lunes, 28 de septiembre de 2009

Cada vez huele peor

Esta vez sí les dejo un artículo en regla, aunque chiquito.

Las cosas están evolucionando tan rápido que cuesta seguirles el ritmo. Pero todavía más cuesta ver qué es lo que se está configurando en nuestro país por estos días, tal es el frenesí con el que vivimos.

Basta uno o dos minutos de considerar todas las noticias que venimos escuchando como para poder pintar un panorama que, como mínimo, es preocupante.

¿Qué tan preocupante? Bueno, quizás peque de pesimista, pero estamos combinando en un mismo paquete algunos de los peores elementos del último trimestre de 2001 y del primero de 1976.

¿Absurdo? Veamos:
  • ¿Un Poder Ejecutivo cuya titular oficial no ejerce ningún poder real, como en 1976? - Lo tenemos.
  • ¿Un Gobierno con su percepción de la realidad alterada por el microclima oficialista, como en 1976? - Lo tenemos.
  • ¿Una oposición que no quiere hacerse cargo de su deber y se queda guardadita por temor a que de pronto le tiren el muerto por la cabeza, como en 1976? - La tenemos.
  • ¿Una crisis inflacionaria en plena marcha, como en 1976? - La tenemos.
  • ¿Una izquierda demencial que está en una escalada de su "gimnasia revolucionaria" y alcanza niveles cada vez más violentos, como en 1976 (aunque sin baños de sangre, todavía)? - La tenemos.
  • ¿Un sindicalismo oficial que al verse corrido por izquierda en las bases trata de prepotear por derecha a las instituciones y al empresariado, como en 1976? - Lo tenemos.
  • ¿Un sistema institucional desdibujado, como en 1976? - Lo tenemos.
  • ¿Un internismo en aumento en el partido de gobierno, como en 1976 y 2001? - Lo tenemos.
  • ¿Gobiernos provinciales al borde de la quiebra, que lo único que esperan para emitir bonos de papel pintado es a que el primero se anime, como en 2001? - Lo tenemos.
  • ¿Una economía en constante deterioro, como en 2001? - La tenemos.
  • ¿Conflictividad social en aumento, sin mecanismos para canalizarla, como en 2001? - La tenemos.
  • ¿Un Gobierno nacional que va a la deriva y se mueve por espasmos, como en 2001? - Lo tenemos.
  • ¿Conversaciones non sanctas entre figuras de relevancia en el Gobierno y en la oposición, como en 2001? - Las tenemos.
  • ¿Unas elecciones legislativas de mitad de mandato que lejos de descomprimir la situación terminaron exacerbándola, como en 2001? - Las tuvimos.
No es un panorama agradable, ¿verdad?

Peor todavía: el momento actual tiene sus propios elementos a tener en cuenta:
  • Un Gobierno que está en guerra con el resto del arco político, con los medios de comunicación, con todos los sectores productivos y con casi todas las instituciones sociales de relevancia.
  • Hay un demente que monopoliza la decisión política.
  • El aparato de seguridad del Estado está desmantelado y desmoralizado, e incapaz de moverse frente a una presión mediática contraria a cualquier esfuerzo por hacer cumplir las leyes.
  • Países "amigos" (léase Venezuela) están moviéndose de manera preocupante tanto a nivel del Gobierno como de varias de las "organizaciones sociales" movilizadas.
Así visto, parecen los ingredientes para una tormenta perfecta.

El tiempo dirá qué le termina pasando a la Argentina.

Hasta la próxima.

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