sábado, 17 de noviembre de 2012

Insisto


Volvemos a la pregunta que quedó pendiente de la semana pasada.
Una vez llevado a cabo el 8N y convertido éste en el éxito que resultó ser, ¿cómo se sigue a partir de entonces?
Porque, insisto, si esperan que del otro lado haya alguna reacción favorable, no la va a haber. 
Tenemos que entender que del otro lado hay una banda de fanáticos que realmente creen que están librando una revolución y que lo suyo es una gesta épica ante la cual o se es "compañero" o se es "traidor", o están tan pero tan entongados que tienen bien claro que no hay supervivencia posible para ellos fuera del régimen y del basurero en el que han convertido a la Argentina.
Damas y caballeros, del otro lado piensan que el no-kirchnerismo (iba a decir "la humanidad no kirchnerista", pero me queda claro que los kakas no consideran a los no kirchneristas como humanos completos) se divide en dos grandes grupos: los malos y los zombies. ¿De veras piensan que ellos van a prestar atención a lo que tengamos para decir?
Ya los escuchamos durante toda la semana. Lo único que importó del 8N fue el congreso del Partido Comunista Chino. La marcha fue una terapia de grupo. Fue un rejunte de zombies. Todos los que salieron tenían el cerebro lavado por los medios.
Nada bueno puede salir de semejante interpretación de la realidad.
No quiero sonar tremendista con esto, ni repetitivo habida cuenta de lo que puse en similar sentido en el post de la semana pasada, pero necesitamos tener esto bien en claro porque es clave para comprender a qué nos enfrentamos.
Hay mucha gente que todavía parece creer que del otro lado hay un montón de socialdemócratas escandinavos que juegan a ser peronistas porque así se lo impone el clima político nacional. Creer que se van a dejar contener por lo que diga la Constitución o por las leyes es pecar de inocentes y necesitamos tenerlo bien en claro.
Creer que se van a atener a la Constitución es pegar saltitos mientras se camina por la cornisa.
Ya no hacen ningún esfuerzo por ocultar su fanatismo, su desprecio por las leyes o su uso de los recursos del Estado para perseguir a sus enemigos de turno; yendo a los enemigos de turno, ya no son los rivales ideológicos, sino incluso aquellos aliados que fueron los más serviles en un momento hasta que cometieron un pecado de lesa cristinidad que les valió la excomunión y el anatema.
Eso sí, cuando los criticás te saltan a la yugular y te dan a entender que tenés que estar agradecido de que "todavía" no te despojen de todo o te hagan cosas peores.
Ahora la tienen con Clarín. Para que quede claro, de todo el panorama mediático de la Argentina, sólo las lacras serviles de los medios estatales y paraestatales me inspiran más desprecio que Clarín. 
Durante años sirvió al kirchnerato con tanta fidelidad y dedicación que Nefástor nunca creyó necesario darle para adelante con seissieteochos o con leyes de medios. 
Durante años anteriores, a base de notas periodísticas indignadas, de informes sensibleros y de columnistas ignorantes pero tendenciosos, el Grupo Clarín sembró cuidadosamente la semilla de resentimiento, odio, primitivismo, atraso y progresismo estúpido que el kirchnerismo cosechó. 
Durante años se las arregló para pegar siempre el salto y sobrevivir, pero ahora una de sus criaturas dilectas, el kirchnerismo matón que degeneró en el cristinismo fanático de estos días, lo tiene agarrado del tobillo y amenaza con devorarlo.
Pero a pesar de todo, hoy Clarín y sus medios son algunas de las pocas voces que no están colonizadas por la kakería. Dejar que caigan, aún con el desagrado fenomenal que el Grupo inspira, es condenar al país a la locura del relato.
Igual no sé si soy muy partidario de continuar con las marchas. El 13S ya había sido una barrera muy difícil de superar y fue glorioso que el 8N pudiera llegar a donde llegó. Tentar una tercera marcha puede ser contraproducente. 
Quizás sea la hora de buscar mecanismos alternativos de protesta, tal vez no tan imponentes como el 8N, pero que resulten igual o más efectivos que las marchas masivas a la hora de pegarle al régimen donde le duela.
Quedará por verse.
Por lo pronto, sepamos en donde estamos y a quién tenemos en frente.
Y disculpas si este post fue repetitivo comparado con el de la semana pasada, pero me parece que es un punto que tiene que quedar.

2 Comentarios:

Blogger Andy dijo...

Como siempre, Cristina es autorreferencial. Si para ella lo único que pasó el 8N12 fue la "elección" de Presidente de China, es porque a ella le gusta mucho ese régimen: llegada al poder por un acto de fuerza, mitificado como "Revolución popular", dictadura de partido único, represión total a disidentes, opacidad informativa, mandatarios elegidos entre la élite de los miembros del Partido, que a su vez es una élite entre los habitantes del país; me niego a usar el término ciudadanos... y corrupción galopante.
Si la dejás, te cuenta que ELLA y EL estuvieron en la Larga Marcha, y que Mao le pedía consejos a Néstor, que quedaron plasmados en el Libro Rojo...

11:12 a. m.  
Anonymous carancho dijo...

Muy bueno, Andy.
Me sacacaste una sonrisa, cosa que hace falta...

7:07 a. m.  

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