domingo, 24 de septiembre de 2006

Acerca de la corrupción: un poco de pimienta en un tema tan trillado

Este artículo tiene por objeto describir brevemente el trabajo publicado en junio del corriente por la NBER (Nacional Bureau of Economic Research) y que se titula: “Cultures of corruption: evidence from diplomatic parking tickets”. En él se describe a través de un experimento ad hoc la importancia del enforcement versus las normas culturales propias de los países de origen que fomentan la corrupción. Para ello se toma como muestra las infracciones de tránsito de los diplomáticos que se producen entre noviembre de 1997 y diciembre de 2005 (muestra que equivale desde 1997 hasta 2002 a 150,000 multas –heavy muestra, no?–). ¿Por qué los diplomáticos? Por el hecho de que no son punibles. Es decir, muchas veces se nos ha dicho que los argentinos fuera de casa nos comportamos como señorcitos ingleses, ¿es esto verdad? Según las conclusiones de este artículo se debe simplemente al garrote que tememos enfrentar y no a nuestro buen comportamiento natural.
¿Por qué se usa esta metodología? Básicamente para tener una medida de lo que se conoce como “preferencias reveladas”, ya que difícilmente vayan los diplomáticos de los distintos países a decirnos que su decisión de estacionar mal y evitar las multas se deba: a su odio por los Estados Unidos, a su tendencia natural a aprovechar su poder para eximirse de las normas generales, etc. Para ello correlacionan distintas variables, siendo la variable dependiente el número de tickets por misión diplomática y la variable independiente, la opinión que los habitantes de un país sienten por los Estados Unidos, el nivel de ingresos de dicho país, el puesto que ocupa en los rankings de Transparencia Internacional, etc.
Resultados: bastante predecibles. Las conclusiones sugieren que la cultura y las normas sociales están muy vinculadas a la corrupción y persisten más allá de la distancia: incluso cuando se encuentran a miles de kilómetros de su países de origen mantienen las costumbres locales, quien es corrupto sigue siéndolo y quien no, no. Asimismo se observa que los países cuyas encuestas han demostrado un odio profundo por los Estados Unidos han tenido los mayores índices de infracciones de tránsito por parte de sus misiones diplomáticas. Dicha conclusión tiene mucha relevancia en términos de los sentimientos y su influencia en el campo económico. (Esto es discutible en relación al estudio ya que por un lado se muestra que Turquía es junto con Egipto, Pakistán, Jordania y Líbano uno de los que más odian a EUA, por otro lado es uno de los países con menos infracciones)

Algunas joyitas:
Países con mayores índices de infracciones y por ende más corruptos: Kuwait, Egipto, Chad, Sudan, Bulgaria, Mozambique, Angola, Albania, Senegal y Pakistán. Los menos: Suecia, Noruega, Finlandia y Canadá.
Argentina: puesto 92 sobre 146 países, puesto 146 lo gana Turquía, channnn!!!!

Otra perlita: Un paper escrito por Rafael Di Tella y Ernesto Schargrodsky titulado “The role of wages and auditing during a crackdown on corruption in the city of Buenos Aires” (2003)… una manteca!!!

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