sábado, 20 de agosto de 2011

Tras la hecatombe


Releo un pasaje de un post que escribí hace mucho mucho tiempo, a comienzos de abril de este año. Cuatro meses y chirolas son una eternidad acá en la Argentina.

"Digan que el enemigo que tienen en frente es así de impresentable, porque los señores "precandidatos" de la oposición han hecho los "méritos" suficientes y tienen un ego lo suficientemente desproporcionado respecto de su enanismo mental y moral como para merecer que en las elecciones se los culeen parados."

Bueno, eso fue lo que pasó el domingo. Una culeada de pie. Sin atenuantes. Sin misericordia. Sin vaselina.

Carlos Pagni ha sintetizado las grandes falencias que condujeron a este desastre de una manera que yo no podría igualar nunca: la oposición ha perdido no sólo por la falta de una estructura nacional y por la mezquindad inigualable de sus capanga; no sólo perdió porque optó por confiar en la aparición de un redentor arrastravotos, esperar que el PJ se rebelara cuando el primer mandamiento del pejotismo es siempre correr en ayuda del vencedor, pensar que bastaba con estar "en contra de" para estar unidos y apelar a la permanente denuncia de los múltiples y horrendos delitos de este gobierno sin mover el más mínimo dedo para actuar sobre esas denuncias.

Pero por sobre todas las cosas, la oposición perdió porque se negó a cambiar la historia. Parafraseando a Pagni, la oposición o careció de una imagen de país alternativa a la que ofrecía el kirchnerismo o compartía la oficial. Aquel reproche eterno del kirchnerismo, haya sido pronunciado con tono pedante por Cristina o envuelto en las sandeces de Caníbal Fernández, de que no tenían una sola idea propia con la que contrastar al Gobierno, demostró ser en gran parte cierto.

El resultado de tener que optar entre un gobierno que tendrá un decálogo demoníaco pero al menos tiene un decálogo y una oposición que no se anima a cuestionarlo y que incluso llega a colgarse de sus postulados puede sintetizarse en una gran frase del amigo Rothbard allá en El Opinador Compulsivo: "¿Para qué vamos a ir a La Salada si en casa tenemos a la original?"

Estar "en contra de" es fácil y nos reporta la amistad de los cagones que esperan a que el contrario esté débil para pegarle; estar "a favor de algo" es mucho más difícil e ingrato, y nos hace perder a quienes no coinciden con nosotros por más que entre todos estemos en contra de otro. Sin embargo, si no se está dispuesto a hacerlo, no se merece el liderazgo por el simple hecho de no estar dispuesto a ejercerlo. La oposición demostró no merecer el liderazgo.

La mezquindad y la soberbia de una banda de pigmeos políticos que parecieron no darse cuenta de que la Argentina, como los empresarios al ex ministro Pugliese, responde con el bolsillo cuando se les habla con el corazón y golpea con la billetera cuando se les habla sólo con pelotudeces sensibleras y vacías, terminó por pasarles factura.

Allá quedó el afónico Ricardito Alfonsín, que no tuvo más ingenio que mandar a ponerse los chalecos del padre y demostrar que la pelotudez es genéticamente transmisible, apenas mil votos por encima de Duhalde, cuyo ingenio estratégico debe ser puesto en duda por lo menos desde que en 2003 nos legó al mil veces maldito Tuerto, dos candidatos que soñaban con resultados de más del 20% y que ahora tienen que bancarse cerca a la ambulancia repleta de progres desencantados y de ex mucamas paraguayas del kirchnerismo que conduce el elfo Binner, quien es el único de los Cinco Grandes del Buen Humor que puede rasquetear una victoria a partir de sacar el 10% cuando nadie le daba por arriba del 6%.

Un poquito más abajo quedó Rodríguez Saá, abrazado a su Estado Libre Asociado de San Luis y contactándose con sus amigos interestelares del planeta Xilium, mientras que Carrió pagó finalmente los costos de un purismo tan sectario y fanático como el de los Kirchner, con el agregado de un misticismo que la convertía en el equivalente político de un líder de secta, y que le terminó dejando números tan patéticos que bien podrían ser los de una secta. Triste y bastante merecida resulta ser la caída de quien fuera la segunda candidata más votada de 2007 y que ahora quedó abajo de los votos en blanco y tiene al llorón trotskofrénico de Altamira respirándole en la nuca. Con el exterminio de Alcira Argumedo completando la debacle porteña del mes de julio, a Pino Solanas parece no quedarle otra opción que la más natural: seguir buscando una marca de pañales para adultos que se adapte mejor a su senil humanidad.

De entre todos ellos sólo Binner y sus acólitos que tratan de autoconvencerse de un presunto milagro con el mantra de "los otros encontraron su techo y nosotros nuestro piso" podrían colarse en la fila de los ganadores, y eso siempre y cuando el patovica de la fila no se percate de que quieren entrar en el boliche calzando ojotas.

El único que salvó la ropa sin atenuantes fue Macri. El único que había pedido un frente unido para las primarias, sólo para que los pigmeos le dispararan con lo que tenían a mano con más ferocidad que la que le dedicaron al kirchnerismo. El único que habiéndose bajado de la masacre de las primarias supo sobrevivir y no acabar en la irrelevancia. El único que en los meses anteriores logró victorias sorprendentes y batacazos históricos, de los que quisieron venir a colgarse los mismos que en tono pedante habían dicho meses antes que "Macri era el límite". El único que salvó su distrito contundentemente y sin sufrir (como Binner) y está poniendo pie tímidamente en otros. El único que tuvo la suficiente perspicacia como para presentir la carnicería y que no sólo no se expuso a ella, sino que ni siquiera estuvo en el mismo hemisferio, cosa de no tener ni que responder a las preguntas de los periodistas ansiosas de voces opositoras que narraran sus impresiones en la noche del desastre.

El panorama feudal de la oposición, con todos sus caudillejos, ahora quedó reducido a un puñado: Macri, para empezar, quien no debe confiar en ninguna promesa del kirchnerismo. Binner, que trata de mantenerse y rescatar algo del desastre. Y por el radicalismo reaparece Ernesto Sanz, quien seguro que debe haber experimentado esa maravillosa sensación de alegría ante la desgracia ajena que los alemanes llaman Schadenfreude ante el fracaso de un Ricardito Alfonsín al que el radicalismo llevó en andas en un acto de necrofilia pelotuda.

Respecto de los votantes argentinos y lo que optaron por estas primarias, dejo este párrafo de Relato del Presente como cierre: "Cuando te encuentres con más de 30 pirulos y veas que no podés irte de tu casa porque la guita no te alcanza para alquilar y no conseguís un mísero crédito ni en el Banco que te administra la cuenta sueldo, te vas a joder. Cuando tomes consciencia que el aumento de sueldo no fue tal, y que tan sólo se trató de una indexación salarial atada a la inflación y que, en realidad, estás cobrando lo que deberías haber cobrado el año pasado, te vas a joder. Cuando sientas que tenés que hacer malabares para ayudar a que tus viejos puedan comprar los pajaritos para la polenta porque el aumento pedorro que les "regaló" Cristina no alcanza ni para pagar el morfi, te vas a joder. Cuando tengas que agradecerle a Dios y todos los santos porque llegaste a tu casa en bolas, sin plata y con el culo roto, pero vivo, te vas a joder. Cuando tengas que elegir entre tener un hijo o llegar a fin de mes, te vas a joder. Y cuando estés en la cola del banco para cobrar tu jubilación mínima después de entregarle tu vida al laburo y te preguntes en qué momento tu progreso dejó de depender del fruto de tu esfuerzo, quizás, solo quizás, te des cuenta que no necesitabas una madre protectora sino una Presidente que no te joda la vida en nombre tuyo."

Agrego que para entonces ya va a imperar el mantra de "yo no la voté". No sé, lo veo probable.

3 Comentarios:

Anonymous Pericote dijo...

Buen post!
Pero sugiero complementarlo con este:
http://lalectoraprovisoria.wordpress.com/2011/08/17/entre-el-cincuenta-y-el-tres-por-ciento

Porque hay una cuestión con el tema de Carrió que hace falta reconocer.

4:08 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Mayor Paine, una vez más, brillante posteo.

Ahora repito mi análisis respecto a los resultados del domingo pasado que posteé en El Opinador:

-No existe una sola causa que explique el resultado obtenido por quienes participaron en la contienda. Porque en el caso de los votos del oficialismo, no todos pertenecen a personas que reciben un plan social o algo por el estilo y lo necesitan para subsistir. Aquellos con los cuales disentimos (y hasta demasiado) con el oficialismo no podemos achacar el poco más del 50% de los votos obtenidos por el FPV solo a eso.

También hubo gente de clase media que votó al FPV y que en muchos casos quizá no simpatice con este gobierno por fuera (o sea, los mismos que hablan pestes de Cristina, pero a la hora de votar, eligen su boleta), pero a lo mejor forma parte del llamado "voto cuota", el mismo que hubo en 1995 (al Turco en su momento lo reeligieron con casi el 50% de los votos y un tiempo después casi nadie afirmaba haberlo votado). Eso sí: no quiero ver a esa misma gente de clase media golpear cacerolas contra el gobierno meses o años después diciendo que "yo no los voté". Para muestra basta un botón: en el lugar donde vivo (San Isidro, conurba), por ejemplo, salió primero el FPV.

-Casi toda la oposición ha hecho un pobre papel, desde luego. Empezando por peleas inútiles entre muchos de sus integrantes para ver quién la tenía más grande hasta proponer casi una fotocopia trucha de lo que es el oficialismo. No proponían algo diferente. No se olviden que el hijo de Alfonsín proponía que siga "Fútbol para Todos". Entonces claro, algunos o muchos habrán pensado, "Si estoy conforme con el original, ¿Para qué quiero una copia trucha?".

-¿Duhalde denunciando robo de boletas? Puede ser que haya habido o no, pero no pienso que sea el más indicado para denunciar esto. ¿O se olvidó que cuando él tenía el control de casi todo el aparato del conurbano el robo de boletas era común o quizás no tanto?

-Desde ya que Carrió hizo una muy mala elección si lo comparamos con 2007. Podrá seguir como diputada, pero para las presidenciales creo que ya no tiene más posibilidades (si bien la voté para las primarias, aunque sea de manera testimonial, si bien sé de quién se trata la Gorda y no soy Lilitista para nada). Ni ahora ni en el futuro.

-Me sorprendió la elección que hizo Binner. Espero que en el plazo de estos meses -y sin que yo sea de centroizquierda- pueda aglutinar a gran parte de la izquierda no K (incluido Proyecto Sur) y a lo que quede de la Coalición Cívica o ARI y lo que también quede de la UCR, si bien es una tarea titánica pero no imposible. Si todo se mantiene, de acá a unos años puede llegar a ser una alternativa política interesante. Como comentario final, estoy pensando seriamente en votar a Binner para las elecciones de octubre, pero repito: sin que yo sea de centroizquierda.

-¿Qué podía ofrecer Ricardo Alfonsín como plus, sacando su portación de apellido? Que alguno me explique como en Santa Fe la UCR y el socialismo gobiernan en una coalición y para las presidenciales no pudieron siquiera replicar esa experiencia. Para mí, la causa fue la decisión de Ricardo de ir en alianza con De Narváez, que le restó más de lo que sumó.

-Otro ganador no tan comentado fue Macri, al no quedarse pegado a ningún opositor. De acá al 2015 va a tener que insistir fuertemente en el armado del PRO a nivel nacional para aparecer como una alternativa de centro o centroderecha dentro de cuatro años, sino no tiene muchas posibilidades.

Andrés

7:14 p. m.  
Blogger Andy dijo...

Brillante, Mayor. Pero a no desesperarse... el 14 no fue una hcatombe, sólo un ensayo general de hecatombe.
Igual no creo que la oposición reaccione y cambie en algo de acá a octubre.

7:21 p. m.  

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