sí, a ese mismo Príncipe de la Oscuridad al que después le vende petróleo religiosamente.
Me pregunto si Bush (el diablo en cuestión en la teología chavista), al escuchar el discurso, estuvo girando la cabeza 360 grados como la chica poseída de "El Exorcista".
Como diría el gran filósofo nacional Mendieta: "Qué lo parió"
El tufo que debe haber tenido ese recinto, con lo feo que huele el azufre.
El hombre no es solamente "el nuevo líder de la revolución antiimperialista" (léase el populismo berreta y regalador que viene arruinando al continente). Ahora es médium y puede detectar la malévola presencia del mismísimo Satanás donde quiera que pise. Tiemblan Blanca Curi, Horangel y la sarta de tarotistas (o "taradotistas" como los llamaba Raúl Portal en las buenas épocas de Perdona Nuestros Pecados.)
Por suerte, nuestro exorcista bolivariano tiene su "agua bendita" para expulsar la presencia demoníaca. Basta regar al poseído con unos cuantos petrodólares para que empieze a escuchar las palabras del Santo de Caracas. Si el muchacho ya era simpático cuando hablaba de revolución, no se lo pierdan ahora que sus acciones están motivadas en el combate al Príncipe de la Oscuridad.
Sí, a ese mismo Príncipe de la Oscuridad al que después le vende petróleo religiosamente.
Me pregunto si Bush (el diablo en cuestión en la teología chavista), al escuchar el discurso, estuvo girando la cabeza 360 grados como la chica poseída de "El Exorcista".
Como diría el gran filósofo nacional Mendieta: "Qué lo parió"
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