Se aceleran los tiempos
El campo viene a Buenos Aires a plantarse frente a la prepotencia Kirchnerista como lo hizo en Rosario el 25 de mayo. Ya era hora.
Pero al mejor estilo del nene caprichoso, el cónyuge en ejercicio del Poder Ejecutivo no tiene mejor idea que contestar a una marcha con otra propia, fijada para el mismo día y la misma hora. Es que el nene no soporta que otro se meta en lo que considera que es su territorio, y por eso tiene estas rabietas demenciales y riesgosas. La idea de "perder" en una guerra que él mismo desató contra el país y contra su propia esposa, es mucho peor para Néstor que la idea de arriesgar una confrontación entre argentinos.
Desde ya que el Néstor no va a prescindir de ninguna herramienta para satisfacer su autoestima: los siempre funcionales intendentes/arrieros del Conurbano a 200 pesos por cabeza, las "organizaciones sociales" de tareas inciertas que demandan muchos fondos públicos, el glorioso movimiento de los trabajadores argentinos... no sorprendería incluso que, en un acto final de desprecio por el país, llegara a pedir la cadena nacional para su berrinchito sólo para tapar el sol con las manos.
La testaferro, por otro lado, oscila peligrosamente entre la soberbia y el desquicio. El viernes, por ejemplo, la misma mujer que en una oportunidad dijo haber visto a una cosechadora sembrando, se autoproclamó "experta" y capaz de "dar clases de vaca, soja y trigo". Por un lado y siendo totalmente inocentes y generosos (además de salvar la insufrible soberbia contenida en esa frase), cabría felicitar a la Presidenta por aprender acerca del campo; hubiera sido preferible para la República Argentina que el aprendizaje lo hiciera antes del 11 de marzo. Por otro lado, cabe ser escépticos... después de todo, nadie vio todavía la documentación que acredita el título de abogada que dice tener la Presidenta.
La tropa K tampoco descansa. El senador Pichetto, un peronista clásico de aquellos que se adaptan muy bien al punto de vista del patroncito del momento, acaba de amenazar al mismísimo vicepresidente de la Nación, intimándolo a renunciar si la inconstitucional resolución 125 no es aprobada en el Senado, o si el voto de desempate que le corresponde a Cobos va para la negativa. ¿Será una indicación de que las cosas en el Senado no van tan bien como quisieran los Kirchner?
Ojalá sea así, pero no hay que descuidarse. Se sabe que la Banelco goza de un lugar especial en el corazoncito de los senadores.
Pero aún con una viKtoria del oficialismo en el Senado, las cosas no se resolverán por arte de magia para el matrimonio presidencial: la economía todavía les pasará factura, y esta vez no van a tener al campo para salvarle las castañas. Aunque tampoco parecieran querer tener un sector agropecuario fuerte... excepto que esté en las manos de los amigos de siempre: los López, los Eskenazi, y todos los demás...
El país vive horas históricas. Se juega la posibilidad de torcerle el brazo al gobierno civil más autoritario desde Juan Domingo Perón, y de comenzar algo que la Argentina se viene debiendo desde hace sesenta años: ponerle fin a esa asociación ilícita de patrones políticos, punteros y sindicalistas conocida como "Partido Justicialista", o al menos, de lograr civilizarla lo suficiente como para que no destroce al país cada vez que toma el poder.
Y antes de que alguien lance la palabra "golpista", les recuerdo que nadie votó al ciudadano Néstor Kirchner para que ejerciera la Presidencia. Es lisa y llanamente un usurpador del poder constitucional.
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