¿Por qué gobierna el peronismo?
El otro día hablaba con un conocido y por esas razones de la vida la conversación degeneró en temas de política.
La gran inquietud de esta persona era una clásica: ¿por qué ningún partido excepto el peronismo puede gobernar en la Argentina?
La respuesta que ensayé, y que en cierta oportunidad creo haber escrito en este medio, es que el peronismo gobierna y los otros no por la sencilla razón de que es el único partido en el que todos los factores de poder que importan en la Argentina se sienten identificados.
Piénsenlo. En Estados Unidos, por ejemplo, las empresas tradicionalmente apoyaron al Partido Republicano y los sindicatos se sintieron siempre cómodos con el Partido Demócrata. La alternancia bipartidista permitió que los intereses de algunos factores prevalecieran por momentos por sobre los de otros, que deben permanecer en la oposición hasta que les llegue su momento.
¿Qué grandes factores de poder tiene la Argentina hoy? Las empresas, los sindicatos, las burocracias federales y provinciales, el agro y la Iglesia Católica.
De todos ellos, el agro sacó los pies del plato en 2008 con el conflicto del campo, momento en que oh casualidad comenzó la decadencia de los Kirchner, pero todavía no se ha encolumnado detrás de ningún gran partido (coquetean con la UCR, el peronismo disidente y lo que se le pase por la cabeza a los muchachos de Federación Agraria) como para poder decir que existe un partido no peronista que "represente" al agro.
Aunque no le guste mucho, hay que reconocer que la Iglesia Católica siempre se sintió menos incómoda con los peronistas que con alguno de los otros partidos progres que rutinariamente aparecen como oposición. El encono que los Kirchner le tienen al Episcopado ha roto una relación de mutua tolerancia y ocasionales acuerdos que había entre la Iglesia y el peronismo, en particular en los años de Menem. Sin embargo, a la Iglesia le pasa lo mismo que al campo: no tiene un partido en el cual se reconozca.
Por el momento, para la Iglesia y para el campo, fuera del PJ está el desierto.
¿Pero los otros tres factores que enumeré antes? No existe ninguna duda de que el sindicalismo es peronista, por más que algunos pajaritos de la izquierda todavía sueñen con "concientizar al proletariado" de esta bendita tierra de promisión y hacer que cambien a Evita por Rigoberta Menchú. Decir "sindicalismo" es decir "peronismo" en términos argentinos.
El empresariado argento, adicto a los mercados cerrados, a las dádivas estatales y a los consumidores cautivos, siempre anduvo con el peronismo como culo y calzón. Hagamos el ejercicio de imaginación y convendremos en que es más "real" imaginar a Cristiano Rattazzi, Franco Macri o los alegres muchachos de la Unión Industrial conferenciando con capos justicialistas que sentados a la mesa radical.
Y de la burocracia y de los señores feudales del interior mejor ni hablemos: ellos son la maquinaria sobre la que se asienta la estructura de poder peronista.
¿Cuál es el partido del empresariado argentino? El peronismo.
¿Cuál es el partido del sindicalismo argentino? El peronismo.
¿Cuál es el partido de la burocracia argentina? El peronismo.
¿Qué intereses representan la UCR, la Coalición Cívica, el PRO, el socialismo, que no sean los de sus líderes y electorados? Ninguno. Y ni siquiera pueden convencer del todo a los factores de poder alienados del justicialismo.
El peronismo gobierna por una simple razón: porque es el único partido en el que los factores de poder de la Argentina se reconocen y se sienten identificados o como mínimo contenidos. Si mañana subieran los radicales, sabremos que los sindicatos le harían la vida imposible, que las empresas los mirarían con asquito y que las burocracias del interior fogonearían los "estallidos sociales" que se necesiten para sacarlos.
Y siempre ha sido así.
Las crisis del peronismo surgen cuando por alguna razón alienan a alguno de estos factores y lo hacen pasar a la oposición. El gran logro del primer peronismo en materia de poder fue asentarse en los tres grandes factores de la época: los sindicatos, la Iglesia y las Fuerzas Armadas.
Perón sólo empezó a caer cuando por alguna razón incomprensible se las agarró contra la Iglesia, que al pasar a la oposición se convirtió en el denominador común de los civiles y militares antiperonistas que lo echaron a patadas en 1955. No por nada uno de los lemas de la Libertadora era "Cristo Vence".
Resumo: el peronismo gobierna porque es una estructura de poder de alcance y difusión nacional (burocracias federales, provinciales y municipales) puesta al servicio de dirigentes políticos feudales (gobernadores y legisladores que quieren ser algo más) y que le permite a los grandes factores de poder y corporaciones de la Argentina (sindicatos, empresas y Estado) promover sus intereses mediante el "acuerdo" y sin necesidad de la competencia partidaria.
La Argentina es fácil de entender si se asume que ni es una república ni es una democracia.
La gran inquietud de esta persona era una clásica: ¿por qué ningún partido excepto el peronismo puede gobernar en la Argentina?
La respuesta que ensayé, y que en cierta oportunidad creo haber escrito en este medio, es que el peronismo gobierna y los otros no por la sencilla razón de que es el único partido en el que todos los factores de poder que importan en la Argentina se sienten identificados.
Piénsenlo. En Estados Unidos, por ejemplo, las empresas tradicionalmente apoyaron al Partido Republicano y los sindicatos se sintieron siempre cómodos con el Partido Demócrata. La alternancia bipartidista permitió que los intereses de algunos factores prevalecieran por momentos por sobre los de otros, que deben permanecer en la oposición hasta que les llegue su momento.
¿Qué grandes factores de poder tiene la Argentina hoy? Las empresas, los sindicatos, las burocracias federales y provinciales, el agro y la Iglesia Católica.
De todos ellos, el agro sacó los pies del plato en 2008 con el conflicto del campo, momento en que oh casualidad comenzó la decadencia de los Kirchner, pero todavía no se ha encolumnado detrás de ningún gran partido (coquetean con la UCR, el peronismo disidente y lo que se le pase por la cabeza a los muchachos de Federación Agraria) como para poder decir que existe un partido no peronista que "represente" al agro.
Aunque no le guste mucho, hay que reconocer que la Iglesia Católica siempre se sintió menos incómoda con los peronistas que con alguno de los otros partidos progres que rutinariamente aparecen como oposición. El encono que los Kirchner le tienen al Episcopado ha roto una relación de mutua tolerancia y ocasionales acuerdos que había entre la Iglesia y el peronismo, en particular en los años de Menem. Sin embargo, a la Iglesia le pasa lo mismo que al campo: no tiene un partido en el cual se reconozca.
Por el momento, para la Iglesia y para el campo, fuera del PJ está el desierto.
¿Pero los otros tres factores que enumeré antes? No existe ninguna duda de que el sindicalismo es peronista, por más que algunos pajaritos de la izquierda todavía sueñen con "concientizar al proletariado" de esta bendita tierra de promisión y hacer que cambien a Evita por Rigoberta Menchú. Decir "sindicalismo" es decir "peronismo" en términos argentinos.
El empresariado argento, adicto a los mercados cerrados, a las dádivas estatales y a los consumidores cautivos, siempre anduvo con el peronismo como culo y calzón. Hagamos el ejercicio de imaginación y convendremos en que es más "real" imaginar a Cristiano Rattazzi, Franco Macri o los alegres muchachos de la Unión Industrial conferenciando con capos justicialistas que sentados a la mesa radical.
Y de la burocracia y de los señores feudales del interior mejor ni hablemos: ellos son la maquinaria sobre la que se asienta la estructura de poder peronista.
¿Cuál es el partido del empresariado argentino? El peronismo.
¿Cuál es el partido del sindicalismo argentino? El peronismo.
¿Cuál es el partido de la burocracia argentina? El peronismo.
¿Qué intereses representan la UCR, la Coalición Cívica, el PRO, el socialismo, que no sean los de sus líderes y electorados? Ninguno. Y ni siquiera pueden convencer del todo a los factores de poder alienados del justicialismo.
El peronismo gobierna por una simple razón: porque es el único partido en el que los factores de poder de la Argentina se reconocen y se sienten identificados o como mínimo contenidos. Si mañana subieran los radicales, sabremos que los sindicatos le harían la vida imposible, que las empresas los mirarían con asquito y que las burocracias del interior fogonearían los "estallidos sociales" que se necesiten para sacarlos.
Y siempre ha sido así.
Las crisis del peronismo surgen cuando por alguna razón alienan a alguno de estos factores y lo hacen pasar a la oposición. El gran logro del primer peronismo en materia de poder fue asentarse en los tres grandes factores de la época: los sindicatos, la Iglesia y las Fuerzas Armadas.
Perón sólo empezó a caer cuando por alguna razón incomprensible se las agarró contra la Iglesia, que al pasar a la oposición se convirtió en el denominador común de los civiles y militares antiperonistas que lo echaron a patadas en 1955. No por nada uno de los lemas de la Libertadora era "Cristo Vence".
Resumo: el peronismo gobierna porque es una estructura de poder de alcance y difusión nacional (burocracias federales, provinciales y municipales) puesta al servicio de dirigentes políticos feudales (gobernadores y legisladores que quieren ser algo más) y que le permite a los grandes factores de poder y corporaciones de la Argentina (sindicatos, empresas y Estado) promover sus intereses mediante el "acuerdo" y sin necesidad de la competencia partidaria.
La Argentina es fácil de entender si se asume que ni es una república ni es una democracia.
3 Comentarios:
LA causa del enfrentamiento entre Perón y la Iglesia no es tan incomprensible: para cuando se produce, el peronismo era hegemónico, no había partidos ni grupos sociales que tuviesen posibilidad real de oponérsele, salvo la Iglesia. Con ésta las relaciones eran muy buenas y de mutua conveniencia, desde 1943.
¿Por qué explotó el conflicto en 1953? justamente por ese afán de hegemonía - casi totalitarismo- del peronismo... la Iglesia no pudo hacerse (más) la idiota... terminó como ya sabemos: bombardeo de Plaza de Mayo bajo el lema "Cristo Vence", profanación y quema de Iglesias...
Muy buen post mayor. Coincido totalmente con Andy, Perón se había vuelto tan totalitario que hizo que en los manuales escolares de la época compararan sus obras con las de Jesucristo y a Evita con la virgen maría. Imagínese la reacción de la iglesia!
Saludos.
Exactamente. Y para ilustrar este excelente artículo, está este nuevo video:
fumarpaco.com.ar/pejota
un abrazo!
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