Bajando de la nube
La verdad, vi muy poco sobre el debate de los tres candidatos a la Jefatura de Gobierno de Buenos Aires en el programa de Guillermo Sylvestre y Marcelo "Tweety" Bonelli. Principalmente porque iba a ser como todos los debates electorales que tenemos: una sarta de agresiones y golpes bajos mechados con frases marketineras, y lo poco que vi del mismo no me decepcionó -si se puede llamar "no decepcionarse" a confirmar el pobrísimo nivel de nuestra dirigencia-, ni revirtió el tono burdo y patotero de la campaña.
Pero el tema de hoy no es el del nivel cada vez más agresivo y decadente de nuestras campañas electorales, sino comentar acerca de un episodio en particular del debate antes mencionado: la discusión que se desató respecto de la idea de crear un registro de ADN para la rápida identificación de los violadores.
Me sorprendió, por no decir indignó, las desaforadas reacciones de Filmus y Telerman respecto de ese proyecto. Respondieron con una indignación absoluta ante la idea, como si su sola mención hiriera lo más profundo de su corazón progre. Por supuesto que no faltaron los epítetos: fascista, Sobisch, etcétera, etcétera... y todo porque en opinión de los candidatos de la progresía semejante iniciativa constituiría una violación intolerable de los derechos constitucionales de los violadores.
Resulta ofensivo escuchar de boca de candidatos políticos que su preocupación sea la preservación de los derechos humanos de los violadores y otros criminales. En momentos en donde la sociedad argentina sufre la inseguridad en todas sus nefastas formas, los candidatos se dan el lujo de indignarse por una tentativa tan sólo porque tendría algún impacto sobre los derechos de una persona que comete uno de los crímenes más repulsivos a los ojos de la sociedad: la violación.
Esperaría escuchar de boca de Filmus o Telerman igual preocupación por los derechos de las víctimas de la delincuencia, que sufren peores atropellos a manos de los criminales que lo que puede ser un pinchazo y una ficha en algún registro donde quede guardado su ADN por si, entre otras cosas, se les ocurre volver a violar.
Esperaría por lo menos consecuencia en sus posiciones, ya que nunca los oí desgañitar sobre el derecho a la integridad física cada vez que algún juzgado manda que se realice un examen de ADN obligatorio a una persona que se negó a hacérselo, y todo a pedido de algún organismo de izquierdos humanos sólo porque "tienen dudas" sobre la identidad de esa persona. ¿Acaso pinchar y sacar sangre sin consentimiento es válido sólo cuando sirve a una causa que es defendida por la progresía?
Telerman, por su propia confesión, es un afrancesado, y supongo que sus opiniones respecto de lo que debe ser una política de seguridad habrán nacido de algún paseo vespertino por un arrondissement o barrio de París, en lugar de algún informe sobre lo que puede pasar en Mataderos, Lugano o Palermo.
Por supuesto, ¿quién puede culparlo? A todos nos encantaría que Buenos Aires gozara de la seguridad que vive una ciudad como París (excepto cuando se trata de las quemas de autos por deporte o los destrozos cometidos por los partidarios de Ségoléne Royal tan sólo por haber perdido las elecciones), pero lamentablemente Buenos Aires es un tantito más violenta que París y por tanto requiere de un poquito más de fuerza y energía, en lugar de tan sólo "actitud Buenos Aires".
Si se vive en una ciudad con rutinarios asaltos a mano armada, homicidios, guerras entre mafias (además de las autóctonas importamos de afuera, como las mafias china y peruana), crímenes violentos, la respuesta no puede ser la que se aplicaría en una ciudad europea donde esos delitos son excepcionales.
Quisiera que los muchachos progres bajaran alguna vez a la realidad y se dieran cuenta de que no vivimos precisamente en el paraíso posmodernista sino en una ciudad cargada de problemas, en la que el nivel de violencia que se vive requiere que los candidatos se preocupen un poquito menos de los derechos de los criminales y un poquito más por arrestarlos y castigar sus actos con toda la fuerza que merecen.
O tan sólo que se preocupen más sobre los derechos y seguridad de aquellas personas a las que le piden el voto.
Pero el tema de hoy no es el del nivel cada vez más agresivo y decadente de nuestras campañas electorales, sino comentar acerca de un episodio en particular del debate antes mencionado: la discusión que se desató respecto de la idea de crear un registro de ADN para la rápida identificación de los violadores.
Me sorprendió, por no decir indignó, las desaforadas reacciones de Filmus y Telerman respecto de ese proyecto. Respondieron con una indignación absoluta ante la idea, como si su sola mención hiriera lo más profundo de su corazón progre. Por supuesto que no faltaron los epítetos: fascista, Sobisch, etcétera, etcétera... y todo porque en opinión de los candidatos de la progresía semejante iniciativa constituiría una violación intolerable de los derechos constitucionales de los violadores.
Resulta ofensivo escuchar de boca de candidatos políticos que su preocupación sea la preservación de los derechos humanos de los violadores y otros criminales. En momentos en donde la sociedad argentina sufre la inseguridad en todas sus nefastas formas, los candidatos se dan el lujo de indignarse por una tentativa tan sólo porque tendría algún impacto sobre los derechos de una persona que comete uno de los crímenes más repulsivos a los ojos de la sociedad: la violación.
Esperaría escuchar de boca de Filmus o Telerman igual preocupación por los derechos de las víctimas de la delincuencia, que sufren peores atropellos a manos de los criminales que lo que puede ser un pinchazo y una ficha en algún registro donde quede guardado su ADN por si, entre otras cosas, se les ocurre volver a violar.
Esperaría por lo menos consecuencia en sus posiciones, ya que nunca los oí desgañitar sobre el derecho a la integridad física cada vez que algún juzgado manda que se realice un examen de ADN obligatorio a una persona que se negó a hacérselo, y todo a pedido de algún organismo de izquierdos humanos sólo porque "tienen dudas" sobre la identidad de esa persona. ¿Acaso pinchar y sacar sangre sin consentimiento es válido sólo cuando sirve a una causa que es defendida por la progresía?
Telerman, por su propia confesión, es un afrancesado, y supongo que sus opiniones respecto de lo que debe ser una política de seguridad habrán nacido de algún paseo vespertino por un arrondissement o barrio de París, en lugar de algún informe sobre lo que puede pasar en Mataderos, Lugano o Palermo.
Por supuesto, ¿quién puede culparlo? A todos nos encantaría que Buenos Aires gozara de la seguridad que vive una ciudad como París (excepto cuando se trata de las quemas de autos por deporte o los destrozos cometidos por los partidarios de Ségoléne Royal tan sólo por haber perdido las elecciones), pero lamentablemente Buenos Aires es un tantito más violenta que París y por tanto requiere de un poquito más de fuerza y energía, en lugar de tan sólo "actitud Buenos Aires".
Si se vive en una ciudad con rutinarios asaltos a mano armada, homicidios, guerras entre mafias (además de las autóctonas importamos de afuera, como las mafias china y peruana), crímenes violentos, la respuesta no puede ser la que se aplicaría en una ciudad europea donde esos delitos son excepcionales.
Quisiera que los muchachos progres bajaran alguna vez a la realidad y se dieran cuenta de que no vivimos precisamente en el paraíso posmodernista sino en una ciudad cargada de problemas, en la que el nivel de violencia que se vive requiere que los candidatos se preocupen un poquito menos de los derechos de los criminales y un poquito más por arrestarlos y castigar sus actos con toda la fuerza que merecen.
O tan sólo que se preocupen más sobre los derechos y seguridad de aquellas personas a las que le piden el voto.
4 Comentarios:
Yo creo que el problema no fue la crítica que le hicieron Telerman y Filmus. Hubiera esperado más fundamentos en la ésta, aunque Filmus esbozó (en medio del griterío) conceptos como "criminalizar la pobreza", que son sólidos.
Critico el hecho de que Macri no supo defender su propuesta racionalmente. Sólo atinó a insultar a Telerman.
También critico el hecho de que ni Filmus ni Telerman hicieron una contrapropuesta. Se quedaron en la crítica.
Me parece que el presente debate no recae sobre ser o no progresista sino sobre respetar o no nuestra constitucion y las garantias que establece.
El registro de ADN de violadores se postula como una violacion flagrante de determinadas garantias del proceso penal (autoincriminacion, principio de defensa, principio de legalidad, prejuzgamiento, iposicion de la carga de la prueba, etc.) que la constitucion expresamente consagra.
La unica solucion para la creacion del registro, nos guste o no, es una expresa reforma constitucional al respecto ya que su futura creacion (por mas correcta que sea) va a ser tachada de inconstitucional tarde o temprano y terminara con la nulidad de miles de procesos que se inicien gracias al registro.
Quizas, una excelente solucion para nada inconstitucional, seria que las personas que cometieron esos crimenes sean controladas con mayor empeño, reciban la asistencia y medicacion psiquiatrica que requieren o se les impongan como condenas las medidas de seguridad previstas por el codigo penal.
Creo que ciertas propuestas de izquierda y de derecha, por mas bien intencionadas que sean, no ven el fondo de las cuestiones a la luz del texto constitucional y si erroneamente las postulamos como grandes soluciones para grandes problemas solo vamos a agrandar esos problemas.
Alardear ideas cual esquina de cafe y no comprender el fondo de ellas y su marco legal creo que es lo que nos diferencia de Francia y otras grandes naciones.
Quizas los politicos, politologos, comunicadores sociales y demas deberian comprender mejor lo que postulan sin por ello ser de derecha ni de izquierda, sino comprendiendo y entendiendo la constitucion nacional y, en su defecto, demostrar su conocimiento y pedir su necesaria reforma para el caso concreto.
Saludos
AGUSTIN RIVERO
Agustín:
Preguntando desde fuera del campo legal y con el fin de entender un poco más de la cuestión:
¿Qué diferencia legal existe entre el registro de ADN y el registro que el Estado hace de nuestras huellas digitales, o cualquier otra clase de datos personales?
¿No son las dos cosas (el ADN y las huellas digitales) igualmente susceptibles de utilizarse como prueba en procesos judiciales?
¿En qué manera un registro de ADN de violadores (no de la ciudadanía completa) es violatorio de los derechos constitucionales?
¿Qué sustento legal existe para las extracciones forzadas de ADN a personas que se rehúsan a realizarse los exámenes, especialmente en los casos de "dudas de identidad"?
(Si te parece que esta última pregunta no es pertinente al tema, no la respondas. La incluí porque me parece una excepción notable al rechazo del uso judicial del ADN.)
No sé si tu referencia a "alardear ideas cual esquina de café" iba dirigida a mí o aludía a los candidatos a jefes de Gobierno. En lo que a mí respecta, no pretendía alardear de nada, y lo lamento si esa es la impresión que tomaste del artículo.
Respecto de no comprender el marco legal de la cuestión, lo reconozco, no lo tengo tan presente como lo puede llegar a tener un abogado. Pero tené la certeza de que ni Filmus ni Telerman, y diría que ni siquiera el propio Macri que la propone, basan sus opiniones en un marco legal conocido por ellos o siquiera en un excesivo celo constitucional, celo que por otro lado jamás han demostrado.
El propósito del artículo era criticar que las propuestas en materia de seguridad no surgían de un análisis de la realidad, sino de los lugares comunes de la ideología.
Francamente a mí me tiene harto (por no decir otras palabras) que la temática de la seguridad (y agrego la defensa nacional, que es mi campo de interés) sean tomadas solamente partiendo de preconceptos ideologizados que nada tienen que ver con la realidad concreta.
Saludos y hasta la próxima.
Payne:
El problema principal aca es que nuestra constitucion al sancionar diversas garantias en el proceso penal (muchas se encuentran en el artículo 18 y otras tantas surgen de unanimes interpretaciones doctrinarias) nos impone una serie de requisitos basicos para la prosecucion procesal penal y que quizas este no sea el marco concreto para explicarlos (un libro altamente recomendable al respecto es Garantias en el Proceso Penal, de Binder) por lo complejo que es que uno se explaye de ciertos conceptos para los cuales uno debe remitirse a otros y tornaria este post en algo interminable.
Sin embargo uno de los principales fundamentos es el derecho a no declarar contra uno mismo que se materializa en el derecho a que una persona no se autoincrimine (y por ello el registro la autoincriminaria y devengaria en una nulidad en el proceso, entre otros tantos conceptos) y a que la imposicion de la carga de la prueba debe ser puesta en el Estado que persigue -y no en la persona que se autoincrimina-, ademas de vulnerar otro tipo de derechos civiles que la propia constitucion consagra.
El registro dactiloscopico posee una sitacion similar en los hechos quizas a un registro de ADN, pero el cotejo de fichas ha tenido una aceptacion mucho mas unanime -por el momento en el cual se impuso en nuestro pais- pero su fundamento es, a mi criterio, en virtud de una menor lesion de los derechos personales del imputado. Ademas, la extraccion de fichas es muchisimas veces voluntaria, no siempre se da en el marco de un proceso penal (certificado del registro de antecedentes para entrar a un trabajo, por ejemplo) y fundamentalmente muchos tribunales hacen un uso racional de ellas al buscar cotejar la identidad de la persona que ya tienen detenida (por lo cual si alguien pide la nulidad del proceso, han existido diversas vias investigativas que buscaron determinar al autor y no la mera cotejacion de fichas dactiloscopicas) y los antecedentes que registra, sin perjuicio de que otras veces se use como unica via independiente de investigacion, que a mi criterio siempre requeire de "cotejar", o sea, voy a requerir tener otras vias de investigacion ademas de la mera extraccion de fichas. Ademas de ello las fichas pueden ser incorrectas, o no pertenecer a esa persona (por eso se tiende a cotejar en el marco de un proceso con otra ficha ya existente, si es que se encuentra registrada o si es que ella es prueba en el proceso) mientras que el ADN aporta un margen de probabilidad altisimo que lo torna indiscutible.
Respecto de los datos personales ello si se encuentra normado por la constitucion y comprenden una situacion altamente diversa de los otros medio de prueba, siendo parte de la actividad investigativa del juez.
Crear un registro de todos o de algunos es exactamente lo mismo, por que se vulnera igualmente.
Sacando este tema, que quizas algun dia de para una charla personal y mas fundamentada que por aca, me parece interesante el tema de las personas con la "duda de su identidad". Aqui el caso es diferente pero se tiende a volverlo similar desde diversos ambitos, puntos de vista o sectores en los cuales se los hable.
Los delitos de lesa humanidad poseen un marco supraconstitucional (por lo cual vamos a tener que remitirnos a la constitucion y a los pactos internacionales), y por la gravedad de los delitos se acepta que se vulneren ciertas garantias (por ejemplo, que este tipo de delitos no prescriban) en favor de la "humanidad" y de que ellos no queden impunes.
La persona de la cual se duda su identidad puede negarse a que se le tome una muestra de ADN sin perjuicio de que se la puede forzar, en virtud de que ella no declara contra sí misma sino que se la debe ver parte elemental de la prueba del proceso. O sea, su funcion en el proceso es como "testigo" (ademas de eventual damnificado) y debe prestar prueba como cualquier testigo puede ser forzado a ello por mas atroz que nos parezca. El uso de esta prueba no debe ser arbitrario sino que debe ser en armonia con constancias probatorias firmes que vengan del proceso.
Para finalizar, y quizas esto sea interesante, debemos situarnos en que un proceso penal es un ambito donde no deben existir dudas -por que sino ellas se deben tomar en favor del imputado-, el propio codigo procesal nos habla de diversos grados de convenvimiento que debe tener el juez para producir diversos actos y desde su genesis debe efectuarse a la luz de las garantias ya que de lo contrario una nulidad al inicio del proceso puede acarrearnos la nulidad de todo el proceso al momento de dictar sentencia.
Si bien no quiero caer en teorias, aqui es unanime la aplicacion de la teoria del fruto del arbol venenoso por la cual si una prueba se obtuvo violando una garantia y ella produjo muchos actos en el proceso los "contamino", todo sera nulo hasta el momento previo de obtener la prueba que dio genesis a toda esa ilegalidad.
Por esto ultimo es que muchas veces vemos en los diarios causas que se caen por allanamientos que violan nuestro marco constitucional y lo que se especifica respecto del domicilio.
Saludos, espero haber sido claro, el tema es demasiado largo y por aca cuesta explicarlo en toda su dimension
AGUSTIN
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