sábado, 22 de noviembre de 2008

Los Signos de los Tiempos

Existen dos señales claras que anteceden al final de toda era peronista, cuando el sentido político de "los muchachos peronistas" empieza a oler en el aire el aroma dulzón de la descomposición del gran capomafia de turno.
Son signos que se repiten inevitablemente y que son ya una dinámica del propio funcionamiento de ese engendro mutante conocido como el "Movimiento Nacional Justicialista": es el mecanismo eternamente probado mediante el cual el PJ se reinventa a sí mismo para poder seguir currando durante la década siguiente, transformando alcahuetes en opositores primero y a uno de los alcahuetes en el siguiente capomafia.
La primera señal es la escisión en el sindicalismo peronoide entre un ala "dialoguista" y un ala "combativa" respecto del Gobierno de turno, como forma de ir posicionando al sindicalismo para la inmediata y feroz interna posterior a la caída del líder de turno. Pasó hacia finales del menemato cuando Hugo Moyano (¿se acuerdan de cuando Moyano pasaba por ser un renegado en el sindicalismo?) abrió primero el juego con su MTA (Movimiento de los Trabajadores Argentinos) y después se quedó con media CGT "disidente" frente a la CGT "oficial" de Rodolfo Daer.
Y comenzó a pasar ahora cuando Barrionuevo se llevó a unos cuantos gremios en su "CGT Azul y Blanca", y Dios sabe qué va a pasar después del fallo de la Corte Suprema.
La segunda señal proviene siempre del sector "político" del Movimiento. Es cuando comienzan a aparecer como hongos los "disidentes", los "disconformes", los muchachos peronistas a los que les empieza a dar asquito el líder al que apoyaron y que buscan posicionarse por fuera del "aparato". Siempre comienza con uno o dos, pero tarde o temprano la hemorragia de "cuadros políticos" del PJ se convierte en incontenible, hasta que el líder que otrora manejaba al país con un teléfono sólo queda rodeado por los últimos incondicionales, que por lo general son aquellos que están demasiado quemados como para sobrevivir sin el patroncito.
Y ahora Felipe Solá, un hombre que ha hecho de la eyección oportuna un arte, acaba de anunciar que se va del Frente para la Victoria's Secret. Felipillo supo despegarse del Cotur primero y del Cabezón después, y durante varios años mantuvo a la Provincia como tierra fértil para la depredación pingüina. Hasta ahora.
Se ve que Felipillo anda queriendo pasar por disidente cuando el Pingüino Emperador caiga. Y como él, muchos otros peronistas deben estar considerando seriamente el momento de pegar el gran salto para sumarse a la gran hipocresía argenta de decir "Yo no lo voté".
Los signos de los tiempos están en el aire, y quedará por ver cuándo vendrá la caída definitiva de la actual pareja reinante del Justicialismo. No lo digo yo, sino que lo dicen los propios peronistas con esos actos con los que revelan su sentido del poder, porque la jueguen de fascistas, de bolcherrevolucionarios, de neoliberales o de progretudos, la única verdad sobre el Justicialismo es que como decía Borges, "los peronistas no son ni buenos ni malos; son incorregibles".
(Otra vuelta sigo con lo de la Constitución: la pachorra sabatina es demasiado poderosa.)

2 Comentarios:

Blogger Unknown dijo...

Hay un hexagrama del I Ching que dice algo así:
El hombre superior vé lo visible y lo invisible...¡ni un minuto más!o algo así.
Bendito, por otra parte el que ve las señales de los tiempos.

4:22 p. m.  
Blogger Mayor Payne dijo...

Muchas gracias, Cerriwden!

Esperemos que se de cuanto antes y con el menor estruendo y colapso posible. Este país no está para bancarse crisis catastróficas cada 10 años.

Saludos!

10:52 a. m.  

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