Eskanskados
El caso Skanska, en el que una empresa pagó coimas para ganar una licitación del Ministerio de Planificación Federal, amenaza con convertirse en el primer gran escándalo de corrupción de la administración Kirchner. Anteriormente hubo otros "pecadillos" que no ganaron gran repercusión en los medios. Por ejemplo: los 500 millones de Santa Cruz, las compras de terrenos a precio vil en El Calafate y el caso Greco, entre otros.
Creo que este hecho, más allá de la gravedad que representa, es importante por dos razones.
La primera de ellas es que por primera vez desde la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia, los medios están dando amplio espacio a una denuncia de corrupción. Las anteriores sólo ocupaban algunos lugares en la prensa gráfica y en los programas de opinión política, sin que los noticieros televisivos les diera la espectacularidad que otorgaban a los desfalcos del menemato. Por qué hasta ahora los medios no fueron tan incisivos como lo fueron contra Menem y De la Rúa, no lo sé. Tal vez el corazoncito, o la distribución de la publicidad oficial, tira para algún lado...
La segunda razón es que con el caso Skanska queda demolido uno de los mitos más repetidos del gobierno de Kirchner: el de la ruptura con la corrupción de "los noventa". De alguna manera, la idea que buscaban vender los publicistas gubernamentales era que la corrupción era cosa de "los neoliberales", y que la gente consustanciada con lo "nacional y popular" era inmune a la tentación de la corrupción. A pesar de que desde hace bastante tiempo que se denuncian actos de corrupción en el gobierno de Kirchner, Skanska es el primer caso que trasciende al público no especializado. Demostrando que, al igual que ocurrió con una vieja Alianza que prometía acabar con la corrupción, en todos lados se cuecen habas.
Skanska es además prueba de una de las groserías del gobierno: el gigantesco presupuesto que maneja Julio De Vido sin la molestia de alguna clase de supervisión o control. Es realmente una aberración que un solo ministerio maneje los fondos que controla De Vido. Pero lo verdaderamente grotesco, lo insultante, es que la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), que debería controlar el accionar de las dependencias del Estado (entre ellas, Planificación Federal), esté presidida nada más y nada menos que por ¡la esposa de De Vido! No voy a preguntar si alguien cree que la señora esposa del ministro puede supervisar objetivamente la labor de De Vido. A menos que estén por empezar los trámites de divorcio...
¿Será Skanska un hecho aislado? ¿O será tan sólo la punta del iceberg, un iceberg que hasta ahora nadie vio, o nadie dijo ver?
Creo que este hecho, más allá de la gravedad que representa, es importante por dos razones.
La primera de ellas es que por primera vez desde la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia, los medios están dando amplio espacio a una denuncia de corrupción. Las anteriores sólo ocupaban algunos lugares en la prensa gráfica y en los programas de opinión política, sin que los noticieros televisivos les diera la espectacularidad que otorgaban a los desfalcos del menemato. Por qué hasta ahora los medios no fueron tan incisivos como lo fueron contra Menem y De la Rúa, no lo sé. Tal vez el corazoncito, o la distribución de la publicidad oficial, tira para algún lado...
La segunda razón es que con el caso Skanska queda demolido uno de los mitos más repetidos del gobierno de Kirchner: el de la ruptura con la corrupción de "los noventa". De alguna manera, la idea que buscaban vender los publicistas gubernamentales era que la corrupción era cosa de "los neoliberales", y que la gente consustanciada con lo "nacional y popular" era inmune a la tentación de la corrupción. A pesar de que desde hace bastante tiempo que se denuncian actos de corrupción en el gobierno de Kirchner, Skanska es el primer caso que trasciende al público no especializado. Demostrando que, al igual que ocurrió con una vieja Alianza que prometía acabar con la corrupción, en todos lados se cuecen habas.
Skanska es además prueba de una de las groserías del gobierno: el gigantesco presupuesto que maneja Julio De Vido sin la molestia de alguna clase de supervisión o control. Es realmente una aberración que un solo ministerio maneje los fondos que controla De Vido. Pero lo verdaderamente grotesco, lo insultante, es que la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), que debería controlar el accionar de las dependencias del Estado (entre ellas, Planificación Federal), esté presidida nada más y nada menos que por ¡la esposa de De Vido! No voy a preguntar si alguien cree que la señora esposa del ministro puede supervisar objetivamente la labor de De Vido. A menos que estén por empezar los trámites de divorcio...
¿Será Skanska un hecho aislado? ¿O será tan sólo la punta del iceberg, un iceberg que hasta ahora nadie vio, o nadie dijo ver?
1 Comentarios:
La corrupción es enorme.
Por ejemplo, los problemas del primo presidencial Carlos Kirchner comenzaron cuando su rol de "facilitador" de la obra pública financiada con fondos de la Nación, que le permitía entablar tratativas con algunos intendentes del conurbano, empezó a oscurecerse por versiones de porcentajes desmesurados y promesas incumplidas. Este panorama habría motorizado que algunos intendentes comenzaran a juntar información sobre su gestión para entregarle a la prensa y complicarlo judicialmente. Cuando este medio consultó por su posible remoción, disfrazada de licencia, fuentes del Ministerio de Planificación contestaron: "El gobierno ya enfrenta sospechas de corrupción, pero salvo Cristina y Alicia, Carlos es el único que porta el apellido Kirchner, y si lo agarran en algo raro, es un mega escándalo en pleno año electoral".
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