jueves, 8 de febrero de 2007

¿Qué quisieron decir?

Escuchar a algunos referentes del Gobierno cuando dan su opinión sobre ciertas cuestiones es un pasaje al corazón del desquicio.

Como por ejemplo el diputado Agustín Rossi, una de las espadas kirchneristas en la Cámara de Diputados. Mientras participaba en una discusión en el programa A Dos Voces sobre el papelón del INDEC y la perinola de la inflación, el diputado se despachó con algunas frases increíbles, como aquellas en las que preguntaba muy enojado e indignado que porqué tenía que dar el Gobierno explicaciones a alguien sobre los cambios de personal que hace, si tiene la incuestionable legitimidad de origen que surge del voto. Alguien con tiempo y mucha paciencia debería tratar de hacerle entender a Rossi que el Gobierno tiene que dar todas las explicaciones que le requieran, ya que no está a cargo de nuestros asuntos por derecho propio sino porque fue votado para ello y por lo tanto es responsable ante la ciudadanía. Y ya que estamos en el tema del voto, que entienda de una vez por todas Rossi (y su jefe) que ganar elecciones no es una patente de corso para hacer lo que se les dé la gana con el Estado, por encima de la Constitución y las leyes.

Pero A Dos Voces, después de la defensa "como gato panza arriba" de Rossi, todavía nos tenía reservados los delirios del diputado Diego Kravetz, presidente del bloque kakista en la Legislatura de la Ciudad. Consultado por el grave tema de los chicos de la calle en la Ciudad, Kravetz se lanzó con una increíble sarta de delirios en la que echaba la culpa del problema de la mendicidad infantil a los 15 días de López Murphy como ministro de Economía allá por 2001, a los pagos al FMI (¿no fue Kirchner quien le pagó al Fondo todo lo que le debía?) e incluso al propio Telerman, a quien acusó sin aportar pruebas de armar "una banda parapolicial para agarrar chicos de la calle y largarlos a la Provincia" (Nota del Mayor: la diarrea verbal de Kravetz anuncia la ruptura entre K y nuestro jefe de gobierno afrancesado). Lo mínimo que se le tiene que exigir a un funcionario es que, en un tema serio como es la pobreza y maltrato infantil, se comporte seriamente e intente aportar análisis y soluciones, no teorías conspirativas de cuarta.

Pero el premio mayor del desquicio va para nuestra "Primera Ciudadana", Cristina F. de K., quien, como la tortuga Manuelita, "a París ella se fue", supuestamente a firmar un tratado en nombre del país sin tener el poder o la autoridad constitucional para hacerlo, como si el Poder Ejecutivo fuera un bien ganancial; de paso se saca fotos con los presidenciables franceses Ségolène Royal y Nicolas Sarkozy (quienes seguro que no saben quién diablos es Cristina) y se da el gusto de pagar en euros para ver el partido de la Selección contra Francia.

En un discurso que dió luego de poner su firma ilegal sobre el tratado, Cristina tuvo la caradurez repugnante de decir que entre 1976 y 1983 la Argentina vivió "el segundo ensayo del Holocausto" y que tanto la locura hitleriana como el gobierno militar tuvieron el mismo objetivo: "implantar también un determinado modelo económico y social de exclusión". Lo menos que se le puede decir a la Senadora es que no sabe un cuerno (por no decir una m...) de Historia. En vez de ponerse tanto botox en la cara, debería agarrar algún buen libro de Historia sobre el tema; ya que sabe inglés, que lea The Rise and Fall of the Third Reich, de William Shirer. Y sólo para que tenga una idea de la desmesura: como bien dice el blog BlogBis al tratar el tema, que sepa la Senadora para tener una idea de la magnitud del Holocausto, que los supuestos "30.000 desaparecidos" (que ni siquiera fueron tantos) apenas llegan a cubrir el total de diez días de asesinatos en Auschwitz-Birkenau.

4 Comentarios:

Blogger Nacho dijo...

Me preocupa que nadie, pero nadie, haga eco de semejantes barbaridades. Acá todos hablan con una inconciencia y una liviandad isoportables. Bueno, tampoco esperemos nada de "A dos voces", el programa con menos repreguntas de la historia. Se tendría que llamar "A dos sobres".
Me gustó el detalle del Poder Ejecutivo como bien ganacial.

1:23 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

que triste, pobre y lamentable la gente que cada vez que dice 30.000 desaparecidos, inmediatamente dice que no eran tantos.
va sin ánimos de ofender.
saludos.
martín.

4:58 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

venia para decir lo mismo que martín... pero buen ya está

6:51 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Los que critican a los que cuestionan el número de desaparecidos me tienen podridos. No son, nunca fueron 30.000. Ningún recuento serio supera los 10.000. Esto no disminuye la gravedad, la atrocidad del hecho. No disminuye la culpabilidad de los que ejecutaron la masacre, pero es así. Y es así porque en general, los masacrados eran miembros de las fuerzas guerrilleras o su periferia cercana que nunca, ni por asomo fueron tantos como para producir 30.000 muertos.
La barbarie es la barbarie pero la verdad es tambíen la verdad.

3:58 p. m.  

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