¿Bajando al bunker?
"Se terminó la etapa de los aliados. Es la de kirchneristas gurkas", cita el diario La Nación a un miembro del entorno matrimoniopresidencial cuando se lo consulta por los recientes movimientos en el Gobierno y los rumores de recambios en el Gabinete.
Y el mote de "gurka" califica perfectamente para Ricardo Echegaray, el nuevo titular de la AFIP, quien durante su paso como titular de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario subordinó alegremente la exportación y los mercados de nuestra actividad más rentable y característica a los impulsos vengativos de Néstor Kirchner.
Tampoco nos podemos olvidar de Guillermo Moreno; pocas veces un secretario ha podido dejar en la irrelevancia a tres ministros del Gabinete (Massa, Carlos Fernández y Giorgi) e imponer su voluntad, que como es habitual en los círculos más íntimos del Gobierno, es la voluntad de Néstor Kirchner con una cara distinta.
Massita es uno de los que corre riesgo de eyección; al kirchnerismo no le sienta bien tener a un dirigente que combine imagen positiva con independencia (limitada) de criterio. La otrora "hormiguita negra" del ARI, Graciela Ocaña, cayó de la gracia presidencial por sus críticas hacia el rumbo político del Gobierno. A Oscar Parrilli, el secretario general de la Presidencia que supo votar a favor de la privatización de YPF cuando Menem era "el más grande Presidente desde Perón" y no "el Innombrable", se encuentra cuestionado por los cuadros más pingüinos. Incluso Nilda Garré, que desde que subiera al Ministerio de Defensa a fines de 2005 sólo actuó con subordinación y valor a las directivas kirchneristas, está "bajo observación" por parte de la Inquisición pingüina.
Todos los trascendidos coinciden en un único elemento: sea quien sea el que se vaya y el que lo venga a reemplazar, de él se esperará apoyo incondicional y sin cuestionamientos a la causa pingüina. Es el tiempo de los fieles ejecutores, de los inquisidores, de los De Vido, Moreno, Echegaray, Zannini y otros que en su comportamiento hacen suya la máxima de Goering: "Dos mas dos es cinco si el Führer así lo quiere".
El 2009 pinta ser un año de muchas complicaciones para la pareja presidencial y su círculo íntimo, y como ya hemos podido ver en la crisis del campo, los momentos complicados exacerban las tendencias dogmáticas, cerradas y absolutas de Néstor Kirchner. No se aceptarán tibios en un año en el que el kirchnerismo se juega demasiadas cosas importantes. No es hora de verdades incómodas o pronósticos reservados para el círculo íntimo y calafateño, hay que apechugar, sacar pechito y llevarse puesta a la realidad si ésta tiene el deseo antikirchnerista de ir contra el "relato".
Es, después de todo, la reedición de una tendencia inevitable en los liderazgos hiperconcentrados: el refugio y el encierro en el círculo de incondicionales y obsecuentes, aquellos que no van a traer disgustos, malas noticias o cuestionamientos incómodos.
Aquellos que, como Bormann, Goebbels y su familia, y tantos otros alcahuetes, bajaron al bunker de la Cancillería del Reich a acompañar a Hitler en sus ilusiones de grandes ejércitos salvadores, castigos ejemplares a los "traidores" y delirios de victoria final mientras el Ejército Rojo arrasaba Berlín.
Si es así, habrá que ver quién es el mariscal Zhukov que marche sobre Berlín.
Espero que hayan empezado bien el 2009 y que sea un muy buen año para todos.
Y el mote de "gurka" califica perfectamente para Ricardo Echegaray, el nuevo titular de la AFIP, quien durante su paso como titular de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario subordinó alegremente la exportación y los mercados de nuestra actividad más rentable y característica a los impulsos vengativos de Néstor Kirchner.
Tampoco nos podemos olvidar de Guillermo Moreno; pocas veces un secretario ha podido dejar en la irrelevancia a tres ministros del Gabinete (Massa, Carlos Fernández y Giorgi) e imponer su voluntad, que como es habitual en los círculos más íntimos del Gobierno, es la voluntad de Néstor Kirchner con una cara distinta.
Massita es uno de los que corre riesgo de eyección; al kirchnerismo no le sienta bien tener a un dirigente que combine imagen positiva con independencia (limitada) de criterio. La otrora "hormiguita negra" del ARI, Graciela Ocaña, cayó de la gracia presidencial por sus críticas hacia el rumbo político del Gobierno. A Oscar Parrilli, el secretario general de la Presidencia que supo votar a favor de la privatización de YPF cuando Menem era "el más grande Presidente desde Perón" y no "el Innombrable", se encuentra cuestionado por los cuadros más pingüinos. Incluso Nilda Garré, que desde que subiera al Ministerio de Defensa a fines de 2005 sólo actuó con subordinación y valor a las directivas kirchneristas, está "bajo observación" por parte de la Inquisición pingüina.
Todos los trascendidos coinciden en un único elemento: sea quien sea el que se vaya y el que lo venga a reemplazar, de él se esperará apoyo incondicional y sin cuestionamientos a la causa pingüina. Es el tiempo de los fieles ejecutores, de los inquisidores, de los De Vido, Moreno, Echegaray, Zannini y otros que en su comportamiento hacen suya la máxima de Goering: "Dos mas dos es cinco si el Führer así lo quiere".
El 2009 pinta ser un año de muchas complicaciones para la pareja presidencial y su círculo íntimo, y como ya hemos podido ver en la crisis del campo, los momentos complicados exacerban las tendencias dogmáticas, cerradas y absolutas de Néstor Kirchner. No se aceptarán tibios en un año en el que el kirchnerismo se juega demasiadas cosas importantes. No es hora de verdades incómodas o pronósticos reservados para el círculo íntimo y calafateño, hay que apechugar, sacar pechito y llevarse puesta a la realidad si ésta tiene el deseo antikirchnerista de ir contra el "relato".
Es, después de todo, la reedición de una tendencia inevitable en los liderazgos hiperconcentrados: el refugio y el encierro en el círculo de incondicionales y obsecuentes, aquellos que no van a traer disgustos, malas noticias o cuestionamientos incómodos.
Aquellos que, como Bormann, Goebbels y su familia, y tantos otros alcahuetes, bajaron al bunker de la Cancillería del Reich a acompañar a Hitler en sus ilusiones de grandes ejércitos salvadores, castigos ejemplares a los "traidores" y delirios de victoria final mientras el Ejército Rojo arrasaba Berlín.
Si es así, habrá que ver quién es el mariscal Zhukov que marche sobre Berlín.
Espero que hayan empezado bien el 2009 y que sea un muy buen año para todos.
1 Comentarios:
Me lo puedo imaginar a kirchner, pegando puñetazos en la mesa, acomodandose el pelo y bajando línea del tipo..."Que salga D Elia a putearlo a Macri!!"
Que ansioso estoy porque arranque este bendito año electoral!!!
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