sábado, 25 de julio de 2009

Reflexiones vagamente conectadas

No sabía que ahora la definición de "misoginia" incluía la atención a la puntualidad. Pero bueno, no podía esperar menos de parte de Cristina. Ella siempre está dispuesta a recordarnos a todos que es mujer y que por eso sufre y la hacen sufrir... pobrecita.

Y demos gracias que todavía nos trata bien. ¿O no fue culpa del ponebombas de Taiana, que le dio la hora equivocada a Cristi?

No sé si será misoginia lo que el mundo siente por Cristina, pero sí sé que si todas las mujeres fueran así de ignorantes, caraduras y prepotentes como ella, yo sería un misógino irrecuperable.

Ya que hablamos de la bruja: ¡cuánto interés en darle a la matraca con lo de Honduras! Se suponía que era una cumbre del Mercosur, aunque entiendo por qué hablaban de otra cosa, ya que toda esa pavada del "libre comercio de bienes y servicios" quedó en el pasado cuando acá en la Argentina recuperamos la Dignidad Nac&Pop de la mano del Néstor y de la tropa. Supongo que ahora el Mercosur es el club literario de los presidentes del Cono Sur, porque para lo que se suponía que iba a servir, es tan útil como un sauna en el desierto.

Pero sigo pensando... tanta manía de Cristi con lo de Honduras, que la lleva a sobreactuar en las cumbres y a prestarse a payasadas como montarse en el avión de Zelaya... ¿será porque le corre por la espalda el freddo de que acá en la Argentina alguien decida (¡de una vez por todas!) que su mandato tiene que terminar antes del 2011? ¿Querrá exagerar esta pose de cruzada por la democracia para que salte la OEA y el bolivarianaje a defenderla?

Y como última muestra de sobreactuación: la decisión que Cristi presentó ante el resto del Mercosur para no reconocer ninguna decisión que tome el gobierno hondureño, incluida cualquier convocatoria a elecciones. ¿Qué quiere decir esto? ¿Que van a pasar los años y los presidentes en Honduras y nosotros vamos a tener que bancar a Zelaya dando vueltas con su sombrero como "presidente legítimo", como si fuera uno de esos viejos payasos que reclaman el trono de Francia, Rusia o Alemania décadas después del final de la monarquía?

En realidad, el título de "payaso" es el que mejor le cabe a Manuel Zelaya. Como buen bolivariano que es, Zelaya se la pasó declamando sobre el pueblo y sobre la valentía que él mismo iba a desplegar cuando volviera a Honduras a pesar de la orden de captura que pesa sobre él. Y finalmente fue, con sombrero y cámaras de Telesur, a la frontera entre Honduras y Nicaragua y ¿qué hace?

Cruza la cadena, pone un pie en suelo hondureño y después se vuelve para el lado de Nicaragua. La gran cruzada libertadora de Zelaya terminó siendo un ring-raje transfronterizo.

Patético y grotesco, lo que es igual que decir bolivariano. Siempre lloriqueando y junto al Mono de Caracas y al Retrógrado de La Paz prometiendo guerra civil al propio país que lo expulsó por querer violar la Constitución para perpetuarse en el poder.

Y el resto del Continente, que por unos petrodólares ignora la dictadura narcisista de Chávez y los patéticos imitadores que tiene en Rafael Correa y Evo Morales, ahora se hace el macho contra Honduras, tan sólo porque le aplicó a Zelaya lo que debería hacérsele a todo aspirante de sátrapa que quiere quedarse para siempre en la Presidencia de su país. Protestas exageradas a las que también se presta el desdibujado y oportunista Barack Obama, que con esto espera que se le perdone el silencio que guardó cuando en Irán se rompieron las cabezas de quienes protestaban contra el fraude electoral.

No nos equivoquemos aquí. Que la destitución debió haber sido hecha por el Congreso Hondureño y no por manu militari, debió haber sido hecho: las Fuerzas Armadas no pueden participar en política. Que a Zelaya a lo sumo lo debieron haber encarcelado en su país en vez de habérselo mandado al exilio, tal vez debieron haberlo hecho, aunque quedará para los historiadores determinar si un encarcelamiento no hubiera conducido al baño de sangre y a la violencia que el progresariato latinoamericano espera con baba en la boca. Nada de esto está en discusión.

Pero lo que importa es que Zelaya quiso pervertir las leyes de su país, ignorando a los otros poderes, emitiendo órdenes ilegales y buscando respaldo en gobiernos intervencionista como el de Chávez, y ante eso se actuó en consecuencia. Sic semper tyrannis: así le pasa siempre a los tiranos.

La opereta latinoamericana continúa.

sábado, 18 de julio de 2009

Impecable Pinedo

La verdad, no importa cuánto lo intente o cuánto me desgañite por este medio digital, dudo ser capaz en algún momento de mi vida de igualar la claridad y contundencia que tuvo el diputado Federico Pinedo a la hora de escribir el texto que les copio a continuación.

Que lo diga yo, una pobre ameba en el ciberespacio, es una cosa. Que lo diga un diputado nacional en ejercicio de su mandato y con semejante claridad... es algo verdaderamente destacable y digno de leer. Al cuerno con la orientación política del hombre, porque lo que dice es algo que supera cualquier recelo por orientación política que pudiera existir. Es un claro diagnóstico de por qué nos pasa lo que nos pasa y por qué nuestros políticos "son así".

Quizás algunos lo hayan leído ya, pero no importa. Es uno de esos textos que valen la pena repetirlos una y otra vez, o quizás hacérselos leer a tantos mocosos lobotomizados que salen del sistema educativo... con los ojos abiertos con escarbadientes al estilo de La Naranja Mecánica.

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El dominio de los depredadores

Federico Pinedo
Para LA NACION

Tres canchas de tenis, varias piletas, tres cuatriciclos, camionetas 4x4, fines de semana por 30.000 pesos con "conejitas"? Si todo esto pudo verse en referencia a un novel intendente de Santiago del Estero, ¿con qué nos encontraríamos si hurgáramos más arriba? Este mundo de aviones Lear Jet para el uso diario de secretarios de Estado; mansiones apabullantes; pisos en Puerto Madero cuyo alquiler vale más que los sueldos de los ocupantes; valijas de cocaína en líneas aéreas paraestatales; valijas de dinero en aviones gubernamentales; sobreprecios de obras públicas reconocidos, pero que no mueven a la resolución judicial; persecución judicial y espionaje telefónico a los opositores; votos cautivos por la miseria, por los bolsones de comida, por los planes sociales; robos de DNI. Este mundo es el mundo de los depredadores.

Los depredadores no son sólo oficialistas y menos aún son todos de un mismo partido. Los depredadores son un club multipartidario, porque es vital para su ecosistema que cuando a alguno le toque perder, pueda ser protegido por los socios que lleguen al poder desde la vereda de enfrente y, si se puede, seguir depredando. Los depredadores son hoy de uno y mañana de otro. Les da igual. En el fondo, aunque no se lo confiesan a sus hijos, ellos íntimamente lo saben: van por la plata, no por la política.

¿Qué mejor para un lobo que disfrazarse de abuelita? La apariencia de abuelita de los depredadores de izquierda o de derecha son los grandes ideales: la sensibilidad social, la democracia, la "inserción internacional", Perón y Evita, el Che Guevara, la necesidad de inversiones, la opción por los más pobres, la solidaridad, la defensa de la Nación frente a enemigos externos, cuanto más inasibles, mejor. Así, las 4x4 y los relojes de oro quedarán cubiertos de las miradas inoportunas por los insultos a "la derecha", a "los retrógrados" o a los odiosos del pasado.

Lo malo para los depredadores "progresistas" es cuando los compañeros de izquierda de verdad, que van por la política, como el senador uruguayo Pepe Mujica, se refieren a nosotros como un país gobernado por coimeros. Lo malo para los derechistas es cuando no reciben inversiones porque no ganan sino los amigos del gobierno de turno. Y lo malo para los ideales nacionales es ver a los depredadores interactuar con el dinero concentrado de multinacionales o de capitalistas amigos: allí entregan todo, la dignidad del país, la competencia que favorece a los consumidores, el control de cumplimiento de obligaciones, todo.

Del mismo modo en que antes algunos policías hacían caja con la quiniela y los piringundines, y ahora otros la han hecho con los desarmaderos de autos, la droga y hasta los secuestros, antes algunos depredadores cobraban un porcentaje de ciertas obras y ahora se quieren comprar las empresas a fuerza de extorsión a sus accionistas, con actos administrativos del gobierno nacional. La impunidad lleva a excesos y cuando los jueces no los paran, es porque los jueces no cumplen su deber o son del equipo de los depredadores. El politólogo Luis G. Balcarce expresaba que, antes, los deshonestos se disimulaban, para ser aceptados por los honestos, mientras que ahora pasa lo contrario.

Además del truco de la sensibilidad social y de Caperucita Roja, los depredadores han desarrollado otras estrategias de supervivencia. Les dicen a todos los demás que permitirles realizar su tarea es la única forma de lidiar con la realidad. Si el jefe supremo es un depredador, no hay problema o el único problema es cómo agarrar un pedazo o una miga que se caiga de su mantel. Pero si el jefe supremo no lo es, entonces los depredadores exigen un pedazo grande de poder para garantizar "gobernabilidad". Ellos tienen bastante dinero y de ellos aún dependen muchos grupos desahuciados a los que pueden mandar al frente, para robar supermercados o romper vidrieras o aun matar gente indiscriminadamente en una revuelta. Con esos poquitos recursos (¿quinientos, mil, cinco mil?), garantizan la "gobernabilidad" de los 40 millones de no depredadores que debemos someternos a ellos.

En la interna partidaria los depredadores se movilizan para atacar a los independientes y en la externa intercambian fiscales por cargos para depredadores amigos, de esos que son odiados por los que los conocen, pero sobreviven mientras la mayoría no los conozca.

La pregunta es: ¿cómo tener una Argentina previsible, con reglas de juego claras, con la regla de la ley y el Estado de Derecho, con la posibilidad indiscutible de terminar con la pobreza en diez años mediante la generación de empleo y la educación de calidad, con una inseguridad arrinconada, si irresponsablemente nos dominan unos pocos depredadores?

Depredadores empresarios, depredadores de avión privado, depredadores funcionarios entreguistas, depredadores de coima en comedores escolares, depredadores de planes en las villas, depredadores de obras públicas, depredadores del federalismo y del municipalismo: ¿cómo hacerlo?

El presidente Calderón, de México, nos dijo, con Mauricio Macri, que si los carteles de la droga lograban "territorializarse" en la Argentina, es decir, adueñarse cada uno de un territorio, estábamos perdidos, porque allí la violencia se descontrola por los asesinatos entre bandas e intrabandas, y el Estado desaparece. Nos dijo que en su país eso había llevado sólo diez años y que aquí ya íbamos por el segundo.

¿Vamos a entregarles la Argentina de Saavedra, de Belgrano, de San Martín y Lavalle, de Avellaneda y Sarmiento, de Pellegrini y Juan B. Justo, de Roca, de Yrigoyen a los depredadores, para que hagan unos negocitos miserables (enormes por lo formidable que es la Argentina) y para que entreguen a nuestros hijos a los narcos extranjeros?

En el conflicto del campo las poblaciones del interior enfrentaron a un gobierno que no las respetaba. El pueblo votó luego en cada provincia. Ahora, los dirigentes que pongan a la política por delante y a la Patria por delante de la política tienen el deber moral de no tener más miedo y verticalizarse. La Argentina puede llegar a ser lo extraordinaria que es, pero éste es el momento en que lo será o no, dependiendo de quiénes repten por el suelo oscuro y de quiénes respiren el aire y la luz de las alturas.

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Una vez más: im-pe-ca-ble. Más viniendo de un diputado nacional.

Ojalá la claridad le dure a Pinedo, y por qué no, ojalá que se contagie por la sociedad.

Saludos y buena semana.

sábado, 11 de julio de 2009

Otra vez sopa dialoguista

Ya de vuelta del paisito, lugar maravilloso si los hay (casi me caían las lágrimas cuando leía que al Frente Amplio gobernante lo están cascoteando de todos lados porque aún después de la interna obligatoria todavía no acuerdan la fórmula presidencial) hay que volver a sumergirse en el pozo ciego argentino...

La Presidenta llamó al "diálogo". Cómo ignorarlo, si es de lo único que se viene hablando desde el 9 de Julio. Que quiénes van a participar, que qué temas se van a discutir, que qué condiciones se van a imponer, que cómo se va a instrumentar, que si se va a hablar del Indec, del Consejo de la Magistratura, de los superpoderes, de las retenciones, de la reforma política...

Ah, y también si Moreno se va a ir o no. Tanto lío que se acababa el mundo si los K perdían las elecciones y todo el quilombo que tienen es si van a tener que sacar al Poronga de la Secretaría de Comercio o si lo dejan para que tenga la pistola sobre el escritorio.

Entre lo del "diálogo" y el ballet de Moreno, son demasiadas especulaciones para lo que por ahora apenas es un "llamado" de la Presidenta dicho en un día en donde el partidismo excesivo quedaba peor visto que de costumbre.

Qué quieren que les diga, llámenme gorila o como les parezca mejor... pero no le creo absolutamente nada a la Presidenta. Menos todavía a Randazzo o a Caníbal Fernández o a los demás que ahora se llenan la boca sobre el dialoguismo de la Presidenta.

¿Cómo creerles? Si hasta ahora las únicas explicaciones que dieron sobre lo que pasó el 28 de junio fueron perlitas como "perdimos por dos puntitos nomás", "perdimos en Santa Cruz pero ganamos en El Calafate", "perdimos menos votos que los que perdió Macri", "nuestros números nos dan ganadores en todo el país"... y las únicas reacciones pasaron por jugar a la heroína de la democracia en Honduras (nota conspirativa: ¿habrá querido Cristina con esta sobreactuación abrir el paraguas por si el PJ le termina haciendo la gran Zelaya, a ver si la OEA viene a defenderla?)

Ni hablar de un cambio de gabinete que parece hecho a propósito para vengarse de los tibios (caso Massita o la designación del todoterreno Julio Alak para embromar a su rival platense Bruera) y para recompensar a los caraduras (el antes mencionado Caníbal, Odiado Boudou, el pibe de Recalde). Al ver los cambios de gabinete y las motivaciones, no dejo de pensar que el Néstor todavía es un nene que disfruta quemando hormigas con una lupa.

Más razones para la desconfianza: no sé si se acuerdan del minué de "que dialogo con vos, que te aplico la amansadora, que Cristina te guiña el ojo mientras Néstor te putea, que Fernández y Fernández te miman mientras Moreno y Echegaray te garcan" que le hizo el Gobierno a la Mesa de Enlace durante el conflicto del campo. Para el kakismo, el diálogo es sólo una pausa táctica para recobrar fuerzas y confundir al adversario. Nada más.

Mi opinión: de acá a dos semanas nadie se va a acordar del "llamado al diálogo". Así como nadie se acuerda del "Acuerdo del Bicentenario" que proponía la incombustible cuando asumió la presidencia conyugal. Si algo va a salir de esta payasada, va a ser otra historia interminable de tratos, destratos y arreglos rotos. Nada más.

Y mientras tanto, sigue el baile de decadencia en Argentolandia, Un País En Serio.

viernes, 3 de julio de 2009

Me rajo

Queridos lectores, los pocos que quedan, este sábado no hay post. Me rajo al otro lado del charco, a cambiar un poco de aire y ver cómo se vive en un país donde hay internas abiertas y obligatorias.
Aún si me quedara, difícilmente hubiera podido postear... me se rompió la Interné y los muchachos de Fibertel dicen que no me lo arreglan hasta dentro de dos semanas.
Saludos, suerte y me despido desde el locutorio...
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