Una ventana al futuro

Las cosas que pasan estos días en Santa Cruz deberían ser observadas con preocupación... con mucha preocupación.

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No sólo por la cuota de violencia que está teniendo lugar en esa provincia, sino porque nos da la oportunidad de observar el desarrollo de una sociedad que lleva dieciséis años de sometimiento al Kirchnerismo, sea a través del propio Néstor o de los muñequitos de torta que le cuidan la estancia mientras él está en Capital.

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La sociedad santacruceña es lo que Néstor supo construir; durante 16 años Kirchner gobernó su provincia natal con ese particular estilo de matonismo, soberbia, intolerancia y comportamiento de "señor del feudo" que le vemos desarrollar ahora a un nivel nacional... y el resultado que vemos en Santa Cruz es una ciudadanía crispada, harta de lo que huela a kirchnerismo y envuelta en un enfrentamiento virulento con las autoridades kirchneristas.

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Si Santa Cruz es un lugar violento en estos días, es porque Kirchner gobernó con violencia.

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Pero lo que realmente asusta no es sólo lo que pasa en Santa Cruz, que parece ser por estos días un lugar "aparte" de nuestra República en la que un amigo del Presidente puede atropellar a 17 personas sin sufrir algo más que quedar demorado en una comisaría, o en donde el Néstor envía a la Gendarmería para levantar un corte que impide que los aplaudidores pagados lleguen a Río Gallegos para vivarlo, cuando en todo el resto de la Argentina eso sería llamado "criminalizar la protesta social" o tildado con el conveniente rótulo de "represión".

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Lo que realmente asusta es el autismo de Kirchner, lo que parece ser una incapacidad patológica para darse cuenta de la realidad, sumada a una disociación insultante entre lo que dice y lo que practica. En efecto, mientras la Gendarmería (que no vayan a pensar que el Néstor los iba a respaldar por obedecer sus instrucciones; ya se están haciendo las purgas de rigor) protegía la libertad de circulación de los fieles militantes kirchneristas (disculpen la digresión, ¿pero desde cuándo un kirchnerista tiene más derechos que un porteño que todos los días se encuentra con piquetes por cualquier cosa?), el Néstor graznaba en Río Gallegos la siguiente frase:

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"Cada riogalleguense, cada santacruceño tiene que vivir en paz y en libertad, viva la pluralidad, viva la diversidad, viva el pensar diferente. Pero el pensar diferente significa convivir, significa saber debatir ideas distintas. No vivimos tiempos de autoritarismos ni de imposición, de si no pensás como pienso yo te agredo. Esa no es la democracia, eso es el fascismo, eso es el estalinismo, esa no es la convivencia democrática que nosotros pretendemos."

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Yo ya no me pregunto si el Néstor es un caradura; ya tengo que preguntarme si está loco.

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Desde que asumió en 2003, lo único que tenemos de parte del Gobierno es un comportamiento prepotente e intolerante, que de tanto en tanto adopta el versito de "las verdades relativas"... que en realidad, en la lógica Kirchnerista significa que todas las verdades deben ser consideradas en relación a la Suprema Verdad Kirchnerista.

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Jamás escuché que Néstor considerara ideas distintas, mucho menos debatirlas... o siquiera hablar ante gente que no está ahí para aplaudirlo. De hecho, fue muy gracioso que la única vez en que alguien le hizo a Kaki una pregunta que no estaba en el libreto (fue Cecilia Pando, piensen lo que quieran de ella pero al menos hizo eso), el Todopoderoso se quedó congelado y dijo un par de idioteces.

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Sin mencionar que jamás escuché que el Néstor hablara con respeto de alguna persona que no estuviera "pluralmente concertada" (en buen criollo, de rodillas ante él y repitiendo la sanata kakista)... cualquiera que sólo tuviera los discursos del Néstor a mano para informarse creería que Nuestro Presidente es un santo varón que todos los días lucha contra una multitud de enemigos que quieren saquear el país, robarse el agua y de paso, pisar pollitos recién nacidos con zapatos de hierro.

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Yo tengo que preguntarme si los santacruceños pueden vivir en paz y en libertad, y si Santa Cruz es una tierra en la que, según nos dice el malhablado que nos desgobierna, se vive la pluralidad, la diversidad y el pensar diferente. Creo que los santacruceños dirían algo completamente diferente a lo que proclama el Pingüino Emperador.

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Y creo que todos nos tenemos que hacer esta pregunta, aunque más no sea por la sencilla inquietud de que lo que hoy vemos en Santa Cruz, pueda repetirse en la Argentina de continuar el régimen kakista.