Sábado II: La verdadera Bestia Política

En el sistema político argentino, la Bestia Política por excelencia es la Presidencia de la Nación. Sin lugar a dudas, es el elemento dominante dentro de los tres poderes. La fortaleza o debilidad de su ocupante repercute en todo el campo político del país.

Nuestra historia nos ha mostrado casos de Presidentes tan poderosos que eran prácticamente incontenibles, tales como Perón, Menem y Kirchner, así como Presidentes tan débiles que llevaban al país a la deriva, como Cámpora, Isabel y De la Rúa. Después de décadas de experiencia cabe preguntarse si es conveniente para el país que una sola persona concentre tanto poder. En mi opinión, la respuesta es negativa.

El control nominal del Presidente está en manos del Congreso y de la Justicia. Sin embargo, el Congreso suele ser dependiente frente a un Presidente fuerte, mientras que la Justicia rara vez desafía a un Presidente.

Entonces tenemos a un Poder Ejecutivo fuerte frente a un Legislativo y un Judicial débiles en comparación. La solución sería fortalecer a los otros dos en comparación. ¿Cómo fortalecer al Legislativo? Dandole mayor peso sobre el Ejecutivo.

Esto podría lograrse estableciendo un sistema semiparlamentario en el que los poderes del Presidente sean atenuados y se le de al Congreso un mayor papel en el gobierno. Los principales elementos de este sistema serían:

• Darle al Congreso la facultad de designar a un Primer Ministro respaldado por una mayoría en el Senado y Diputados.
• Los Ministros serían propuestos por el Primer Ministro, nominados por el Presidente y confirmados por el Senado mediante audiencias y sesiones públicas.
• Exigir calificaciones profesionales y académicas para los candidatos a ministros, sujetas a control por parte del Congreso.
• Prohibir el veto parcial del Presidente: sólo podría vetar o promulgar todo el contenido de la legislación aprobada por el Congreso, no sólo las partes que le parezcan.
• Limitar la posibilidad de promulgar decretos de necesidad y urgencia (o prohibirlos directamente), exigiendo la confirmación expresa y por mayoría de las dos Cámaras.
• Requerir la confirmación del Senado para el nombramiento de los principales funcionarios (AFIP, SIDE, etc.)
• El Primer Ministro y los Ministros del Gabinete podrían ser removidos de sus cargos mediante la formación de un nuevo Gabinete respaldado por una mayoría de ambas Cámaras. De ninguna manera podrá el Presidente destituir a un Primer Ministro
• El Presidente conservaría atribuciones en materia de política exterior, formulación de la política interior y conducción de las FF.AA.

Creo que hay que plantearse la necesidad de disminuir el peso institucional de la Presidencia y contemplar nuevos esquemas que fortalezcan a los demás poderes.

Sábado II y 1/2: El Rinconcito de Nilda - Nilda World Tour 2006

Nilda Garré salió de gira por Francia, Rusia y Ucrania. Ante las versiones de la prensa que hablaban de compras de armas, Nilda dijo en París: "No hay en este momento previsión de compra de armamento (...) y menos la compra de misiles". El "armamento" del que se hablaba eran helicópteros, no de ataque, sino de transporte (con utilidad en situaciones de emergencia). No se entiende por qué a Nilda le parece tan inconcebible pensar en incorporar misiles para las Fuerzas Armadas. Debe ser porque los misiles sirven para explotar, y eso no nos gusta en la estrategia de "defensa-defensiva". No sea cosa que alguien piense que Nilda iba a... no sé... trabajar de ministra de Defensa, en lugar de pasear por el Viejo Continente.

Después, al ver que los medios y sobre todo los rusos insistían con las versiones de compras de armas, Nilda trató de disimular un poco y dijo: "hemos venido solamente a avisar que vamos a comprar". Perfecto. No va a comprar, sólo va a avisar. Es como ir a lo de un amigo y decirle: "vengo para avisarte que voy a venir". Si esa era la intención, podría haberlo hecho tranquilamente un subsecretario, un agregado, cualquiera, no la Ministra en una gira costosa en momentos en los que les pide a sus subordinados austeridad. Pero me imagino que París en otoño debe ser encantador...