viernes, 29 de mayo de 2009

Se lo ganaron

Por regla general me considero un liberal en asuntos económicos.

Prefiero toda la vida la iniciativa y la gestión privada antes que el manejo estatal de una empresa o actividad, y pienso que el derecho de propiedad no es una graciosa concesión del Estado o de la sociedad sino un derecho inherente a la condición humana.

Por más que suene egoísta e "insolidario" en estos días, creo que una sociedad en la que la frase "lo mío es mío" carece de respeto por parte de las autoridades es una sociedad que va camino a un desastre al que llegará tarde o temprano, sin importar las buenas intenciones que puedan animar a sus gobernantes.

Las estatizaciones forzosas sin consentimiento de sus propietarios y sin compensación no son, en mi visión, actos de justicia: son robos puros y llanos, agravados por usarse la fuerza pública.

Eso sí, hay momentos en que incluso una estatización parece "justicia poética".

Debo confesar que cuando escuché lo que Huguito Chávez le hizo a las empresas que el grupo Techint tenía en Venezuela, mi primera reacción fue consecuente con mis ideas: me pareció una barbaridad, una de tantas a las que el loco caraqueño nos acostumbra. Y la reacción de los muchachos industriales fue, en cierta manera, una de alivio. Mientras más gente se de cuenta de la naturaleza criminal del chavismo y de sus amigotes y socios locales, tanto mejor para todos.

Después me acordé de quienes se trataba y mi reacción cambió. No fue quizás lo más ideológicamente coherente que he hecho en mi vida, pero no podía sentir otra cosa viendo quiénes habían sido perjudicados.

En lo que a mí respecta, Chávez puede hacer lo que se le cante con las empresas del Grupo Techint en Venezuela, o con cualquier otra empresa de propiedad argentina cuyos dueños sean miembros de la Unión Industrial Argentina. Incluso me atrevería a sugerir que el Chavito haga el gesto simbólico de pagarle al Gobierno Nacional la suma de un bolívar fuerte por el total de los bienes y capitales del Grupo Techint en Venezuela, como para salvar las apariencias.

¿Por qué diablos habría de importarme la propiedad lesionada de un miembro de la UIA?

A ellos no les importó empobrecer a todo el país con tal de lograr el ansiado "tipo de cambio competitivo" que les permitiría sobrevivir sin hacerse medianamente eficientes como para competir en serio con los productos extranjeros, en lugar de vivir del proteccionismo y del mercado cerrado. Mientras a nosotros se nos licuaban los sueldos en la devalueta salvaje del 2002 (y que sigue hoy), a De Mendiguren y a los otros patriotas de la UIA se les hacía agua la boca.

No le importó a la patriótica clase empresaria la corrupción o la prepotencia de Néstor y de su socio bolivariano, siempre y cuando fueran para ellos las licitaciones y contratos del Ministerio de Currificación Federal para la famosa "obra pública".

Cuando a Cristina y a sus cómplices se les ocurrió la feliz idea de las retenciones móviles para pegarle el mangazo del siglo al agro, los alegres muchachos industriales argentinos ocuparon las primeras filas en cada acto y discursito que la perversa nos infligió durante el conflicto por la 125. Y estaban todos: el obsecuente Lascurain, Ratazzi, creo que papá Macri también... y por supuesto, los Rocca. Techint, bien nacional y popular cuando se trataba de la propiedad de otros.

Y cuando después, a falta de los verdes dólares de la soja, vino el manotazo a las jubilaciones que la vasta mayoría de los argentinos había elegido mantener en las AFJP y lejos de las garras del Estado, esta hermosa burguesía nacional se babeó de sólo pensar cuántos "proyectos" más podría financiar Papi Estado con esa plata que nunca fue suya.

¿Por qué me tendría que importar lo que le pase a Techint ahora que les toca a ellos perder su propiedad?

¿Debería importarme lo que le pase a esos buenos muchachos que siempre estuvieron en primera fila para aplaudir cuando de "redistribuir" lo que no era de ellos se trataba? A ellos no los vi sacando comunicados cuando Cristina "redistribuyó" mis aportes jubilatorios para la kaja del Frente para la Victoria's Secret.

Por mí, que los dejen secos.

Se lo ganaron.

viernes, 22 de mayo de 2009

Soy destituyente

Lo admito así nomás: quiero que se vaya.

Ahora mismo, sin demora. No la soporto más, ni a ella, ni a su marido, ni a sus ministros.

Me tiene sin cuidado el lloriqueo legalista y los gritos de "clima destituyente" que salen de boca del kirchnerismo y del resto de los buenistas locales cada vez que se menciona la posibilidad de la renuncia de Cristina.

A ninguno de los turros justicialistas o de los lelos bienpensantes les importó tres caramelos cuando le hicieron el golpe a De la Rúa o cuando le dieron a Alfonsín el empujoncito que faltaba para que entregara antes el poder.

¿Por qué habría de importarme lo que le pase a la tilinga?

¿Se caería el país si la infeliz abandonara un cargo que nunca ejerció excepto para ponerse los trajecitos y masturbar los microfonitos del atril?

Para algo tenemos en la Constitución previsiones en caso de vacancia de la Presidencia. Y que no se entienda por esto una defensa de Cleto: él aceptó sumarse a esta banda de forajidos cuando les iba bien. Ahora que se haga cargo.

Respetar las instituciones significa respetar las instituciones, no bancarse mansitos que expire el mandato de estos tipos mientras se llevan lo que pueden y lo que no pueden lo destrozan. A la Constitución se la respeta haciéndola respetar, no esperando con un leve zapateo a que llegue el 10 de diciembre de 2011 y la Reina y el Taita digan "listo, ya se nos acabó, nos vamos".

Como diría José Benegas: "Al referee que se lleva la pelota no se le grita “malo tonto, deshonesto”. Se lo toma del cogote y se le quita la pelota."

¿Y por qué habríamos de dejarla a la Señora en el gobierno en lugar de hacerle un buen juicio político (o siquiera proponerlo) y lograr que vaya a dar con sus huesos en una sórdida gayola?

Si la señora y sus amigotes se defecan en el derecho de propiedad estatizando fondos jubilatorios que tienen nombre y apellido para meterlos en el Fondo Monetario Pingüinista que solía llamarse ANSeS, entonces hay que hacerle juicio político.

Si la mano de obra desocupada de la señora sabotea el tendido de agua de una ciudad para forzar a su intendente a plegarse a un fraude, entonces hay que hacerle juicio político a la que paga esa mano de obra desocupada.

Si la parejita perversa no puede explicar qué ha hecho con miles de millones de pesos que manejó discrecionalmente desde el comienzo de su mandato, entonces hay que hacerle juicio político a esos malversadores de los fondos públicos.

Si el marido de la testaferro usa al Servicio de Inteligencia para pinchar teléfonos de opositores, para espiar los actos de la oposición y para otras barbaridades que sólo pueden imaginarse, entonces hay que hacerle juicio político a la señora que está anotada como su esposa.

Podría seguir, pero en un país en serio (cosa que la aluciNación Argentina dejó de ser hace rato) basta con uno solo de esos cuatro ejemplos que mencioné para eyectar al turro que los cometa.

Pero no acá. Acá tenemos democracia porque se vota, y después de la elección tenemos que quedarnos mansitos repitiendo la barbaridad fascista esa que tanto le gusta al peronismo: el que gana, gobierna y el que pierde, acompaña.

O como dijo la Bruta: el gobierno gobierna, para debatir está el Congreso.

No vamos a salir del régimen constitucional por plantearnos la destitución de esta inepta. Antes al contrario: estaríamos volviendo al régimen constitucional del que la alegre señora y su marido que ahora aparece mansito nos fueron quitando a fuerza de gritos y atrilazos.

Y si, lo admito, si querer que se vayan del gobierno quienes lo usaron para cometer toda clase de delitos y atropellos es ser destituyente, entonces soy destituyente.

sábado, 16 de mayo de 2009

El Gran Cabrón

En un país que sufre de una crisis económica que va a empeorar, que va a ir a elecciones en medio de un clima de crispación sin precedentes, que tiene una inseguridad cruel y asesina, que ve cómo su antiguo orgullo de ser "el granero del mundo" pasa a convertirse en la vergüenza histórica de verse obligado en el futuro inmediato a importar carne y trigo, la principal preocupación del Gobierno Nacional pasa por ver cómo se retrata a sus principales funcionarios en un programa cómico.

Cualquiera diría que las cosas andan fantásticas en la Argentina como para que a las máximas autoridades del Estado se les pueda ir el tiempo en estas cosas.

Claro, me olvidé. La inseguridad es una sensación, seguimos creciendo a tasas chinas mientras el Primer Mundo se derrumba como una burbuja y se puede vivir con $ 1000 al mes como lo señala el INDEK.

Pero aún si Télam, Página/12, El Argentino, Canal Siete, Veintitrés, Debate, Newsweek Argentina y el resto del multimedios oficial tuvieran razón y la farsa fuera realidad, ¿qué tiene que calentarse el Gobierno por el humor político?

¿Acaso Menem no se bancó durante 10 años las jodas que le hicieron en cuanto medio hubo?

¿Acaso De la Rúa no tuvo que soportar cosas infinitamente peores que un Gran Cuñado de parte de los humoristas políticos? Por no mencionar de parte del propio Kirchner, que allá lejos y hace tiempo cuando a Clarín no le pasaba nada, cuando los medios no eran destituyentes y cuando Tinelli era un amigo de la casa puso la Rosada y su presidencial persona para gastar a la imitación de un De la Rúa que ya llevaba cuatro años de volteado por el PJ.

¿Por qué diablos Néstor Kirchner, que es tan caricaturizable que haría creer en Dios y en los milagros al dibujante más ateo, debería estar exento de las cargadas? ¿No le basta con haber hecho desaparecer el humor político de los grandes medios durante los cuatro años de su mandato?

¿Y por qué Ella tendría que tener coronita para no aparecer en una sátira televisiva? ¿Será que realmente cree ser una Reina que no puede ser tocada por nadie?

Como bien remarca BlogBis, hasta Videla recibía cargadas de los medios durante su gobierno.

- Hello, Pink House? - decía Tato Bores con exagerada reverencia mientras hablaba por un teléfono hecho al estilo de la Pantera Rosa. - May I speak with the President? - preguntaba el Actor Cómico de la Nación, para luego hablar sobre la sucesión presidencial procesista cuando "Videla" atendía. - Ah, ¿no se van a ir entonces? ¡¿Siguen?! - se sorprendía Tato al escuchar presumiblemente que después de Videla iba a venir otro general - La verdad que mejor que se queden ustedes, muchachos, porque los que elegimos nosotros no llegan al año - remataba el hombre del peluquín, los anteojos y el frac.

Y esto durante "uno de los procesos dictatoriales más sangrientos, entre 1976 y 1982, que se recuerde en la Tierra", como teatralizó el payaso testimonial de Alberto Balestrini cuando se le frunció la retaguardia por la cargada de Biolcati a la necrofilia evidente en la candidatura de Nacha "Evita de utilería" Guevara.

¿Por qué tiene que salir el tanguero de Aníbal Fernández a pedir que excluyan a Cristina del Gran Cuñado, dando a entender que podrían hacerlo por decreto en ese estilo mafioso y patotero que tiene el kirchnerismo y que ya aprendimos a reconocer? ¿Es una "sensación" de intolerancia la que aqueja al bigotudo ministro?

¿Cuál es el miedo del Gobierno?

¿Que finalmente quede confirmado que la solemne pedantería de Cristina es ahora para la sociedad argentina como lo fue en su momento la torpeza de De la Rúa y la caradurez de Menem: un objeto de burla?

¿Que finalmente sepan que no es que los medios la ridiculicen, sino que ella de por sí ya es ridícula?

¿O que la autoestima de la Parejita termine de resentirse al quedar comprobado que ya no inspiran temor reverencial o que no se los ve como los héroes que ellos creen ser en sus cabecitas recalentadas?

Lo peor de todo este vergonzoso episodio es que quieren demostrar fortaleza a cualquier costo y sólo terminan revelando su absoluta debilidad. Poner a la SIDE y a la mano de obra amiga a falsear llamadas para sacar a la Bruja de la casa de Gran Cuñado y amenazar a los guionistas del sketch demuestra qué tan pervertidas están las prioridades de la Parejita y qué tan débil es su autoestima que temen que una burla televisiva los destituya.

Si con el Gran Cuñado de Tinelli se calientan así, no hay dudas de que Virolo y Chiruzita se rajaban al Calafate después de un monólogo dominical de Tato Bores.

sábado, 9 de mayo de 2009

La televisión paranoica

El pasado jueves, en medio de un zapping, me crucé con un engendro televisivo que pasaban por Canal 7 llamado 678, que vendría a ser como la versión Nac&Pop del RSM de Mariana Fabbiani y compañía.

En el susodicho programa, el panel de "comentaristas" que encabezaban las indignólogas profesionales María Julia Oliván y Carla Czudnowsky trataba sobre un tema de relevancia absoluta para la vida política e institucional de nuestra Patria.

¿Hablaban del doble flagelo del dengue y de la gripe porcina?

¿Del megombo electoral que se nos viene encima, con sus chanchadas de ambos lados?

¿O quizás debatían sobre la precaria y dudosa situación de nuestra economía?

¿De la inseguridad, quizás?

No. El tema que tenía ocupados a los sesudos panelistas de 678 era "la Alianza de la Derecha copa los medios", muletilla que se ocupaba de repetir cada dos por tres la voz en off que acompañaba las imágenes transmitidas.

Wow. Qué tema. Con ese nombre de "Alianza de la Derecha" a uno le entran imágenes de un grupo al estilo del Imperio de La Guerra de las Galaxias a minutos de dar un golpe de Estado... uniformes negros, la "Marcha Imperial" sonando en el fondo, toda la parafernalia que usa el cine a la hora de mostrar un golpe de Estado.

La realidad, como suele suceder en esta tierra kirchnerizada, estaba muy pero muy lejos de los titulares tremendistas de "la Televisión Pública".

Eso, o el "progresismo" reinante está aterrado por lo que puedan decir Susana Giménez, Moria Casán y Cacho Castaña. Por supuesto, no los apelativos de "nazi", "facho" y otras lindas yerbas del tolerante y respetuoso léxico progre.

El tenebroso informe que tenía tan preocupados a los comentaristas de no era más que un rejunte de frases comunes a las que los preocupados panelistas analizaban de arriba a abajo para encontrar pruebas de un supuesto "complot de la derecha" para instalar la "agenda de los medios" o alguna ridiculez por el estilo. No aguanté mucho tiempo más, pero me imagino que no faltó un reclamo urgente por la nueva Ley de Radiodifusión o algo así.

Lo peor de todo era que los muchachos se lo tomaban tan en serio y tan preocupados aparecían que lo único que cabía hacer frente a ello era morirse de la risa.

De esos temas se ocupa nuestra BBC vernácula: de buscar bombas atómicas en los rompeportones.

La paranoia oficialista de la parejita reinante, copiada y difundida por los chupamedias y mantenidos de turno crece y se vuelve más ridícula con cada día de malas noticias para el régimen.

sábado, 2 de mayo de 2009

Breves comentarios sobre la semana que pasó

Preguntas crueles

¿Cuando Néstor y Cristina dicen respectivamente que si el Frente para la Victoria's Secret no gana las elecciones de junio, el país "explota como en 2001" porque está en juego la "estabilidad democrática", qué nos están queriendo decir?

¿Que si pierden ellos el país va a ser ingobernable?

¿O que si pierden, ellos (y sus amiguitos de la CGT, de las "organizaciones sociales" y otras linduras) van a hacer ingobernable al país?

¿Vamos a sacar la cabeza del suelo algún día y darnos cuenta que estamos gobernados por la peor de las mafias?

Si había alguna razón más para votar en contra de la parejita perversa, su apelación a "nosotros o el caos" condimentada por los indicios de que ellos van a traer el caos la proporciona de manera satisfactoria.

Ridículo y necrofilia

Nacha Guevara va de candidata en provincia para reforzar la lista Frankenstein del FPV, ya plagada de consortes presidenciales impugnables, gobernadores todoterreno e intendentes testimoniales. Hasta dicen que la van a hacer aparecer como se viste para el musical subsidiado que protagoniza acerca de Eva Duarte.

Otros incluso llegan a decir que los publicistas pejotistas se babean con la posibilidad de hacer aparecer a Victor Laplace junto a Nacha. Como para completar la estampita justicialista.

Menos mal que esta cosa de farandulizar la política sólo pasaba con Menem allá en los 90.

Éramos pocos y llegó la porcina

Como si no alcanzara con el dengue (qué curioso, ya nadie habla del dengue o de la mujer de Capitanich o de Ocaña... supongo que en Olivos están respirando aliviados por algo), ahora tenemos la paranoia de la gripe porcina.

Como buenos argentos que somos todos, listos para prendernos a la primera moda que se nos cruza, ya hay desabastecimiento de barbijos en Capital Federal.

Yo digo que esta semana empiezan las primeras acusaciones acerca de un intento de los empresarios del sector por aumentar los precios.

La semana que viene, seguro meten a Moreno para garantizar el abastecimiento de barbijos a precios populares.

¿Y el dengue? Bien, gracias.

Disculpas

Sí, ya sé que el post de esta semana vino medio pobre... la verdad que la pachorra acumulada es difícil de superar.
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