sábado, 13 de octubre de 2012

En el fango



Ante todo, quería pedir disculpas por haberme prácticamente eyectado la semana pasada vía una columna de Roberts. La verdad es que venía de una semana muy pero muy jorobada y el sábado pasado estaba quemando los últimos vapores anímicos y físicos.

Hoy es otra cosa.

Hoy estoy enojado.

No es tanto un enojo histérico y furioso como el de un kirchnerista; eso ya pasó. Ya completé el ciclo del enojo y he alcanzado una pureza de enojo que podría ser catalogada de "Zen". Estoy con las piernas cruzadas y en pose de flor de loto, haciéndole fuck you al universo que me rodea.

¿El detonante de mi enojo? El increíble papelón, humillación, vergüenza, infamia que estamos viviendo con la situación de la fragata ARA Libertad.

Quizás parezca tonto que me enoje por eso con todo el material que hay para enojarse en estos días, pero no en vano tengo mis aficiones muy concentradas en todo lo que hace a lo militar, y llegar a ver cómo a la embarcación más emblemática de este país, a un símbolo nacional de una belleza y gracia demasiado elevadas para la merda a la que ha sido llevada el país, le cae un destino tan ignominioso como ser embargada por un país africano sin que podamos hacer nada, bueno, eso me ha llevado a completar el Nirvana de la ira.

En estos días se ha meneado mucho la muy apropiada metáfora de que bajo el régimen kirchnerista hemos visto cómo nos embargan la Libertad. Me parece muy correcta, pero creo que puede expandirse. Hemos visto cómo algo hermoso y majestuoso, que se mantiene apenas a base de voluntad y de ingenio para escaparle a la miseria, termina sometido a una humillación inimaginable a base de incompetencia, corrupción, mediocridad y estrechez mental ideologizada, sin que podamos hacer nada al respecto.

Como nuestra fragata Libertad.

Como la Argentina.

Todo esto se lo debemos a la codicia de este gobierno peronista que insistió en cagar lo más posible al tendal de viudas que dejó el default de un gobierno peronista anterior, al que se suma la increíble idiotez de insistir con varias escalas en puertos africanos por parte de los pajeros ideológicos que conducen la Cancillería, a pesar de los reparos que pusieron el Ministerio de Defensa y la conducción de la Armada sobre la inconveniencia y lo inoportuno de esas visitas.

Mientras Héctor "Alicate" Timerman, el cara de piedra incompetente que fue capaz de armar una visita oficial a Angola sin "formarse una opinión" sobre el hecho de que dicho país esté en manos de una cleptocracia corrupta, sigue sin dar la cara y sin tener la mínima dignidad de renunciar después de haber puesto en riesgo a un símbolo nacional y a más de 200 argentinos e invitados únicamente por hacerse la del mono con los vínculos con África, hace falta reconocer que al menos su colega de Defensa, Arturo Puricelli, la vio venir e insistió en que no se hiciera.

Nobleza obliga, hay que decir que entre esto y los parches ridículos (pero medianamente oportunos) que puso para evitar que el decreto salarial para el personal militar desatara una revuelta como la que la borracha de Garré dejó que pasara en las Fuerzas de Seguridad, parecería que Puricelli conserva el viejo instinto peronista de mandar las pelotas jodidas al corner a como dé lugar, aunque esté bastante tapado por el barniz neofrepasista y dictatorial que recubre al gobierno de la Vaca Estúpida. Algo es algo.

Respecto de la fragata, como viene la mano y tras escuchar de boca del Gobierno el clásico "tenemos a nuestros mejores hombres en esto", señal de condenación y ruina absoluta si las hay, espero que la tripulación de la Libertad entienda bien lo que quiere decir "Irse a pique antes que hundir el pabellón" y nos ahorre a todos, y a ellos mismos, la vergüenza de ver cómo se arría la celeste y blanca de nuestra nave insignia.

Por otro lado, el episodio ridículo y vergonzoso de ver cómo un país africano que hace quince años no registraba en nuestro amperímetro y al que ahora vamos a chuparles las medias se da el gusto de humillarnos, embargarnos un símbolo del país y dejarnos en mayor ridículo que el que nuestro propio gobierno ya nos inflige, debería hacer caer a muchos en la cuenta de lo verdaderamente bajo que hemos caído. Bueno, no creo que a todos: estoy seguro que debe haber una considerable horda de pelotudos, rentados y soretes que está viendo cómo hacer para echarle la culpa de esta vergüenza a Magnetto y al Grupo Clarín.

Hace treinta años supimos plantarle batalla a la tercera potencia militar del mundo, y si bien perdimos, se fueron del brete con un ojo morado y con varios moretones que no esperaban recibir. Hoy una republiqueta africana nos moja la oreja y se nos caga de risa en la cara.

Malditos sean los kirchneristas. Malditas sean sus familias. Malditos sean sus descendientes hasta la décima generación. Malditos sean sus simpatizantes. Malditos sean sus apologistas. Malditos sean todos ellos y que sus nombres sean escarnio e insulto en este país al que han arrastrado por el fango en uno de los ejercicios más espeluznantes y dolorosos de suicidio nacional y degradación social que registre el mundo moderno.

Pero hay más.

El episodio de la fragata corona dos semanas escalofriantes.

En esas semanas hemos visto cómo el mismo Gobierno que mandó a gendarmes y prefectos a hacer lo que no les toca hacer sólo por desconfianza hacia la Federal y odio hacia los militares, dejando que la frontera se transforme en un pozo ciego (ojalá fuese un colador, eso significaría que al menos hay un filtro), termina pagándoles sueldos de mierda y basureándolos en público y en privado, sembrando las semillas de un descontento muy jodido en el contexto de seguridad que vivimos hoy en día.

Hemos visto cómo un embajador argentino que supuestamente debe velar por los intereses nacionales y por los compatriotas que pisan el país en el que está destacado se puso del lado de las autoridades que abusaron, apremiaron y privaron momentánea e ilegítimamente de su libertad a ciudadanos argentinos, llegando al absurdo de culpar a estos últimos en vez de cumplir con su misión y defender a los argentinos forreados por los servicios bolivarianos de inteligencia.

Y hemos visto cómo se nos puede humillar libremente en el exterior, apropiarse de un bien invaluable del patrimonio nacional, someter a nuestra Armada a la indignidad de ver a su buque emblema retenido en un puerto extranjero y mantener en situación incierta a más de doscientos compatriotas y a los invitados de diversos países que integran la tripulación, sin que acá se tenga al menos la dignidad vergonzosa de echar a patadas a quienes permitieron que llegáramos a esto.

Si el Estado tiene una razón de ser, decididamente la más importante e incluso posiblemente la única real, esa razón de ser es la protección de sus ciudadanos y de su patrimonio frente a la violencia interna y exterior.

Bajo el desgobierno de la Viuda Loka, el Estado Argentino ha perdido toda capacidad de resguardar a los habitantes del país frente a la delincuencia, ha abjurado de su responsabilidad de proteger al país frente al delito, al contrabando y a la violencia que traspasa nuestras fronteras abiertas como gambas de puta, ha degradado todos los medios y especialistas en seguridad interior y exterior mediante caprichos ideológicos, pajerismo mental y un revanchismo enfermo, y ha permitido que se humille al país y a sus Fuerzas Armadas de manera dolorosa, cruel y estúpida.

Un Estado que no puede proteger a sus ciudadanos no tiene razón de ser, sin importar las banderitas que se puedan menear de manera pelotuda por tener una "aerolínea de bandera", lo mucho que pueda liberar a sus habitantes de la horrible carga de pagar por el fútbol que quieren ver o lo eficiente que pueda ser a la hora de generar incentivos para el embarazo masivo con tal de que cada pibe que venga al mundo acerce un poco más a millones de argentos al sueño de vivir de arriba sin laburar.

El Estado Argentino no tiene razón de ser. La ha perdido. Se ha convertido en una carga absurda, inútil, contraproducente, corrupta, ineficiente, vergonzosa y encima de todo tiránica.

Esa es la única verdad.

Vuelvo a mi Nirvana de la ira. Como viene la mano, creo que voy a seguir ahí por mucho tiempo más.

Chau y nos estamos viendo la próxima.

3 Comentarios:

Anonymous carancho dijo...

Sencillamente... sublime.
Con su permiso, copy&paste a mis contactos.
Y si el nirvana de la ira le sirve para estos escritos... bueno, continúe allí por un tiempo, Mayor.
Saludos.

3:35 p. m.  
Blogger Mayor Payne dijo...

Estimada Carancho, muchas gracias, y por favor, a esta altura del partido ya no hace falta pedir ningún permiso... Saludos!

3:44 p. m.  
Blogger Andy dijo...

Simplemente perfecto!
Aviso que puse el link para que lo lean mis 513 seguidores de Twitter.
No me hallo en Facebook..

3:50 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal

Más recientes›  ‹Antiguas