El ataque de los pingüinos zombies (y nuevo Escudo Nacional)
Que Kirchner iba a hacer lo que quisiera hasta que asumiera el nuevo Congreso, todos lo sabíamos. Era cantado desde el día en que se propuso la barbaridad de adelantar las elecciones. Ya se decía entonces que con un resultado negativo, el tuerto y sus secuaces iban a protagonizar una violenta estampida legislativa para aprovechar sus últimos meses de mayoría en el Congreso.
Esto se sabía ya. Y como de costumbre, madrugaron a los nabos de la oposición, que no se les ocurrió unirse para pedir que se adelantara por igual la asunción de los nuevos legisladores.
Así nos va. Dos meses desde las elecciones y K está en estampida como si las elecciones hubieran sido un Speed con Vodka en lugar de un supositorio.
Más aún, la última payasada del veto a la emergencia agropecuaria es la típica muestra de cómo se va a manejar esta yunta de matarifes iletrados a la que durante cinco años pintaron como "estadistas". Se dirá que el veto es constitucional; pues bien, K y su tropa lo convertirán en otro garrote pervertido para seguir jugando a que son los capos del gallinero.
Y ahora viene la nueva Ley de Radiodifusión. Perdón, la "Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual": como buenos progres que son, no pueden evitar meter eufemismos pedorros en lo que hacen. Como la tarada de la Presidenta diciendo "¡Qué pobreza estructural!" en Tartagal, como para que no quede duda de que leyó toda la vulgata progre.
Como siempre, la Presidenta mechó la década del 70 en la cuestión, dedicando el proyecto a los no sé cuántos periodistas desaparecidos. Por lo menos, no los comparó con los goles que ahora mantiene secuestrados Canal 7. Mañana inaugura un buzón en Villa Entusiasmada y lo va a dedicar a todos los empleados de ENCOTEL que se jubilaron durante el Proceso Militar.
Ahora, o los Kirchner son inenarrablemente idiotas o saben algo que nosotros no sabemos, porque veámoslo desde este punto de vista: asumiendo que, como dicen los Kirchner, "el pueblo" es ardientemente kirchnerista, desprecia a los monopolios concentrados de Clarín y sólo tiene gratitud hacia quienes les libertaron los goles, y ese mismo "pueblo" clama entonces por información objetiva que sólo puede recibir del Estado...
La pregunta es: ¿por qué diablos Canal 7 ("La TV Pública", por si se les olvidaba), Radio Nacional y Página/12 están en el fondo de las preferencias del público? ¿Por qué nadie corre a informarse de fuentes bien K? Ahí tienen, un multimedios bien Nac&Pop, totalmente gratuito y 100% libre de Ernestinas Herreras de Nobles. ¿Por qué no lo ven ni los parientes de los productores?
¿Será porque nadie les cree ni una sola palabra? ¿Porque todo lo que sale de un medio kirchnerista o kirchnerizado es considerado como propaganda burda por la sociedad?
En ese caso: ¿qué diablos esperan ganar los Kirchner ampliando su cachito del espacio radiofónico al 33% (y al 66% una vez que las oenegés amigas del kakismo tengan sus propias frecuencias)? ¿No saben que, como bien dijo Alfredo Leuco en Perfil, cualquier periodista que se amiga con el poder pierde credibilidad y su rating se va a los caños?
Me recuerda a los primeros choques de Kirchner con la prensa, cuando la muletilla era que la libertad de prensa debía "darshe primero dentro de lash empreshash periodísticash". Como si en todos los medios hubiera periodistas que ardían en deseos de proclamar las virtudes del modelo sólo para ser reprimidos (¿para qué usar otra palabra que no sea la favorita de los K?) por los empresarios del periodismo.
Pero bueno, allá los Kirchner. Y allá nosotros también si los dejamos seguir adelante.
Aunque entre nos, empiezo a pensar que lo mejor que le puede pasar a este país es que la dictadura kirchnerista siga hasta las últimas consecuencias. Que se ignore el resultado de las elecciones. Que se vete todo lo que sancione el Congreso sin que sea del agrado de los K. Que se cierren los medios opositores o que los compren los amigos de los K. Que las patotas de D'Elía tengan cancha libre para sus barbaridades. Que los K confisquen lo que se les ocurra y se apoderen de cuanta actividad productiva exista. Que se ponga a El Argentino como una suerte de Granma gaucho y se haga obligatoria en las primarias y jardines maternales la lectura de NeKi, el Pingüino de las Tierras Blancas. Que se sucedan ellos una y otra vez, con sucesión matrimonial y luego hereditaria cuando el gordo fesa de Máximo y la mocosa Florkey estén en edad.
Que hagan lo que se les cante. Dale nomás. Dale que va. Que vayan por todo como dice el Tuerto.
Total, si al pueblo argentino le gusta esto, vivirá así a su pleno contento. Y si no le gusta, si se da cuenta de lo perverso del populismo, entonces buscará la libertad y en el proceso se hará merecedora de ella. Porque no se puede merecer lo que no se aprecia y se defiende. Porque no se reconoce lo que es bueno hasta que se pierde. Y porque la democracia y la república no se agotan son simplemente votar cada dos años.
Tal vez aprendamos entonces de una puta vez que a los tiranos y a los pichones de tiranos hay que reventarlos en cuanto levantan la cabeza, no cuando ya llevan seis años de instalados.
Como cierre de esta nota y atento a la ¿convocatoria? abierta por los colegas de El Opinador Compulsivo, les dejo mi humilde propuesta para un nuevo escudo nacional, basada en una propuesta del hermano de Ernesto Sábato:
1 Comentarios:
Qué capacidad de análisis y síntesis, amigo Payne!! Da gusto leerte, estoy de acuerdo contigo. Lo unico bueno de que sigan los k adelante es que de una buena vez los ciudadanos de esta pais aprendan a valorar y respetar la verdadera democracia, a mirar bien por quien votan. No hay como la propia experiencia para aprender.
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